miércoles, 14 de diciembre de 2016

Capítulo 31: Capítulo 76 (conteo general):“Hacerlo con ropas”.


Advertencia: Este capítulo contiene lenguaje no apto para personas sensibles. Si tienes menos de 12 años, te recomiendo que esperes hasta la próxima semana. No te perderás de mucho. Si decides leerlo, allá tú...
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A lo mejor ambos hechos ocurrieron a la vez. Lo siguiente que hice fue esconderme en el pecho de Rocky, agarrarme de su camisa y recriminarme por haber olvidado por completo en donde estaba y con quiénes ¿Mis padres habrán oído mis gemidos de placer? Tan solo de pensarlo me aterré. Un sermón de ese tipo sería demasiado humillante, ¡incluso enfrente de Rocky, que fue el de la idea!
La cerradura no se abrió, mas se oyó que quien estaba del otro lado de la madera cogió enojo porque estaba cerrada con pestillo la puerta. De un brinco Rocky se paró y se dirigió a la puerta, diciéndome antes que me cubriera y actuara natural. Rápidamente embutí mis tetas dentro de mi vestido y me subía las tiras. Escondí mi sostén debajo de la almohada y me senté en el medio de la cama mientras Rocky contestaba por mí.
—Mm. Suegra, ya vamos a cenar—su acento centroamericano me indicó que estaba nervioso.
—Hijo, abre la puerta.
—Mmm… —Rocky me miró nervioso.
—Ábrela pues!—le susurré, dándome cuenta de que era muy sospechoso que yo estuviera sentada en la cama, pero ya era demasiado tarde, Rocky ya estaba abriendo la puerta. Además también noté lo incómoda que me sentía sin mi sostén
— ¿Y dónde está ____ (TN)?—preguntó mi mamá.
Abrió la puerta hasta poder ver toda la habitación por dentro y me vio sentada en la cama. Sorprendentemente mis zapatos seguían donde debían estar y la camisa y el pantalón de Rocky estaban tan presentables como espacio en la memoria tienen mis padres para esos detalles.
—Niños, no cierren la puerta con seguro. Pasa algo y después no pueden salir.
Ambos asentimos como niños ante su madre y nos mantuvimos callados hasta que se marchó. Unos escasos segundos después Rocky cerró la puerta, aunque no con seguro y me lanzó una mirada pícara.
— ¿En qué estábamos?—preguntó mientras se me acercaba y comenzaba a acariciarme el cabello. Me separé de él y le di un leve empujoncito.
—Dile a tu amiguito, tu compañero de amoríos, que no se vuelva a acercar a mi zona “V”; ¡que ni lo piense!—le advertí apuntándole con el dedo, evitando mirar hacia abajo al verdadero culpable de esto… ¡Maldita testosterona!
—Oye, oye, oye—me calmó—, recuerda que mi amiguito no tiene cerebro, pero sí miles de nervios; él no piensa—se acercó más a mí hasta poder hablarme al oído—, solo siente y actúa independiente de mí.
— ¡Aléjate!—le volví a advertir, esta vez empujándolo con más fuerza y saliendo de al habitación.
Justo antes de bajar las escaleras sentí cómo se me movían las tetas debajo de la tela del vestido y recordé cómo Rocky jugaba con ellas y cómo eso me excitaba… Me devolví por el pasillo y me lo encontré en la puerta de mi habitación. De un empujón me abrí paso y entré a trompicones al cuarto, sintiendo de nuevo lo que había sentido en las escaleras.
— ¡Cierra la puerta!—le espeté a Rocky, creyendo que todavía estaba ahí.
Sin dudarlo ni un solo instante, me desnudé el torso, de espaldas a la puerta, para colocarme el sostén.
—Ay, ____ (TN) —. Oí un lamento de parte de Rocky. Me volteé y no pude descifrar la expresión en la cara de Rocky—. ¿En serio lo quieres hacer conmigo… ahora?
Tardé unos segundos en entender qué era lo que Rocky quería decir, hasta que me percaté de que me estaba desnudando enfrente de él.
— ¡Cierra la puerta!—chillé algo nerviosa por los últimos eventos ocurridos.
—Tranquila, no permitiré que nadie te vea; yo custodiaré la puerta por ti.
Ya sabía yo muy bien lo que Rocky quería. Pero al final deba igual. Me subí las tiras del brasier y luego las del vestido. Todo estaba en su lugar. Me volteé a ver a Rocky y… me llevé las manos a la boca y me di la vuelta rápidamente mientras me sonrojaba sin remedio.
—Rocky, ¿qué falta de fundamento es esta?—le reprendí—. ¿Dónde está el chico que se disculpaba cuándo se le atravesaba un eructo?
*Flashback*
—Ya te dije que quiero que cantes para mí. —Me pasó un micrófono de juguete. Rocky me iba a pedir que me sentara, pero se le atravesó un eructo y no pudo más que indicarme con la mano.
Cuando me iba a sentar, había unos papeles en el sofá. Los tomé y luego me senté. Al parecer era la letra de una canción.
— ¿Qué lees?—preguntó Rocky.
—Esto que estaba aquí. —Le mostré. — ¿Es tuya la canción?
—No, es tuya.
— ¿En serio? ¿Cómo así?
—Es… —un eructo más—.  Perdón… —Es gracioso cómo Rocky trata de ser refinado y educado conmigo—. Es que es la canción que tú vas a cantar. La compuse para ti. Quiero que la cantes ahora. No sé si está bien para tu tesitura.
—Me parece muy bien. Solo que no conozco la melodía, ni el ritmo—contesté, dejando salir un intento de bostezo con cierta somnolencia.
*Fin del Flashback*
— ________ (TN), mírame. Gírate.
¿Cómo podía pedirme que me volteara si tenía su espada desenvainada y esa… esa…?        
— _______ (TN), quiero que mires lo que provocas en mí.
—No… ¿por qué?—mascullé en voz baja.
— ________ (TN) —me tocó el hombro y sentí a su amigo apuñalándome por la espalda. Me estremecí.
— ¡No! Ve al baño; límpiate. No pienses que no he visto ya esa horrible erección que tienes.
—Horrible no. Es solo terrible.
— ¡Como sea! Solo ve y límpiate.
—Está bien. Eso voy a hacer. Pero necesito que me acompañes y me cubras; si no tus padres me pueden ver.
Solté un bufido, pero al final terminé asintiendo. Después de todo era la única forma de que este asunto muriera.
*          *         *

Cerré la puerta del baño, encerrándonos a Rocky y a mí en él. Lo hice atendiendo a las súplicas del pobre Rocky que no quería quedarse solo. Mientras Rocky usaba todo el papel necesario para limpiar a mi compañero de amoríos y lo que se pudiera de la mancha de su pantalón. Yo miraba a la puerta, esperando que el asunto ya acabara pronto.
— _____ (TN) —me llamó.
No respondí.
— ____ (TN), mírame por favor.
—No hasta que estés vestido—respondí reacia, con un asomo de sollozo. ¿Cuánto tiempo más podría aguantar esta situación?
—Pero mírame a los ojos—insistió.
— ¿Ya estás vestido?
— ____ (TN) —chachareó.
—Rocky—imité su tono de voz.
— ¡No lo entiendes, ____ (TN)!
—Tú no entiendes que todo esto ha sido una falta de principios.
— ¡No… ____ (TN)! Lo que pasa es que tus modales no te permiten sentir… —Rocky había avanzado y ahora se encontraba tan cerca de la puerta como yo. Me giré unos 60º y fui atraída por sus hermosos ojos, que me miraron igual que cuando Rocky me estaba besando los pechos. Él todavía seguía en la agonía de la pasión—. Esa mujer que hace pocos minutos—se le aguaron los ojos, pero se contuvo. Seguían fijos en mí—gemía con ganas cuando la besaba; cuando nos sentía a mí y a él—se tocó a su amigo—movernos muy cerca de su zona “V”… ¿ésa eras tú?—bajé la mirada mientras me sonrojaba al oír esas palabras salir de su boca— ¡Sí que eras tú! Y, porque me dejaste hacerte el amor con ropas sé que de verdad estás enamorada de mí. Porque de lo contrario no me hubieras—alcé la mirada y me encontré con esos ojos amorosos—permitido desnudarte el busto. Y estoy seguro de que si tu madre no hubiera tocado la puerta en ese momento, me hubieras dejado continuar, desnudarte toda—me sobresalté mientras Rocky hacía una cortísima pausa para proseguir hablándome al oído, al tiempo que me tomaba de las manos—… y hacerte el amor como te lo mereces, mi Reina.
Esas últimas palabras que llegaron a mis oídos me hicieron entrar en un estado de euforia sexual. Recordé lo que había sentido antes y traté de imaginarme si lo hubiéramos hecho de verdad.
No pude.
Yo nunca había tenido relaciones, y lo que pasó con Rocky… lo que sentí yo, me hizo tener ganas de llegar a sentir eso… Ser tratada como un Reina. ¿Rocky podía hacer que me sintiera así? ¡Pero si ya lo estaba consiguiendo solo con decírmelo!
Cerré los ojos y solté un suspiro contenido.
— _________ (TN) —continuó Rocky, con la respiración entrecortada—, mírame—. Alcé la mirada mientras un centenar de réplicas se atropellaron en mi mente. Las rechacé a todas y las hice callar. Era mejor terminar de oír a Rocky antes de replicar—. Quiero casarme contigo—soltó Rocky de una vez.
Abrí los ojos como platos ¿Era verdad lo que me estaba diciendo Rocky? No podía creer que de verdad me lo estuviera diciendo él. Durante mi vida escolar muchos chicos habían tenido la valentía de decirme eso. Y en sus caras me reí y los despaché. Y continué riéndome al  ver lo ridículos que se veían. Pero ahora nada de eso me parecía ridículo. Rocky tomó la valentía de decirme, a pesar de las muchas veces que lo he rechazado —comenzando por el principio de nuestra relación— y de que estaba en cueros de la cintura para abajo.
—… Y cuando estemos casados—continuó—podremos hacerlo libremente. Compraré una casa enorme solo para nosotros; ahí podrás gemir y gritar todo lo que tú quieras, sin preocuparte porque alguien te oyese—. Rocky sonrió imaginando nuestro futuro juntos—. Pero no quiero casarme con alguien que me rechace o que tenga miedo que sentir… eso. Lo que sucedió en tu cuarto me demuestra que eres todo lo que yo quiero de ti, pero ahora… ¡no sé!—exclamó rendido.
—Rocky—dije olvidando lo alto que es—, solo quiero que me prometas que no me usarás. Eso es lo único que me asusta… —iba a dar comienzo a otro discurso, pero recordé que teníamos que estar cenando—. Ahora vístete que estamos retrasados—ordené.
Mi repentino cambio de estado sorprendió a Rocky; tanto que tardó unos segundos en recordar que la Cena de navidad ya estaba servida, y entonces comenzó a vestirse.
Mientras, yo me acerqué al lavabo, me lavé las manos, la cara y me arreglé  un poco el pelo. Luego salí de ahí, dejando a Rocky todavía con su amigo, solo para irme a retocar el maquillaje para que no pareciera que hubiera ocurrido algo importante.
Después Rocky apareció en mi cuarto para que bajáramos juntos. Le arreglé el cabello y verifiqué que ninguna arruga se mostrara en su camisa y en su pantalón.
— ¡Listo!—suspiré un poco sudada—. Ahora sí podemos bajar a cenar.
Rocky me dio el brazo para que me agarrara de él. Ya eran más de las once de la noche.
Atravesamos el pasillo y descendimos por la escalera. Comencé a pensar en lo que realmente significaban las palabras de Rocky. Nos íbamos a casar. No me lo había preguntado; me lo había dicho como un propuesta, un proyecto que espera mi aprobación para ponerse en marcha. Y, en ese caso, ¿en serio compraría una casa enorme solo para acostarse conmigo en la mayor comodidad posible? Por su puesto que eso no me molestaba… solo me llamaba la atención.
Mejor dejo de pensar en sexo que se me nota en la cara, me dije. Ahora es momento de comer… ¿Rocky dijo que lo hicimos con ropas puestas? Entonces ésta fue mi primera, primera vez…

Miré a Rocky por el rabillo del ojo y me aferré aún más fuerte a su brazo. De algún modo me sentía orgullosa de este hombre.

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Hola hola hola!! público presente en el internet. Gracias por esperar hasta hoy para leer la segunda parte del "Regalo de Navidad". Hablando de navidad, ¿ya vieron la decoración del blog? estamos en diciembre y ya se acerca la navidad. espero que la estén pasando muy bien.
un beso :3 y nos leemos la próxima semana.
Por cierto, este capítulo está dedicado a mi Amiga Anónima de España que hace tiempo que no la veo por aquí. Espero que pronto salgas del cole y puedas pasarte por aquí y dejarme tus saludos en los comentarios.
oh! y otra cosa. El próximo miércoles es mi graduación, así que probablemente el capítulo será el martes o si no el jueves.
disfruten de este villancico:



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