Lo mismo fue con el segundo examen. Éste lo terminé de
primero y me acosté a dormir. En mi colegio no nos podemos ir después de
terminar el examen, tenemos que esperar una hora específica.
Descansé como quince minutos y luego me puse a repasar el
siguiente examen. Veinte minutos después nos dejaron salir. Llegué a mi casa,
luego me fui a la casa de los Lynch, donde Riker me esperaba para seguir
estudiando. El martes tenía matemáticas, la materia favorita de Rocky y creo
que ciencias.
Riker tenía una muy difícil tarea y contra el tiempo:
Teníamos desde las diez de la mañana hasta que anocheciera para estudiar los 6
temas de biología y física y para practicar los tres temas de matemáticas. Con
algo de suerte terminamos de estudiar a las nueve de la noche. Once horas que
de seguro jamás olvidaría.
Cuando llegué al colegio a las siete de la mañana me puse a
resolver unos problemas de matemáticas de repaso. Solo tuve cinco minutos para
resolverlo, porque inmediatamente me entregaron el examen. Estaba largo y
verraco.
Eran seis caras O.o
OMG, pero lo problemas estaban fáciles. Solo dos partes eran de teoría y
el resto eran problemas sacados del mismo Baldor con turbante feo. Sí, señores,
el viejito; el que usaron mis tíos, mis abuelos, mis padres y mis hermanos que
ya están en la universidad
Terminé el examen a la velocidad que la mayoría de la gente.
Cuando lo hice vi a muchos alumnos que todavía resolvían los problemas con cara
de angustia, de “no voy a poder; lo tengo todo malo”. También observé a algunos
contando con los dedos y viendo que no les salín. Eso es verdaderamente
angustiante. Porque yo también me he roto la cabeza con esos problemas
bellacos.
Entregué mi examen y fui a la biblioteca a repasar biología y
física. Comí una empanada del quiosco a escondidas de la bibliotecaria y
continué estudiando. Unos chicos que gustaban de mí en la secundaria (bueno,
solo uno, que era muy guapo, pero nunca le presté atención :’( pochito él) se
me acercaron. Ni siquiera lo miré. Yo estaba concentrada en mi estudio. En ese momento
Rocky no era el dueño de mi alma. Yo era un alma libre que estaba a punto de
librarse de todas las cadenas que la ataban. Me gusta la biblioteca. A pesar de
que ahí venía el chico este guapo para coquetearme, en ese lugar yo era libre.
No era propiedad de nadie y tenía casi una vida muy diferente. La biblioteca
era como un mundo totalmente diferente y separado del mundo verdadero; el cual
no sé hasta qué punto es verdadero.
Ahí estando dentro de esa visión viví mucho y mi último
recuerdo de ahí dentro no fue el rostro de mi amigo y compañero de estudios,
sino las secas páginas de un libro de ciencias.
Hice ese examen de ciencias así como lo demás. Y una vez que
hube salido de ese compromiso comencé a reorganizar mi vida. Tenía que hacer
los trámites para ir a la universidad. Esas no son vacaciones. Pero de todas
formas estaba muy cansada y ese sábado (ya no había prácticas) me levanté a las
cuatro de la madrugada. Y me dije en mi mente “Ahhh Hoy es el último día del
colegio”. Pero luego recordé: “oh, ayer fue el último día del colegio”. Fue un
día tan normal que no parecía el último día. Fue un día ordinario; porque no
sería la despedida definitiva para la mayoría de los estudiantes. Se verían a
través de redes sociales. No estarían desconectados. Y además se verían el
siguiente año. Yo no volvería el siguiente año. Yo me iría a la universidad.
Bueno eso no era seguro todavía. Por eso debía descansar para luego esperar los
resultados.
Después de darme cuenta de que ya era sábado, me volví a
acostar y me levanté definitivamente casi al mediodía.
Tenía dos cosas importantes que organizar: tenía que terminar
con mi plan maestro y tenía que hacer la sacar mis papeles del colegio y
llevarlo a la universidad. Pero antes de hacer eso debía estar segura de que el
programa me había aceptado. Y para eso tenía que esperar la carta que llegaría
directamente desde las oficinas de las altas directivas del programa. Eso
tardaría mucho. Así que debería comenzar por lo que tengo a mi mano: el plan
maestro.
¿En qué consistía? Rocky me
iba a conocer bien, como soy yo. Sin velos, ni tapujos, ni etiquetas
anti-constructivas que pretenden ser éticas. Mi rebeldía no debe ser motivada
por otra cosa que no sea lo que ha congelado mi amor. Antes fue cálido, ahora
frío y congelado. Ha quedado destrozado y reducido a una pequeña roca fría.
Hay una poderosa razón
dentro de mí la cual me lleva a los impulsos frenéticos dentro de mí por hacer
esto que nace de mi mente. Una sola palabra cambió todo lo que había dentro de
mi ser. Cambió una mirada inocente, alegre y fugaz en una inmoralidad y
tristeza que embriaga y llama la atención de hasta el más alto Sultán. El
hombre más importante de mundo, con la agenda más apretada que un corsé dejaría
todo por atender a una criatura con una mirada así. Una mirada triste llama más
la atención que una mirada alegre. Porque triste se puede consolar y ganar.
Alegre no se puede ni disfrutar. Así es como se gana en el amor y la guerra.
Resolví a mí misma y me di cuenta de que verdaderamente no
tenía nada en mente. Estuve tanto tiempo ocupada de la escuela (y con la debida
razón) que la verdad nunca pensé algo verdadero para llevar a cabo mi plan
maestro. Ya era momento de idear algo que de verdad funcione.
Lo
pensé y era el momento adecuado. Ya había terminado el colegio y tenía
toda una vida por delante, no podía quedarme ahí en mi habitación esperando a
que mi Sultán llegue de la capital. Él está con otras mujeres y se aprovechó de
mi inocencia. Este es el mundo occidental; acá las cosas no son como del lugar
de donde proviene ese nombre. Él no puede hacer conmigo lo que le plazca.
Porque yo no soy suya. Porque él no me ganó. Yo no tengo dueño; yo soy libre, y
volaré hasta el mundo en donde pueda prosperar felizmente. Y obviamente _____
(TP) no es ese mundo. Es mi tierra, pero no mi destino. Y Rocky tampoco es mi
alma gemela. Lo reniego rotundamente por haberme fallado en su misión.
Madeleine me chateó. Mi meditación fue interrumpida por el
pitido de mi teléfono. Me escribió con un hola fingido. Luego me dijo:
Tengo un problema.
No quise intervenir y preferí que me explicara ella misma;
pero no escribió nada, por el contrario, me llamó. Le contesté. Su voz se oía
distante y resquebrajada. Inmediatamente me trasladó al mismo infierno su gemir
y su llanto.
-
Amiga—sollozo—prima—otro sollozo—_____ (TN). Yo no quería que
esto sucediera. Yo amo tanto a Riker. Lo amo tanto que fui inconsciente. Le
entregué todo—siguió sollozando. Entonces intervine.
-
Madie, ¿qué fue lo que pasó?
-
Hace seis días que me debía venir la regla. Yo no tengo un
periodo tardío o irregular. Mi periodo siempre ha sido de 30 días. Y como crecía
la incerteza dentro de mí, fui y me compré una prueba de embarazo casera—otro
llanto. Un suspiro y una falsa calma—Estoy embarazada. Ya llevo un mes.
-
Y es de Riker. ¿Él lo sabe?—terminé por ella, mientras rompía en
llanto.
-
No—salió la negativa ahogada desde un profundo gemido—No sé qué
hacer, amiga.
-
Quédate en tu casa. Yo me encargaré. Riker te va a mantener. No
vas a estar sola. Él estará junto a ti.
-
Eres un amor, ______ (TN). Eres un sol. Rocky no te merece.
-
Lo sé. Pero hablamos después de eso.
No perdí ni un solo segundo y salí corriendo de mi
habitación. Caminé rápidamente hasta la casa de los Lynch y pregunté por Riker.
-
________ (TN), ya saliste del colegio. Ya acabaron los exámenes.
¿Para qué quieres a Riker?—me preguntó Ross cuando pregunté por Riker.
-
Oh, cariño… Eso no te compete. UHH ¿Estás celoso?—dije eso
porqué Ross se achicopaló.
-
No, no es nada. Estoy muy bien. No pasa nada, ______ (TN).
-
¿Y dónde está Riker?—inquirí.
-
Salió a dar una vuelta por el vecindario.
-
Me lo hubieras dicho desde un principio en lugar de tener esta
aburrida conversación, niño—salí por la puerta de enfrente.
Recorrí las calles del vecindario como hiciera Riker hace no
sé cuánto tiempo atrás. Parecía yo muy normal, pero en realidad un impulso me
llevaba, que a veces me dominaba y me convertía en otra de una forma
inevitable.
Por fin llegué a encontrar a Riker. Estaba en el parque
central. Curioso encontrármelo un domingo, en la tardecita, sentado en una
banca.
Usaba unos lentes de sol que lo hacían parecer como una
persona ciega. Además sus muy pocas facciones hacían ver que no estaba en
contacto con su medio externo, lo cual hacía parecer que fuera ciego.
Riker miraba fijamente al sol; lo cual era otra razón para
pensar que es ciego, porque de otra manera le dolería la vista aunque usare
lentes.
Su cabello era el mismo, descontrolado, rebelde; todo lo que
mi alma anhelaba algún día alcanzar. Él sí era mi alma gemela.
Con mucho cuidado me senté en el borde contrario del banco.
Riker sintió mi presencia y sabiendo que era yo, me habló como tratándose de
mí.
-
Bienvenida. Puedo compartir este hermoso sol contigo. Su
bellísima luz hace que tu cabello resplandezca por una belleza extraordinaria.
Me encanta tu cabello—me miró—. Nunca había visto un cabello que se viera tan
hermoso cuando le da la luz del sol—me acarició el cabello y parte de la cara—.
Estás hermosa; de eso no tengo duda alguna—sonreí.
-
Riker—sostuve mi sonrisa—Tengo que hablarte de algo sumamente
importante.
-
Dime preciosa—dijo mientras me acariciaba el cabello. Yo tomé su
mano, con la que me acariciaba, y la junté con la otra mano. Las puse cerca de
mi pecho y hablé cambiando mi mirada para provocar a Riker.
-
Riker, cariño, —tomé airé y volví a mirar a Riker—sabes que no
es un secreto que Madie y tú volvieron—Riker alejó una de sus manos, se quitó
los lentes, se movió el cabello y me miró más fijamente mientras mantenía su
otra mano sobre pecho, al lado izquierdo. Estaba escuchando el hermoso latir de
mi corazón—. Ya han pasado tres semanas de eso. Riker, mi cuñado, sabes lo que
ha sucedido—. Riker inclinó la cabeza hacia abajo. Él sabía qué era lo que
sucedía—. Riker, mírame—no lo hizo—Madeleine está embarazada… tiene casi un
mes.
-
Pues será de otro hombre,
porque yo no la he tocada hace un mes—replicó Riker levantando la cabeza
y bajándola después de haber terminado de hablar.
-
Riker, por favor, sé un hombre… No niegues lo que es obvio.
Todos en la casa escuchamos como tú y Madie tenían sexo…
-
¡No me crees un hombre! ¡Ya vas a ver, niña ingenua!—dijo
levantándose iracundo, desabrochándose el pantalón y acercándome a la bragueta
de su pantalón. La mano que tenían en mi pecho se movió rápidamente hacia mi
cintura y mientras él colocó la mía en la bragueta de su pantalón. Me miró
movido por la ira del momento. Yo le devolví una mirada dulce y sutil.
-
¡Riker, tu masculinidad no se mide por cuántas mujeres puedas
preñar…, sino porque por tu valor, tu honradez, tu respeto y tu
responsabilidad! Acepta tus actos, hermano mío. ¡Embarazaste a mi prima y ahora
ella va a tener un hijo tuyo! ¿Por qué no te alegras de eso? No temas, Ross y
yo seremos su padrino y madrina.
-
¡Oh, en serio! ¿Por qué Ross será el padrino?
-
Porque yo le pedí ayuda—tomé fuerte mente las manos de Riker y
lo miré penetrantemente. Así pensó él de mí; y yo lo sabía perfectamente. La
pobre mente atrasada de Riker todavía estaba en la palabra preñar, que le inducía a querer hacer lo mismo que hizo con Madie
conmigo—. Riker, ahora te pregunto algo importantísimo: ¿tú amas en verdad a mi
prima… o estás atascado con mi recuerdo?
-
_______ (TN), tú lo dijiste, eres mi hermana. ¡Cómo podría
querer tener sexo contigo! Tú eres hermosa, inteligente y sexy; pero yo tienes
novio.
-
Me alegra que ya lo hayas superado. ¿Pero adónde dejaste a
Madeleine?
-
Ella está en lo más profundo de mi corazón. Eso no lo puedo
negar. Hermana mía, te juro por tu hermoso cabello y este sol que nos ilumina
que no dejaré a Madie desamparada. Ella lleva un hijo mío dentro de su vientre,
lo admito, y por eso es de relevancia—le sonreí.
-
Riker, eres un hombre, no lo olvides. Te casarás con Madie.
Mañana mismo irás y le propondrás matrimonio.
-
¡¿Mañana?!—exclamó sorpendido.
-
Sí.
-
Pero, aunque sea déjame buscarle un anillo bonito.
-
Está bien, pero no tardes; o Madeleine podrá desanimarse.
-
Está bien, iré en cuando pueda.
Riker y yo caminamos juntos hasta que llegamos a mi casa. Ya
había cumplido con mi deber como madrina y ahora que correspondía una doble
misión: la primera relativa a mi plan maestro que por fin tendría lugar en su
fase uno; y la otra sería mi deber de madrina.
Entré en mi habitación, me cambié el vestido y me puse un
buzo negro, saqué mi arsenal de cuchillo
y me preparé para la expedición. Busqué
y encontré brújula, fósforos, pedernal, soga, una botella de agua, una radio y
un celular de bloque; y claro todos los cuchillos que necesite: el de caza,
para asesinar, de escalada, de construcción y de tallar. Tengo más, pero debo
viajar ligero.
Quizás sería lógico que llevara algo de comida, pero en ese
momento estaba tan cargada de ira que no tenía espacio para la comida. Salí
cuidadosamente de mi habitación, después de haber dejado una nota escrita en
código sobre mi escritorio.
Ya era de noche, pasadas las siete de la noche. Me escabullí
detrás de un arbusto y bajé por el camino hacia el río. Cargaba puesto ropa
impermeable, y como el bolso en donde cargaba todo era impermeable también, era
todo perfecto para sumergirme por completo en el agua. Así podría escapar de
cualquier ojo crítico que estuviera cerca y podría cruzar al otro lado de una
manera práctica y rápida.
Inmergí en el agua y nadé como mariposa tranquilamente
atravesándolo por el lago del centro (o sea, evitando por completo los rápidos
del río) y en cinco minutos de travesía ya estaba en la otra orilla. Me esforcé
mucho para subir a la ribera. El suelo estaba erosionándose y las raíces de los
árboles sobresalían, por lo que me agarré de ella para no hundirme en lo
profundo.
Me tomó bastante poder subir, porque era muy alto, pero al
final lo hice. Me recosté detrás de un Palo Santo y recuperé el aliento. Estaba
helada; gracias al cielo la temperatura no iba a descender más, y no estaba
lejos mi posada. Por lo que el ejercicio físico me mantendría caliente.
Con mi cuchillo de construcción (es más bien una sierra de 12
pulgadas de largo) corté una rama que parecía muy firme y la convertí en
bastón. Tenía que subir una de las montañas más empinadas que había por ahí. Apoyándome
en mi bordón y en sosteniéndome de algunas ramas y lianas para impulsarme,
llegué hasta la cima de la montaña
cuando recién estaba saliendo Marte. En esa parte del distrito no se veían las
luces de la ciudad y por el contrario se escuchaban los sonidos característicos
del campo y se podía apreciar mejor el hermoso cielo estrellado y la luna.
Descendí la montaña apoyándome en mi bordón y con cuidado de
no pisar alguna mierda de vaca. Ese territorio compone una finca, desde la ribera
del río—donde el ganado toma agua—hasta abarcar casi toda la falda de la
montaña.
Encontré el ganado que todavía seguía comiendo, mugiendo y
poposeándose en el pasto que otros comerán. Algunos ya se estaban recostando y
descansando. Yo, sin embargo, tenía que caminar más para poder descansar.
Caminé muy discretamente entre el ganado. Siendo sincera
conmigo misma no sabía ni dónde estaba y por dónde que tenía que coger para
llegar a mi destino. Descansé en un llano y saqué mi brújula. No había ni una fuente
de luz. Saqué mis fósforos que seguían secos después de la inmersión en el río.
Solo encendí uno y con la luz que me proporcionó ubiqué bien la aguja en cero y
hallé mi localización dentro del mapa distrital (también llevaba eso en mi
mochila, además de uno provincial y un mapa de los vientos alisios y la Zona de
Convergencia Intertropical). Ya estaba afuera de la cabecera, pero seguía
dentro del distrito capital. Y según lo que sabía esa finca en donde yo estaba
era la finca de mi difunto abuelo (que en paz descanse), la cual había heredado
mi prima Madeleine. ¡Ya estaba cerca! Solo debía hallar la casa dentro de la
propiedad.
La finca es enorme, por lo que me costó bastante encontrarla.
No estaba pintada muy llamativamente y mi vista me fallaba en la oscuridad.
Caminé un poco e hice un gran esfuerzo por poder verla. Sabía que mi vista me
engañaría, así que después de haberla hallado en mi campo visual, la localicé
con la brújula y tracé una ruta hasta ella; ahora solo debía seguir esa ruta
sin desviarme más de tres grados. La aguja magnética me movía mucho, pero yo
trataba de mantener mis dos agujas norte alineadas mientras seguía mi aguja de
dirección
Finalmente llegué a mi destino. Madie vivía sola, pues, la
propiedad era de ella, pero imagino que Riker también hubo venido ahí
casualmente. En ese momento ella estaba sola. Había una luz encendida, en la
parte de atrás de la casa. No quise asustarla, así que entré por la puerta de
enfrente. Toqué la puerta y esperé a que ella abriese. De seguro no tenía el
aspecto de una buena visita, pero como me conocía, no me dejaría afuera
congelándome.
-
¡Ay, por Dios, ______ (TN)! ¿Qué te sucedió?—imagino que casi no
me reconoció. Levanté la mirada y le permití mirarme los ojos y la nariz; en
nuestra familia ese es el distintivo. La marca de familia no se borra ni con la
peor de las torturas.
-
Un río y una montaña intentaron dominarme, pero aquí estoy.
-
¿Intentaste atravesar la selva para llegar hasta aquí?—exclamó
alarmada— ¿Sabes que hay un camino más seguro?
-
No lo intenté, lo hice; además este es el camino más corto y más
seguro para mí.
-
Vamos, entra y luego me cuentas de qué se trata.
Hacía un frío del demonio afuera y me estaba congelando el
culo mojado. Dentro de la casa tenía ropa mía de la última vez que visité a mi
prima gemela Kimberly, ella fue la última que vivió ahí antes de
Madeleine. Tomé una ducha de agua
caliente y me puse pijama. Era la una de la madrugada, y frente al fogón
comimos algo y nos quedamos hablando.
-
¿Siempre le dijiste a Riker lo que le tenías que decir?—le
pregunté.
-
Sí, le chateé, muy serenamente y él me dijo que mañana, o sea,
hoy vendrá a verme.
-
Hui de casa. No quiero que Rocky me encuentre—intrigué con la
cabeza gacha, mirando al polvo del suelo.
-
¿Por qué hiciste eso? Rocky es tu novio, ¿o no?—Madeleine estaba
asustada.
-
Yo ya no sé si puedo volver a decirle con orgullo que es mi
novio—tomé aire y me pregunté si ella debía saber el secreto que se desbordaba
de mi labios. Sí, es necesario—Madie,
ese hombre abusó de mí—vomité las palabras.
-
¡¡Qué!! ¡¿Cómo es posible?!
-
Fue cuando estábamos en Buenos Aires; yo estaba borracha y no me
di cuenta. Después de mi fiesta él simplemente desabrochó mi vestido e hizo lo
que todo hombre haría—estallé en lágrimas.
-
_____ (TN)…
-
No sé qué hacer. Estoy muy asustada. Y él volverá pronto. Si me
encuentra querrá acostarse conmigo. Él solo piensa en eso. De hecho muy claro
me dijo: “Cuando vuelva lo haremos”.
-
Ay, ______ (TN), eso es muy trágico.
-
Lo sé—suspiré por lo bajo—Rocky volverá dentro de tres días.
Necesito que me escondas de Rocky.
-
Está bien, pero ya es hora que te vayas a dormir. Mandaré que
preparen una cama para ti.
-
No olvides que Riker tampoco me puede ver. Pero tampoco olvides
que él debe comprometerse contigo.
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OKay primero que todo mil disculpas por estos cuatro días de retrazo :/
la verdad no estaba ocupada, es solo que no encontré como preparar esto.
Hace poco me di cuenta de que este último capítulo de 2015 es el capítulo 15 y el primero del 2016 será el el 16, ¡qué coincidencia1
Gracias de verdad a todos mis seguidores en twitter y google+ por acompañarme durante todo este año. Ha sido hermoso escribir para un público tan amplio esparcido por cuatro continentes!
Y... pues nos vemos en enero
PD: ¿¡¿Riker estuvo a punto de violar a TN?!?
:@ :$ 3: <3
-r5lover