viernes, 4 de diciembre de 2015

Capítulo 12: Capítulo 58 (conteo general): “Madeleine :_____ (TA) y Riker Lynch”


-          Querida, me han dicho que andas con un gringo rubio. ¿Me reemplazaste por un gringo, eso es verdad?—preguntó mientras me uno de sus amigotes me tenía agarrada por la mochila y no me dejaba ir. Rafael me miraba potentemente y no estaba en bien ubicada como para responderle como normalmente lo haría.

-          Mmm… bueno…, sí—ésa hubiera sido mi respuesta en situaciones normales.  Pero, lamentablemente fue un error responder así cuando tenía a cinco chicos en mi contra.

Dicen que el que le pega a una chica es un marica. Bueno, yo estaba rodeada de cinco maricas, incluyendo a Rafael. ¡Qué lamentable!

Riker también piensa que a una chica no se le debe pegar. Apareció de la nada, le dio una buena lección a Rafael—solo a él, porque los otros maricas huyeron en cuanto vieron cuán alto era el rubio, porque como ellos son unas pildoritas—y además salió bien en la foto.

La suerte de los dioses solo la tiene Riker, porque si yo hubiera hecho eso, en ese preciso instante estaría la directora y los profesores observando todos mis movimientos, buscando cómo hacer para castigarme; pero como lo hizo Riker, entonces es justamente cuando la directora no está en el colegio y todos los profesores están en el mismo lugar discutiendo algunas estupideces.

Riker me llevó a casa y salió bien en todas las fotos de los paparazis, mientras que yo salí borrosa en muchas de ellas.

En fin, esos siete primeros días lejos de Rocky los pude soportar gracias a la enorme ayuda de Riker. Sin embargo hubo algo que no me gustó de esa semana. Creo que fue el miércoles o jueves de esa semana. Estábamos las chicas reunidas en la habitación de Rydel—mientras no estaba Rydel con nosotras. Básicamente éramos Ana, María, una vecina y yo. Ross entró muy discretamente a la habitación, pero con una cara de socorro. Se paró junto a la puerta y entendí que quería que una de nosotras se acercara a él. Al acercarme a él, me acerqué también a la puerta y pude sentir la corriente que corre por el corredor (valga la redundancia) y comprendí de qué se trataba todo esto.

Pero para poner todo en contexto, es mejor que volvamos unas de horas atrás (en ese momento eran las diez de la noche, estaba lloviendo y hacía mucho frío). Entonces, eran las cinco de la tarde y hacía una calor infernal; nadie quería usar ropa, pero estábamos en mi casa y mis padres tienen reglas estrictas sobre hombres en la casa (y Riker es uno), por lo cual no nos podíamos dar en ese lujo que todos queríamos, pues Riker no tenía ningún problema con eso.

El crepúsculo avanzó muy rápido y no nos percatamos que ya eran casi las seis, decidimos que ya era hora de que cada quien fuera para su casa. María y Riker se habían apartado un poco del grupo; estaban aislados. No me di cuenta de eso hasta que los vi discutir. Ambos estaban muy iracundos, pero Riker estaba realmente muy enojado, mientras María parecía estarle suplicando que la perdonara. Pero sobre todo, ambos estaban en la entrada de mi casa. ¡¿Cómo no percatarme de su preciosa discusión?!

-          Riker—le llamó María con lágrimas en los ojos—No fue mi intención hacerte daño, me obligaron.
-          Pero me usaste igualmente—le respondió Riker.

-          Riker—dijo ella dando un paso adelante. Entonces él avanzó hacia atrás, como diciéndole “ya no vamos por el mismo camino tú y yo”. Ella continuó avanzando y dijo—: Entonces así terminamos, Riker—lo miró por última vez, con ojos llorosos, inspirados por la lluvia torrencial que comenzaba a caer en ese momento.

María se fue, caminando hacia el frente y sin mirar atrás. Se veía tan elegante y orgullosa mientras el viento la despeinaba y la lluvia la mojaba. Riker no fue a por ella; más bien, dejó que se mojara.

Lo más dramático para este escena fue que, cuando María estuvo fuera de nuestro rango de visibilidad, y Riker volteó a ver para atrás de sí, yo estaba ahí, con cara seria y diciéndole: “Tendrás que explicarme qué fue eso”.

Así mismo se lo dije a Riker. Al principio, el tonto no quiso decir más que evasiones a mi exigencia. Pero luego se dio cuenta de que me conocía tan bien y que no le iba a dejar irse sin contestarme qué era lo que estaba pasando. Fue como la vez que Riker y yo nos besamos por primera vez, pero al revés.

Riker se sentó en el borde del porche y yo me senté cerca suyo para que no pudiera escapar, si quisiere. Riker se puso serio, se frotó la cara con las manos, respiró hondo y comenzó a hablar.

-          ______ (TN), ¿te acuerdas cómo fue la organización de tu fiesta de quinceaños?—dijo.

-          Creo que ese tema no está del todo claro todavía—le respondí.

-          Tienes razón; no está del todo claro—. dijo—Comenzaré diciendo que todo fue muy confuso. No sé de quién fue la grandiosa idea, pero de un momento a otro ya estábamos todos envueltos en ese plan. Todos mis hermanos te habíamos cogido cariño y queríamos hacerte algo especial; todos nos estábamos esforzando mucho porque fuera algo memorable. María vino con unos papeles contables y pidió ayuda para que ordenarlos todos y asegurarse de estar haciendo bien las contrataciones. Ryland se ofreció, pero luego María se dio cuenta que a Ryland no le gusta la aritmética. Entonces fui yo a ayudarla.


>>A la par que íbamos aclarando el enorme enredo que tenía ella ahí, también íbamos conversando sobre ti; sobre los besos que te había dado. Estábamos en medio de un cálculo muy grande y ella dijo que iba a ir al baño, me dejó con los cálculos para mí solito. Terminé ese cálculo poco tiempo después de que ella se hubiera ido al baño. Por curiosidad—rió en ese momento mientras yo también—se me ocurrió acercarme al baño de damas y lo único que vi de ella fue su reflejo en el espejo del baño.

>>Entonces me entraron unas ganas de… yo no sé qué; solo quería tenerla más cerca de mí, poseerla, pero me acordé de ti y de lo que me hiciste sentir tú también. No supe qué hacer o qué seguir. Simplemente me dejé llevar por la excitación del momento y, sin pensarlo entré al baño y la tomé. Ella se asustó, pero mantuvo la calma. En ese momento yo no estaba pensando, solo me guié por mis instintos y la llevé hasta un cubículo, cerré la puerta.

(*El resto es historia*)

En resumen, Riker se volvió loco por ver el reflejo de María en un espejo de un baño; siguió sus instintos y llegó hasta intentar tener algo con ella en un baño no muy bien aseado. Se acordó de mí en ese preciso momento y ambos tuvieron una pequeña conversación en donde se me metía a mí también en ese baile de tres. Supuestamente Riker quería “arruinar” mi relación con Rocky, porque se había dado cuenta que sentía algo por mí. Pero María le rogó por mí y ambos terminaron haciendo un pacto que consistía en que Riker se haría a un lado y se mantendría ahí, sin alterar el plan de María, y como recompensa, María sería su moza para todo lo que quisiera él. Esto, según Riker, ella se lo prometió con lágrimas en los ojos, porque no quería que yo sufriera por tan conflictivo triángulo amoroso. Riker también habló de eso con lágrimas en los ojos.

Después de oír eso, mi lógica me dice que justo después de toda esa charla en el baño y de la escena cómica en la que Rydel entra al baño y se pregunta qué hace Riker en el baño de damas y Riker simplemente sale del baño y luego le sigue María con cara de llorosa abusada, fue justo cuando sucedió la escena de nuestra decisión adulta de terminar con esa “relación” que no llegaría a ninguna parte.
Riker terminó de hablar y se quedó mirando al suelo; se veía apagado como un recuerdo cuando se le da cuerda para que revele su contenido y luego se apaga la luz de reproducción cuando termina de correr la cinta, bueno Riker se veía un poco corroído. Aún había lágrimas deslizándose por su mejilla y su cabello caía perfectamente en forma de cascada hacia abajo (*sí, muy linda la redundancia*), cubriéndole el lado derecho, por lo que yo no le veía la cara. Esperé unos segundos más mientras observaba la linda apariencia de ese Riker totalmente arrepentido que se figuraba frente a mí. Riker suspiró y siguió esperando en silencio. Me acerqué más a él, me puse en cuclillas y lo miré desde abajo, tratando de penetrar en su profunda mirada, introduje mi mano en su espacio personal, la coloqué debajo de su quijada y la levanté; le levanté la mirada. Su mirada me hirió en el alma. Se sintió penetrante e imponente, pero al mismo tiempo—y extrañamente—muy agradable. Me asusté un poco, pero poco a poco su mirada fue madurando hasta lograr expresar el sentimiento que realmente quería expresarme. Reuní valor y le hablé a Riker.

-          Riker—intenté llamar su atención y él me respondió con un bramido— ¿Llegaste a sentir algo por María?—pregunté amorosamente como una madre.

-          Creo que sí—respondió mientras lloraba y se cubría la cara como un niñita de 11 años, muy apenada. Abracé a Riker por la cabeza y me quedé con él hasta que se le pasara algo la congoja.

Había comenzado este relato diciendo que estábamos todas reunidas en la habitación de Rydel… regresemos, pero a una escena anterior a esa. Riker me había contado cómo fue que María lo lastimó dejándose tocar por otro mientras andaba con él, y ya entonces estábamos en su casa. Madeleine había vuelto a aparecer en nuestras vidas, después de que le llegara a sus oídos la noticia de que los chicos estaban en _____ (TP). Riker la recibió muy amablemente, como a una princesa y fue muy caballeroso, gentil y cariñoso con ella; a pesar de que ellos ya no eran novios. Nosotras estábamos jugando siete cartas en el cuarto de Rydel y solo volteamos a ver a Madie cuando Riker nos la volvió a presentar. Después de haber trascurrido el tiempo adecuado, después de haber caído el ocaso, justo cuando todo estaba en absoluta paz; entonces llega Ross con las nuevas, que yo me entero dellas por el aire del corredor. Metí la cabeza dentro del cuarto e intercambié miradas con Ross. María se levantó del suelo y se unió a  nuestra conversación en código.

-          Ahora ya lo sabes—dijo Ross.
-          ¿Son ellos en verdad?—pregunté con cara de espanto.
-          Sí—asintió con la cabeza.

-          ¿Qué pasa?—interrumpió María.
-          Escucha—le invitó Ross. María asomó la cabeza y escuchó igual que yo.

-          Voy a matarlo—dijo regresando y parándose en la puerta con cara de chico malo.
-          ¿Ustedes saben lo que eso significa?—preguntó Ross. Todas lo negamos—Yo no estoy muy seguro, pero tengo un indicio—Ana se levantó.

-          ¿Qué los aglomera a ustedes?—no hubo ni que invitarla a que escuchara porque estando cerca de la puerta pudo escuchar perfectamente.

                                        *                    *                   *

Ross y yo nos quedamos parados en la puerta a esperar que Riker y Madeleine salieran de la alcoba. Esperamos, y esperamos y esperamos; y nos cansamos de estar de pie y nos sentamos en el suelo. Después de tanto esperar, vimos que la puerta del cuarto de Riker por fin se abría. Nos apresuramos a escondernos detrás de la puerta del cuarto del Rydel—en donde estábamos—. Vimos que Riker y Madeleine salían del cuarto tomados de la mano. Parecía que se habían peleado, porque Riker iba al frente con una cara extremadamente seria y ella iba detrás con cara de excusa. Pero cuando iban a bajar la escalera, Riker miró hacia atrás sonriendo y la llevó consigo; le rodeó la cintura con su brazo la apegó a sí mientras sonreía alegremente.

Cuando estuvimos seguros de que Riker y Madeleine se había alejado, rápidamente salimos de nuestro escondite y entramos corriendo a la habitación de Riker. Ya era de noche y comenzaba a hacer frío. Al solo entrar en la habitación sentimos el olor que nos delató lo que había sucedido ahí dentro. Ross encendió la luz y tuvimos una visión espantosa—al menos fue espantosa para Ross, que pegó un grito al cielo—en el centro del cama. Yo me adelanté para levantar la frazada y mirar mejor.

-          AHHHHHH ¿Qué es eso?—gritó Ross en español.
-          Es sangre, a’ueva’o—le reprendí.
-          ¿EH?—se extrañó Ross porque no entendió el insulto.

Ahí estaba la triste prueba de que Riker le había quitado la virginidad a mi prima querida. Lloré unos minutos en silencio y Ross me consoló.

-          Tranquila, ______ (TN). Debes recordar que todos en algún momento debemos perder la virginidad. Tú debes saberlo muy bien, si ya pasaste por ahí.

-          ¡¿EH?!—me alarmé.
-          Ah, no; no te-- ¡olvídalo mejor! Tú algún día vas a entregarte a un hombre que te ama y que quiera lo mejor para ti y perderás la virginidad por ese hombre—me quedé un tiempo callada.

-          Ross—hablé— ¿Riker era virgen o no antes de acostarse con Madeleine?—pregunté fríamente.
-          EHHHH

-          ¡Ross! Respóndeme—Ross se pasó las manos por toda la cara y repitió la misma interjección sin llegar a decir mucho— ¡Ross!
-          Bueno, está bien. Lo admito, Riker no es virgen. Él perdió la virginidad cuando tenía 20 años. ¿Feliz?—se fue enojado.

-          Ross, vuelve acá—lo llamé.
-          ¡¿QUÉ?!—replicó.
-          Ayúdame a cambiarle la sábana a la cama de Riker.

-          ¿Qué?—se sorprendió Ross—. ¿Por qué vamos a hacer eso? No soy mucama.
-          Solo hazlo—le ordené y él comenzó y ayudarme con la cama de Riker.

Entre Ross y yo cambiamos la sábana sucia de la cama de Riker. Yo me guardé la que estaba manchada de sangre y volvimos a vestir la cama de Riker. Quedó bien guapa la cama de Riker, lista para la siguiente cita amorosa.

-          ¿Para qué guardas esa sábana? Está sucia—preguntó Ross.
-          Es para que quedé constancia de que Madeleine era virgen hasta que se acostó con Riker. Se entregó virgen a Riker y de eso debe quedar constancia—le respondí.

-          Aun no entiendo—respondió Ross ignorantemente.

-          Ross querido, mi compañero de travesuras y de espionaje, de ahora en adelante tú y yo seremos los padrinos de Riker y Madeleine. Nos encargaremos de que terminen juntos. Seremos lo mismo que María ha sido para mí y para Rocky—le respondí. Ross sonrió con cara de travesura. Ése es mi compañero de travesuras.

-          Vámonos, que ya deben de estar por regresar.

Salimos de la habitación justamente cuando Riker y Madeleine estaban volviendo, nos ocultamos en la habitación y esperamos a que entraran. Al parecer Madeleine continuó hasta la habitación, pero a Riker le llamó la atención lo que se escabullía por la rendija de la puerta del cuarto de Rydel y se quedó ahí.
Riker abrió la puerta y nos vio a todos ahí dentro. Riker entró con un paso temeroso a la habitación pero con una mirada decidida. Riker tenía la mirada fija algo muy particular. Navegué por toda la habitación hasta encontrar ese algo que atraía tanto la mirada de Riker. Creí encontrarlo en los ojos de María, pues estos también estaban muy fijos en los de Riker.

María dio un paso adelante y confrontó a Riker. Él la miraba serio y algo enojado. Sus ojos estaban dando un gran discurso, un sermón, a María. Ella decidió responder para que todos la escucháramos.

-          Tú, no tienes razones para estar enojado. Soy yo la que ha sido ofendida.

-          Yo solo acabo de vengarme de ti; mas aún no he saciado mi sed de venganza para ti. Tendrás que sufrir mucho más para que yo te perdone lo que me hiciste—respondió Riker casi rompiendo en lágrimas en medio de nosotros.

-          ¡Yo soy la dolida aquí! —tres copiosas lágrimas se deslizaron por ambas mejillas de María— ¡Yo soy la ofendida, la que está herida!—Riker se acercó más a ella y le habló al oído.

-          Te equivocas, querida—dijo en un susurro casi inaudible, pero supe lo que le dijo Riker porque María me lo contó después--Yo fui más  lastimado y primero. Yo solo sacio mi sed que venganza haciéndote lo mismo que me hiciste tú a mí—Riker se apartó de María.

-          Pues eso que me has hecho no merece lo que yo te hice—respondió María en voz alta, para que todos lo escucháramos--. Eres un infeliz, no te mereces que _____ (TN) te estime tanto. ¡No la mereces!—gritó señalándome.

Riker dio una mirada alrededor y salió por la puerta. Poco después oímos que otra puerta se cerraba de un portazo. Nos quedamos en un incómodo silencio todos ahí. Unos cinco minutos después de haber salido Riker, volvimos a oír lo que antes habíamos oído, pero más elocuente, frenético y definitivamente más alto. Se me erizaron los pelos de solo escucharlo. Era una sensación tan rara que Riker estuviera teniendo sexo con mi prima y mi novio estuviera lejos. Yo no quería nada con Riker, pero se siente raro después de lo que ya nosotros habíamos pasado. Además temí por mi prima, porque se estuviera entusiasmando demasiado con Riker; que le haya entregado su virginidad y el objetivo de todo esto era solamente poner celosa a María y escandalizarme a mí.

Los pensamientos formaban un remolino en mi cabeza, pero supongo que en la cabeza de María los pensamientos eran, no uno si no tres, huracanes de pensamientos y que estos ya la estaban volviendo loca. María se sostuvo del pestillo de la puerta y pareció estar a punto de colapsar. Todas las personas dentro de esa habitación—menos Ross y yo—fueron a socorrer a María. La llevaron y la recostaron en la cama de Rydel. Sin embargo nosotros nos apresuramos a salir de la habitación mientras la salida estuviera libre.

Ross se posicionó rápidamente frente a la puerta, en posición de espía. Yo acudí para acompañarle y ayudarle en todo lo que necesitara. Ross sacó su teléfono y grabó los sonidos que se oían dentro de la habitación de Riker. Al parecer Riker no estaba solo “violando” a Madeleine, sino que también parecía estar disfrutándolo muy rico; se estaba entregando a ella también como ella se había entregado antes, pues su voz también se oía en la grabación—todo esto lo dijo Ross. Según él, por los gemidos podíamos percatarnos que Riker lo estaba disfrutando apasionadamente. (*UHG pobre mente la de Ross*)

De pronto Ross comenzó a cambiar el color de su cara. Ross escuchaba los gemidos de Riker y Madeleine—que según él ya estaban alcanzando el orgasmo—y como que quería estar ahí también. Todo esto era nuevo y extraño para mí. De repente Ross comenzó a padecer orgasmos ficticios. Me agarró frenéticamente, colocó sus labios en los míos y una de sus manos en la bragueta de mi pantalón mientras con la otra me sujetaba la cintura y me hacía estremecer. Ross me besó—claro, recordemos que estaba casi drogado por culpa del orgasmo de Riker y Madeleine—y con su lengua llegó hasta donde nunca Rocky había llegado las veces que me había besado.

Ross se estaba volviendo tremendamente loco; parecía drogado. Pero aparte de todo eso, Ross estaba increíblemente excitado. Nota personal: jamás acompañar a un chico a oír el orgasmo de nadie. Eso es algo privado y no debe violarse. Al parecer mi presencia ahí aumentaba su excitación y ganas de poseerme… incontenibles.

-            Ross—lo obligué a dejar de besarme—para. Rocky me prohibió besarme con nadie más. Recuerda que él y yo aún somos novios, a pesar de la distancia. Además él notará el sabor diferente en mi boca, porque no me lo podré quitar—le supliqué, pero él siguió con lo suyo.

-            No me importa. Yo te defenderé de él—alegó Ross.
-            Él es mi novio. Yo respondo ante él, no tú—le contesté— ¡Y ya deja de besarme Ross!

Ross ya había conseguido desabrochar mi pantalón. Entramos en un habitación vacía... 


-          Ryland, fuera.
-          Pero…

-          ¡Dije que fuera!—gritó Ross. Y luego continuó besándome mientras me llevaba a la cama. Ross ya me había acostado en la cama, se levantó corriendo para ponerle seguro a la puerta; yo me levanté igualmente e intenté llegar a la puerta antes de que estuviera totalmente cerrada. Pero llegué tarde y Ross ya había cerrado y tenía una mano puesta en la puerta.
-          No, señorita. A ningún lado vas—*El resto… ¿lo quieres saber? Entonces espera un poquito.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Lamento muchísimo no haber podido  publicar esta entrada el martes que era el día que le correspondía. Esta semana tuve exámenes y no he podido tener un solo segundo de descanso. De hecho en el capítulo 14 vendrá solo una pequeña historia de cómo fue prepararme para mis exámenes (porque TN también está a punto de entrar en exámenes).

Ahora ya terminé mis exámenes, de hecho hace como tres horas entregué mi último examen.
¡Por fín!
¡Se acabó el cole!

Así me siento yo hoy. ¡No puedo creer que por fin haya terminado mi 8vo grado de educación básica!
En las vacaciones pasadas me la pasé escribiendo y casi no descansé, por eso inicié el año muy cansada. Ahora que vuelvo a estar de vacaciones aviso que me tomaré el mes de enero para descansar. Tal vez suba una que otra entrada, por mantener ranking, pero no prometo nada.

Les dije que este capítulo  los iba a dejar con la boca abierta. Y oficialmente, a partir de hoy esto no vuelve a ser lo mismo.


-          Tranquila, ______ (TN). Debes recordar que todos en algún momento debemos perder la virginidad. Tú debes saberlo muy bien, si ya pasaste por ahí.

-          ¡¿EH?!—me alarmé.

Estos dos guiones creo que son los cúspides de este capítulo. Ross le dice a TN que ya no es virgen. O sea, él ya sabe todo el lío que se ha armado Rocky. él ya lo sabe todo y es parte de la conspiración. Y sin embargo, TN, que ya lo sabe todo, no responde nada; ella se amnesteció muy bien que casi no recuerda nada de lo que escuchó. Ella está concentrada en sus estudios y de ahí no va a salir hasta haber terminado los exámenes (*como hice yo*). Eso sí que es control absoluto de sí mismo.

En definitiva esto nos muestra otro lado de los personajes varones que no conocíamos hasta aquí. La tercera temporada está revolucionándolos de una manera de la que nos recordaremos hasta la séptima.

Pero en el próximo capítulo (que sí será el 9) conoceremos otra parte de Riker que se ha quedado por fuera de este capítulo. Ahora Madeleine está devuelta en la historia y ella también va a causa revoluciones en la vida de TN. Prestenles 
mucha atención a ambos. 
 Es video de esta semana es algo de humor argentino. Yo no entendí del todo, pero sí bastante. Y ya que más de un tercio de mis lectoras son argentinas, esto va para ustedes. Les recomiendo verla en mudo, para no confundir lo que dicen con los subtítulos, que no tienen nada que ver con lo que dicen.



También tengo algo de música para esta entrada. No es lírico. Pero la música es hermosa ;)
Nos leemos el 9 de diciembre

No hay comentarios.:

Publicar un comentario