miércoles, 16 de diciembre de 2015

Capítulo 14: “Riker es buen estudiante” Capítulo 60 (conteo general):


Riker decidió que bajáramos y les comunicáramos a los demás que ya estaba bien. Las cosas poco a poco fueron normalizándose y la madre de Riker pronto me aceptó en su casa. Los chicos seguían teniendo problemas para adaptarse, entre ellos problemas legales.

El tiempo pasaba y yo trataba de no pensar en Rocky de manera que me lastimara; me ocupaba totalmente el tiempo mis deberes del colegio, mis deberes en casa, la música y lo que debía hacer con los chicos. Le había prometido a Ross que le iba a ayudar con la legalización de su auto. Fueron duras jornadas en el municipio hasta que le conseguí su permiso de circulación. Ross era el único que tenía ese permiso, por lo tanto era el único que podía manejar y era el chofer de todo mundo; pero Rydel no estaba, así que por lo menos no tendría que hacer viajes extenuantes al salón de belleza o al Spa.

Cierto día conseguí un poco de tiempo libre y revisé mi calendario. Ya era entrado noviembre y los exámenes finales se aproximaban. Mis notas estaban muy bien; mucho mejor que en años anteriores. Mis padres decían que era porque Rocky no estaba conmigo. Pero yo tenía mis razones para tener excelentes calificaciones: la universidad me aguardaba.

Después de que le salvé la vida a Riker, él fue mucho más agradecido conmigo que como había sido antes. Pero igual seguía haciendo énfasis en las “indicaciones” que había dejado mi novio sobre el contacto físico conmigo. De modo que yo sería una fémina solitaria. Yo no lo podía permitir.

Varias veces lo incité a que rompiera las reglas de Rocky y me tomara por la cintura, se acercara a mí, me abrazara con fuerza; como hacíamos antes. Sí, lo sé, yo era muy atrevida porque tenía novio y no lo respetaba; pero de cierto modo Riker me excitaba. Durante mucho tiempo él estuvo sintiendo lo mismo por mí y yo no lo notaba; ahora que no está Rocky y no sé nada de él, Riker parece una opción más saludable; pero él no quiere y eso es lo que me mantiene enganchada.

Un día logré que Riker se pusiera romántico. Riker se veía muy sexy. Sus brazos peludos me rodearon la cintura, su pava me acarició la oreja correspondiente y su barba me cortaba la mejilla y me hacía cosquillas. Riker me dio un beso turco muy apasionado, pero no llegó siquiera a rozar mis labios. Estuvo cerca pero se detuvo declarando que Rocky sabría que él hubiere besado mis labios la próxima vez que él los besara y no quería buscarse problemas. Apretó fuertemente mi cintura, como si quiera deshacerse de algo y luego se fue, dejándome pensando y con el corazón en la garganta mientras una mariposita revoloteaba en mi estómago. Eso fue el día de Halloween.

Esa misma noche los chicos le hicieron una videollamada a Rocky. Se encerraron todos en una habitación y encendieron el computador. Yo estaba consciente de lo que ellos iban a hacer y de la instrucción que Rocky había dejado para mí. ¡Me lo había dicho en persona!: “No me llames, no me chatées, no me escribas; no quiero saber nada de ti. Pero si me llego a enterar de que andas con otro…” Sin embargo yo quería ver tan solo por medio segundo o menos el amado rostro. En esos instantes volví a recordar lo que yo sentía por él. Todos mis pensamientos debían dirigirse a él, porque es la única persona a la que le puedo dedicar todo mi amor; a los demás les puedo tener cariño, un gran afecto, pero no puedo sentir todo lo que siento por Rocky. En esos momentos recordé los hermosos ratos, inmemorables, que habíamos pasado juntos antes de que él marchara a la capital. ¿Cómo puede ser posible que si él no está mi amor se extravíe? ¿Soy tan niña que no puedo sostener una relación amorosa a las pocas horas que él no está cerca; y mientras él está soy otra totalmente diferente? ¿Por qué no puedo ser la misma, invariable? No puedo enloquecer por un chico. El amor cambia la vida, pero si lo hace para mal entonces ya no es amor.
Por un resquicio de la puerta. Vi su rostro. Estaba tan cambiado y tenía más barba. No se había afeitado y su voz se escuchaba más gruesa con un acento bastante distorsionado: ni gringo ni latino. De pronto vi que su vista se dirigió hasta donde estaba yo. ¡Me había visto, no hay duda!

Salí corriendo a esconderme. Me encerré en una habitación y lloré amargamente sobre la almohada. ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¡Soy tan p*rra!

Después de todo lo acontecido, recogí mis fuerzas regadas y me largué a mi casa. El niño Ross intentó seguirme, pero no le hice caso. Había dejado de llover hacía unas horas y el ambiente estaba frío. Llegué a mi casa y me encerré en mi cuarto.

Al día siguiente ya era el cumpleaños de mi amado. Fue un día lúgubre, muy oscuro. Era un sábado, por lo tanto tenía práctica con el equipo de voleibol. Por alguna razón era un día de vacaciones para much@s. La práctica fue muy aburrida y hacía mucho calor en el gimnasio del colegio. A pesar de cuanto sudé por el calor y el ejercicio físico no logré olvidar lo de la noche anterior. Me sentía como el ser más miserable sobre la tierra. ¿Por qué me sucedían estas cosas a mí? ¿Estar enamorada es un pecado?

Riker fue a recogerme. Sentí el ambiente muy tenso. Riker quería contarme algo de la noche anterior, pero no se atrevía; sabía que le era prohibido.

-          ¿Y bien, Riker?—inicié el diálogo.
-          ¿Qué pasa?—contestó apartando su vista solo un poco del volante.

-          ¿No me tienes que contar algo?—esperó un poco antes de responderme.

-          Es verdad que aún no tengo los papeles al día para circular con mi auto por aquí, pero estamos a las afueras de la ciudad y como tú dijiste las autoridades no son muy rígidas aquí. Pero ya sé que igual tengo que registrarme en el municipio.

-          No me refería a tu auto, tontito—le contesté—Lo de anoche…
-          _____ (TN), sabes muy bien lo que dice Rocky, tu novio. Yo solo soy tu futuro cuñado.

-          ¡Ugh! ¿Y desde cuándo tú eres tan formal? Tú no eres así cuando me besaste en Buenos Aires.

-          _____ (TN), por favor no empecemos que todavía es muy temprano; ni siquiera ha salido el sol.

-          Riker, el día está nublado. El sol no va a salir hoy, pero va a hacer mucho calor.

-          Querida, yo no tengo ninguna necesidad de buscarme problemas con mi hermano que es tu novio. Recuérdalo y  recuérdamelo.

No dije más nada. Se supondría que esa conversación me dejaría pensando, mas no lo hizo. Yo ya estaba acostumbrada a pensar demasiado, que no me daba cuente de que lo hacía en esos instantes; era inconsciente para mí. De entre mis pensamientos sí saqué algo productivo: mi vida estaba cambiando poco a poco. No sabía si era para bien o para mal ese cambio, pero tiene que ver con Rocky. Y otra cosa: estaba sola enfrentándome a ese cambio. No sería fácil mi vida desde entonces.

Los exámenes finales iniciaron un día como hoy jueves 6 de noviembre. Era la semana oficial de exámenes era del 10 al 14. Ya yo había iniciado mi ritual de purificación para la buena suerte durante la semana de exámenes. Estaba encerrada en mi habitación, aislada de todo el mundo para poder estudiar historia y geografía. Los chicos me ayudaron un poco a prepararme, pero la mayor parte de mi preparación dependía de mí misma. Llegó el día 6 y tuve mis primeros exámenes que suelen ser música, geografía, literatura. Los pasé todos con muy buenas calificaciones.

El día del cumpleaños 23 de Riker, estábamos algunas en la sala de su casa viendo la avalancha de tweets felicitando a Riker. Era un sábado también y eran como la una de la madrugada en Los Ángeles. Ninguno de los fans de R5 sabía que los chicos no estaban ahí. Pero mejor así.

El día transcurrió rápidamente y la celebración se fue acortando. Stormie cocinó muy rico para Riker y para el resto de nosotros. Yo fui a la práctica de voleibol acompañada por Riker, y lo abracé y besé (en la mejilla).

Por la tarde traté de poner mi mejor sonrisa, pues era el cumpleaños del Rey de la casa y nosotras éramos sus musas. Pero lo que intentaba era mejorar las cosas sin retirar lo que bien nos hacía. Riker estaba excitado por todos los agasajos que le hacía que me entendió mal mis pretensiones.

Ambos estábamos en el patio de la casa de los Lynch. Era un espléndido día y ambos sonreíamos como enamorados. Pero sabíamos que no podíamos ser los enamorados de esta historia. De pronto Riker inclinó su cabeza un poco hacia la izquierda y habiendo ya violado mi espacio personal, puso su mano en mi hombro cerca de mi cuello, acercó su boca a la mía y me besó los labios tan delicadamente como tratando de no arrugar los pétalos de la flor más hermosa de su Señor.

Riker pasó de delicado a frenético. La historia se repetía y yo había caído de nuevo en la trampa del amor. Metió su mano dentro de mi chaqueta y de mi blusa, estiró la tira de mi brasier e intentó tocar mi espalda por debajo de la ropa. Se estaba tornado en pesadilla. Creí desfallecerme. Tal vez eso ayudaría. ¿Y si me hacía la muerta… tal vez me dejará vivir con menos daño?
No sabía qué hacer, y francamente estaba tomando en cuenta la idea de dejarme desfallecer, quedarme inconsciente.

Una voz inocente salió de la nada. Era un ángel con cabello de ángel. Un rubio reta a otro rubio. El más joven gana. El otro se lleva una nariz rota.

-          ¿______ (TN), te encuentras bien?
-          Sí, estoy bien. Gracias Ross—le contesté.
-          Te llevaré adentro. Éstas no son buenas experiencias—dijo él.
-          Gracias, de nuevo.

Ross se llevó a su habitación y yo me quedé estática. No quería caer de nuevo por ingenua. ¡Ya está bueno de ser ingenua! No quiero volver a caer en estas trampas tan ciegamente. No puedo vivir así. Es un fastidio.

Quisiera tener unas gafas que me permitieran ver cuando alguien tiene buenas intenciones conmigo y cuando son malas sus intenciones.

-          Oye, sabes, si no te sientes bien puedes irte a donde te sientas mejor o más cómoda—dijo un poco temeroso el pobre Ross, no sabía qué decir en esa situación.
-          Me voy a mi casa—contesté por no ser descortés al salir de su habitación.

Ross se quedó con cara de “eso no era a lo que me refería”.  Igual no me impidió salir de su habitación. También salí de su casa y llegué a mi casa antes de que cualquiera se diera cuenta.

En mi casa estaba mi madre esperándome. Tuve una amena conversación con ella y ella me llevó a reflexionar: ¿es correcto el derecho que el estoy dando a Rocky? Siempre he sido muy entregada para con él. Le he dejado que me tocara y ha sido cosa de él que no tuviéramos relaciones. ¡Oh!, pero luego me recordé de que Rocky había afirmado que me había violado, lo cual era mi culpa, porque la única barrera que los separaba del coito era que él no quería hacerlo todavía; sin embargo él no se pudo controlar en un momento y esa barrera se rompió. Yo había quedo desvergonzada, desvirtuada y sin honra, y él seguía haciéndose el santo diciendo “no quiero que lo hagamos todavía”, “eres muy inocente”, cuando él sabía perfectamente que lo que hizo ya no lo podía revertir tratando de hacer que yo me sintiera tan inocente como antes.

Tenía que hacer algo respecto a Rocky. Pero todavía faltaba tiempo para que volviera de la capital y yo tenía que estudiar.

Tomé mi libro de geografía, pero antes de abrirlo y comenzar a estudiar, tomé un cuaderno que tenía en desuso con unas páginas sobrando, y escribí mi compromiso.

He sido usada mientras ciega he estado. Ahora que he visto la luz y la oscuridad de sus ojos, no permitiré que se vuelva a repetir. Es momento de saciar mi alma de venganza. El que me hizo sufrir, me rompió el corazón y profanó mi alma ha de sufrir por todos sus pecados. Él ha de ver a través de mis ojos. Si mi enojo lo lastima en exceso, es porque jamás fue consciente de lo que hizo. Lo es. Y por eso cae sobre él todo mi enojo. No permitiré que me vuelvan a usar como antes fui toalla de baño. Seré más fría, aislada; a ver si aún hacia él es capaz de hacer llegar su dizque amor a las zonas frías a donde me he de internar.

Me sentí a gusto, lo firmé y lo feché. 8 de noviembre, una fecha  importante. Entonces sí tomé mis libros y retomé mis estudios. Ciertamente estaba muy cansada y enojada que no podía concertarme en mis estudios, pero ya estaba acabando el año escolar, estaba terminando mi educación básica y me graduaría ese año, y el siguiente iría a la universidad. No podía perder el tren estando tan cerca de la meta final. Eran mis estudios de 11 años los que terminaban con esos exámenes, por eso eran importantes.

Cuando terminé de estudiar el primer examen, fui donde mi hermano para que me tomara los temas de ese examen. Cuando llegué a mi casa eran las tres y media de la tarde. Cuando terminé de estudiar la primera materia ya eran casi las siete de la noche y cuando terminé la prueba con mi hermano ya eran como las nueve y media. En total estuve más de seis horas dedicada entera a mis estudios.

Cuando terminé mis seis horas de estudio, me sentí tan cansada que me fui a dormir sin siquiera cambiarme de ropa. Al día siguiente tendría que dedicar tal vez nueve horas el segundo examen.

Cuando me desperté ese domingo 9 de noviembre de 2014 lo primero que vi fue la luz de mi teléfono. También se me había olvidado apagarlo anoche. Se había encendido el teléfono porque Riker me había mandado un mensaje:

Por favor, perdóname. No quería hacerte lo que te hice. Déjame acompañarte a la misa hoy, domingo. :@

Leí el mensaje, lo cerré, dejé el teléfono en la mesita y me revolqué por toda mi cama. De veras que no tenía ganas de levantarme de mi cama. Había estudiado demasiado el día anterior que todo me daba vueltas por la cabeza, los planes, temarios, cuestionarios, preguntas, respuestas, mapas, ciudades, bolsas, estadísticas, tazas de mortalidad, datos demográficos… es obvio que mi examen era de geografía. Odio que ese sea el primer examen.

Para  matar a mi pobre mente, ese domingo, que debiera ser para descanso, me esperaban aún más horas de estudio incesante.

                            *                         *                      *

Finalmente me levanté de la cama y luchando contra la artritis estiré todos mis huesos y me fui al baño. Salí, me vestí y luego fui a desayunar. Mi mamá estaba en el comedor desayunando con mi hermano y mi desayuno estaba servido. Ya estaban listos para ir a la misa.

Me senté a la mesa a comer y vi a Riker entrar por la puerta principal. Llevaba las compras. Mamá le habló en español y le dijo que dejara los paquetes en la cocina. Me sorprendió mucho, uno; que Riker estuviera en mi casa y dos; que mi madre lo haya apreciado lo suficiente como para enviarlo a hacer las compras.

Luego de dejar los paquetes en la cocina, mi mamá le sirvió desayuno a él también. Riker se sentó en nuestra mesa a comer. Me sentí incómoda. Riker me lanzaba miradas que me decían “no te estoy ofendiendo, ¿verdad, _____ (TN)?” Y no lo hacía, pero sí me provoca incomodidad. ¿Qué hacía ese loco en mi casa, comiendo en la misma mesa que mi hermano, madre y yo? ¿Y por qué a mi madre sí le agrada más que Rocky?

-          ­_______ (TN), tu amigo Riker es mucho mejor mozo que tu novio—me susurró mi mamá.

No respondí nada. De cualquiera forma no me agradaba esa situación. Era tan incómoda y presentía que por muy rosada que se veía, pronto todo se truncaría; lo repito, ¡me sentía incómoda!

Terminamos de comer, pusimos los platos en el fregadero y salimos en el auto de Riker, para la misa. No me había dado cuenta de que estaba estacionado afuera. Igual no me iba a querer fijar en qué había o no afuera de mi casa habiéndome levantado hacían tan pocos minutos.

Fue muy temerosa de todos los movimientos que efectuaba Riker. Encendía el aire, luego la radio… notaba que yo lo miraba seriamente y luego la apagaba. Pero como mi hermano—desde atrás—le decía que la encendiera, volteaba a verme y yo, bajando la mirada, permitía que él la dejase encendida
Llegamos a la iglesia, nos bajamos del auto, Riker lo apagó y luego marchó junto a mí que lo esperaba. Mi madre y mi hermano ya se nos habían adelantado. Riker venía detrás de mí como un guardaespaldas, pero en realidad era yo la que estaba cubriendo sus espaldas.

Entramos al templo, saludé al crucifijo, me persigné y fui a buscar asiento. Riker todavía no dominaba bien el español y tuve que susurrarle varias definiciones de las lecturas y la homilía mientras el transcurso de la misa; lo cual resultó algo incómodo porque agotaba y no me permitía escuchar la misa, pero lo hice solo por no romper la paz entre nosotros dos.

Desde que llegamos Riker estaba mirando a una muchacha muy guapa que canta en el coro. Y cuando la oyó cantar… el canto de entrada, el ten piedad, el gloria… me complací al ver su cara de placer. De verdad que Angélica canta como un ángel, pero nunca había visto que produjera ese efecto en un hombre de la talla de Riker.

En el momento de la paz le dije a Riker se acercara a conocerla más de cerca. No quiso, le dio pena. Pero al terminar la misa sí lo hizo. Estaba sonriente y seguro que nada más cruzaba por su mente; ni Madie, ni yo, ni Rocky, ni la banda. Nada. Su mente estaba en blanco.

-          Angélica tiene 26 años y está soltera. Aprovecha, ve y conócela—fueron mis palabras de ánimo para Riker, que pronto sí se cumplieron.

Terminó la misa y Riker no quería dejar de hablar con Angélica, pero ella tenía que empacar todo el equipo—en lo cual muy bien le ayudó Riker, porque conoce de eso—, pero él también tenía que llevarnos a nosotros, de vuelta a casa a mi hermano, a mí y a mi mamá.

Interferí en la conversación entre Riker y Angélica para lograr acabarla. Riker salió de la iglesia con una sonrisa en su cara, como si la Iglesia logró que se convirtiera. No me sentí a gusta con que Riker estuviera enlazándose con otra chica, pero no tenía nada que ver con que yo sintiera algo mucho más fuerte por él o que quizás me estuviese desenamorando de Rocky. Era solo que tenía un fuerte presentimiento dentro de mí de que si Riker iniciaba una relación fuera de nuestro círculo, se arriesgaría a un sufrimiento inminente y fortísimo. Yo quiero y siempre he querido a Riker; estemos o no juntos, él es como mi segundo hermano <3.

Cuando llegamos a casa, lo primero que hice fue tirarme en la cama e intentar dormirme. Me sentía muy cansada y sin razón. Después de unos minutos me levanté porque hallé muy incómodo estar acostada en el lecho; y luego, para acabar de joderme, recordé que mi misión de ese día era estudiar la segunda materia que era… ¿Cuál era?... Oh, no me acuerdo. Fue hace tantos años que no me acuerdo. Pero no importa.

Ya eran las cinco de la tarde y todavía no podía aprenderme la penúltima lección. Eran como cinco lecciones para el examen y ya en ese punto mi mente ya no daba más.

Hacía mucho calor. Me tomé y jugo de naranja con zanahoria y descansé un rato. Riker estaba conmigo; apoyándome, como un hermano. Ya a las seis retomé el estudio. Riker estuvo conmigo acompañándome hasta temprano por la mañana; y por temprano por la mañana me refiero a las dos de la mañana. A esa hora fue cuando logré aprender la lección. Si no fuera por Riker jamás me hubiera aprendido el temario de ese examen. Creo que fue el más difícil. 

Estando yo sola me hubiera desmayado a la hora de haber empezado a estudiar. Pero Riker estuvo ahí para evitar que eso sucediera. Riker me sostenía la mano cuando sentía que se me bajaba la presión, y me apretaba duro haciendo la sangre me regresara al cerebro.

Solo a las dos de la mañana sentí completamente lista para obtener la nota máxima en ese examen. Me levanté a la hora acostumbrada para ir al colegio y me alisté. Desayuné y me fui para allá. Crucé el portón sintiéndome la persona más afortunada del mundo. Nada podía pasarme teniendo la protección de Riker.

Una sonrisa permanecía dibujada en mi cara y no había borrador que pudiese borrar ese trazo de lápiz labial. A penas me entregaron el primer examen sentí que toda la buena suerte del mundo estaba sobre mí; pero cuando me percaté de que las preguntas no eran las que Riker y yo habíamos estudiado hacían unas horas. Lo olvidé: lo difícil no era lo único del día. También venía el examen que había estudiado antes.

Hice un esfuerzo sobre humano para internarme dentro de los archivos de mi mente e intentar recordar lo que había estudiado el sábado. Entonces recordé que Riker también hubo estado conmigo cuando yo estudié para el examen de geografía. Ahí fue cuando me recordé. Todas las preguntas las había aprendido bien. Recordaba todo lo que decía Riker de cada una de las preguntas. Para todo él tenía una historia, y como las sabía todas, y recordaba los chistes, los cuentos, las anécdotas, pude recordar perfectamente todo lo que venía en el cuestionario. Llené todo el examen, le puse mi nombre al final (porque como siempre se me olvida el nombre y voy directo a las preguntas y al final es cuando me recuerdo de eso), volteé el examen y me sentí feliz conmigo misma.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Es realmente increíble sentirse bien después de hacer un examen final.

Yo ya terminé de hacer exámenes y estoy feliz de la vida en mi casa.
Por otro lado quiero resaltar una parte que está ya resaltada con otro color. está escrita como cita, y efectivamente está citado de un libro fantástico no escrito que existe paralelamente a esta historia. No creo que algún día lo escriba porque es como un diario más personal que este, y como la novela ya está escrita en primera persona, no creo que sea necesario. 
Esta cita declama algo muy profundo que siente nuestra protagonista. Solo quería remarcarlo, ya que ya está todo bien explicado.


1 comentario:

  1. Jeje riker toma prestado los labios de tn
    Y encima de q se acosto con madie quiere levantarse a la q canta en el coro de la iglesia:O:O:O

    ResponderBorrar