— ¿Qué sucede?
Rocky rio.
—Estás justo como te lo pedí. —Se acercó a mí con las manos englobadas, sostuvo mi cabeza y me dio un cariñoso beso en la frente—. Además de hermosa, como siempre—susurró—. ¿Vamos?
Moví mi cabeza levemente, acompañado de un sonido de asentimiento.
Rocky me pasó un brazo por la espalda y juntos bajamos las escaleras. Pasamos por el comedor para despedirnos de Stormie. Ahí también estaban Ryland y Mark, comiendo la cena.
—Hasta luego—se despidió Rocky de su madre con un beso y un abrazo.
— ¿Rocky, no vas a comer?—preguntó la mujer extrañada.
—No, mamá. ______ (TN) y yo saldremos. Comeremos afuera— dijo Rocky.
Nos dimos media vuelta y nos dispusimos a cruzar el umbral de la puerta.
—Rocky, hijo, espera. —Ambos nos detuvimos al oír la voz de Mark llamarnos. En todo el tiempo que llevo saliendo con Rocky, muy poco he oído la voz de Mark Lynch. Pero le dediqué una mirada confiada a Rocky, animándolo a que le respondiera a su padre.
— ¿Qué sucede, papá?
— ¿A dónde van a ir tú y _____ (TN)?—interrumpió Stormie.
Su voz era autoritaria, como toda madre responsable; pero, a la vez, en sus ojos y en cómo temblaban sus labios pude ver que internamente estaba a punto de romper en un histérico llanto.
Se hizo un silencio en la sala y hasta Ryland se puso incómodo. Dejó su tenedor sobre la vajilla y prestó atención a la escena que cada vez se ponía más tensa.
Ryland estaba en medio de la zona de conflicto; miraba a ambos lados, preocupado. Eso me ponía nerviosa a mí. Iba a estallar una granada.
Rocky también tenía una mirada como la de su hermano, preocupada… y asustada. Sin embargo Rocky se mantuvo como hombre: firme y respondió:
—Eso es un secreto, madre. No te lo puedo revelar, porque _____ (TN) está aquí—dijo.
Luego me pasó un brazo por los hombros. En seguida sentí las miradas de todos encima de mí. Miré a Rocky, tratando de ocultar mi nerviosismo de los demás. No me gustaba para nada que me usara como excusa. Ahora todos estaban encima de mí.
—Rocky—insitió su madre, casi enojándose.
—Yo sé a dónde van—dijo Ryland con la boca llena. Los dos hermanos se miraron y yo los miré a ambos. Rocky transpiraba nervioso.
—Rocky, hijo—comenzó Mark, con tono tranquilizante—, oímos lo de Riker en la fiesta de Lauren de anoche…
Esto se ponía serio.
—Tu madre y yo estamos preocupados por ti y por _______ (TN) —continuó Mark—. Tú ya eres mayor de edad, pero aun no puedes beber; tienes 20. Además ______ (TN) es menor de edad y es extranjera. Sus padres la pusieron a nuestro cuidado…
—Papá, no vamos a tomar alcohol—le cortó Rocky, con tono de fastidio.
— ¿Entonces por qué no puedes decirnos a dónde irás?—gritó la madre. Rocky y yo retrocedimos ante el grito de Stormie—. ¡Responde a tu padre!
—Tranquila, cariño—le susurró Mark.
—Okay, mamá, solo vamos al Ice Race—respondió Rocky.
—Okay, mamá, solo vamos al Ice Race—respondió Rocky.
Las caras de Mark y Stormie cambiaron por completo al oír ese nombre. Sobre todo la de Mark; él casi grita como un niño pequeño cuando ve su caramelo favorito.
— ¿Qué es el Ice Race?—interrogué.
Las caras de todos cambiaron entonces. Mark abrió la boca para responderme. Pero enseguida se arrepintió cuando sentí una mano en mi hombro. Sabía muy bien que era de Rocky, así que sospeché que él le había hecho alguna señal para que no me dijera nada. Odio que me quieran dar tantas sorpresas.
— ¿Ahora sí se van?—preguntó Ryland, odioso.
Stormie, como respuesta, atravesó el corto espacio que nos separaba y nos despidió a ambos con dos besos en las mejillas.
— ¡Qué les vaya bien, chicos!—dijo mientras me presionaba contra su pecho. Luego llegó el turno de Rocky.
Rocky se dejó besar de su madre. Pero estaba algo nervioso, tal vez por los sucesos anteriores o… ¿por estar siendo besado con exageración por su madre enfrente de mí?
Lo que quedaba del abrazo que Rocky me había lanzado, era tan solo el agarre de nuestras manos, nuestros dedos entrelazado, mi piel cerca de la suya... Él estaba tan nervioso que su mano estaba helada. Eso no es normal ni en los hombres, ni en él; aunque estemos en pleno invierno.
Coloqué mi otra mano sobre la de él que agarraba la mía. Lo miré fijamente, tratando de darle un poco de paz con mi mirada. Trataba de decirle que no tenía por qué sentirse avergonzado de que su madre le diera afecto. Que eso está bien…
Ciertamente es muy vergonzoso que cada vez que entrar y sales de tu casa no puedas pasar sin que tu madre que cubra de besos y te apapache, sobre todo en esta sociedad tan criticona y bulinista en la que vivimos. Sin embargo para mí esa es una escena una tierna.
Rocky quiere mucho a su madre, a pesar de que la cultura aquí es muy rigurosa con los toqueteos y la ideas totalmente extremistas del machismo contra la homosexualidad. Pero yo creo que un hombre que se respeta ama cariñosamente a las mujeres de su familia (su madre, sus hermanas, sus tías, primas, cuñadas, etc.) y lo demuestra. Así que solo le sonreí a Rocky y pudo comprobar que mi sonrisa lo relajó. Y su mano ya no estaba fría como antes.
—Vamos cariño—dijo Rocky, mientras me agarraba por la cintura y, prácticamente, me empujó fuera de la casa.
Rocky se despidió de sus padres y su hermano. Luego puede oí a Stormie preguntar algo desde adentro.
— ¿Llevas tu pasaporte?—me preguntó Rocky.
—Sí, obvio—respondió rodando los ojos.
Rocky comunicó mi respuesta a Stormie y entonces entendí todo y subimos al auto.
En efecto, Rocky me trato a un lugar llamado “Ice Race”. En poco tiempo me enteré de a qué se debían los rostros de Stormie y de Mark cuando Rocky lo dijo. Y gracias a Dios que lo supe pronto, porque no me gusta estar rodeada de gente que me oculta cosas, así sea para guardarme una sorpresa.
Fue un momento de revelaciones, puesto que también me di cuenta de que eso era lo que decía en el cartel que supuse (y supuse bien) debía ser de letras brillantes cuando estuviera encendido; Rocky me había traído aquí en la primera madrugada.
Por dentro todo estaba alumbrado; se veía espectacular. La pista de hielo era grande y desprendía un frío como el congelador de la refri. Había algo de música con el volumen algo razonable. Las conversaciones se oían como un tranquilo murmullo. Se olía la comida de la cafería, la grasa de las frituras; se oían las latas de gaseosa abriéndose y liberando sus gases.
— ¿Sorprendida?—preguntó Rocky. Una hermosa sonrisa de éxito se dibujó en sus labios. Eso me hizo sentir satisfecha.
—Guau, Rocky. Es… nunca había visto un lugar como este. Había oído de estas pistas de hielo… en _____ (TP) no hay de estos…
— ¿Te gusta?—me interrumpió.
—Sí—respondí, aspirando el olor de aquel lugar.
Rocky me llevó de la mano hasta la barrera que rodeaba la pista. Había poca gente en la pista, pero así se veía mejor, más estilizado. La aglomeración de personas hacia que se viera menos el color blanco del hielo y perdía su estilo.
— ¿Sabes patinar?
Recordé cuándo fue la última vez que me había montado en unos patines… Creo que fue cuando tenía como seis años, en casa de la niña rica de la escuela que tuvo en algún momento una pista de hielo en su garaje. Lo admito, patiné torpemente. ¡No pude mantenerme en pie por mucho!
—Más o menos… —mentí. Pero luego sentí algo en mi estómago. Lo miré a los ojos. Él había notado que algo me pasaba, pero antes de que diera algo, añadí—: bueno, no. —y me esforcé por sonreír—. Sé patinar con patines de ruedas, no con patines de hielo—agregué con pena, aunque no agregué el vergonzoso recuerdo de las chicas de mi clase burlándose de mí al verme patinar torpemente en el hielo.
Rocky rio. Yo, sin saber qué era tan gracioso, no pude más que quedarme callada, mirarlo seria y esperar a que se expresar; mientras me decía para mis adentros que él no sabe de ese pasado vergonzoso sobre los patines de hielo.
—Patinar en hielo es más fácil que patinar con ruedas. Te será sencillo aprender a moverte con los patines—dijo, al fin.
— ¿Me vas a enseñar a patinar?—pregunté entre entusiasmada y sorprendida.
—Sí—dijo él, sonriendo tímidamente—. ¿Qué talla eres?
— ¿Empezamos ahora?—exclamé sobrecogida.
—Sí—respondió él—. ¿Por qué? ¿No quieres tú?
—No… no, no es eso. Es que… ¿por qué no comemos primero?
—Me parece Bien—asintió con una sonrisa.
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Hola todos!!! gracias por estar aquí leyendo esto. De veras gracias por haberme acompañado hasta aquí.
Espero que les guste este capítulo, que lo compartan en sus redes sociales, me den +1 y dejen sus comentarios en la sección de comentarios.
como vídeo de la semana, les comparto, de nuevo "Smile " de R5
Todavía sigo tratando de conseguir 3 millones de visitas para el vídeo de Smile, antes del 5 de mayo.
Espero que me ayuden a llegar a la meta!!!
nos leemos la próxima :3
<5
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