martes, 28 de julio de 2015

Capítulo 4: Capítulo 50 (conteo general): “Jilbab, atuendo musulmán”





Aquel día, en ese momento, en aquellas circunstancias me propuse hacer algo por amor, me propuse a bajarle la temperatura a ____ (TN). Me dije, estamos solo dos grados arriba, podemos bajarlos, sí que se puede. De modo de que si la manera latina no pudo hacerlo bajar, vamos a hacerlo a la gringa; apuesto a que ése es el problema, el virus no es latino, es gringo. Entonces le puse una bolsa de hielo a ____ (TN) en la cabeza y le di un refresco frío de frutas. Y luego comprobamos qué tan eficaz era la manera gringa; _____ (TN) se tomó su vaso de jugo de frutas friísimas y todo fue muy bien. _____ (TN) se quedó ahí sentada, viendo televisión mientras cargaba en la cabeza la bolsa de hielo. Luego de unos momentos comenzó a tener escalofríos, luego tuvo náuseas y vomitó en una cubeta (*¡vomitó por primera en casi un año!*). Después de vomitar—como en casi todos los casos—se sintió mejor. Entonces, ____ (TN) se desmayó. Sí, se desmayó y casi cae de narices dentro de la cubeta del vómito, claro no fue así porque la sostuve y la acosté en el sofá. Le desajusté el cuello de la camisa y fui a buscarle un vaso de agua y una pastilla de acetaminofén; también le traje un abanico de mano para ventilarla. La estuve abanicando durante dos minutos, aproximadamente, entonces ella despertó. ____ (TN) se tomó el vaso de agua y olvidó la pastilla, luego—cuando me ofrecí para traerle otro vaso de agua—rechazó la pastilla y dijo que se sentía llena con ese vaso de agua.

Para estar totalmente segura de que absolutamente todo marcha bien, le volví a medir la temperatura. La reacción de _____ (TN) fue algo como “¡ya deja! Parece que tú tienes un muy diferente caso de hipocondría”; pero no lo dijo como en aire de sabiondez, sino en aire de fastidio, arrogancia e inestabilidad, quisiera escuchar a una persona normal tratando de imitar su entonación, eso sería hilarante.

Obligué a ____ (TN) a quedarse quieta mientras el termómetro marcaba la temperatura. Entones vi la temperatura… decía que tenía 38ºC de fiebre, eso era un enorme progreso. Como dije, si la manera latina no funcionó para bajarle la temperatura, la manera gringa debiera funcionar, y le bajó un grado, estábamos cerquísima. Entonces intenté bajarle más la temperatura. Obviamente, como deben de estar pensando ahora mismo, si le tomo la temperatura justo después de que ella dejase de tomar la bebida no tendría sentido porque en ese momento su lengua estaría fría, por la temperatura de la bebida; como yo no soy tonta, esperé unos cinco minutos después que ella se acabó la bebida y antes de tomarle la temperatura, entonces marcó 38º.

-          ¿Ya estamos en 37?—preguntó ____ (TN).

La voz de ____ (TN), sin embargo, se notaba más cansada que como si se estuviera recuperando.

-          No, estamos en 38.

En ese momento creí que no debí decírselo, sin embargo, me sentiría mal si creyese que ya estaba bien, de todas forma tendría que bajarle la temperatura; eso sería imposible de pasar inadvertido. No obstante, su expresión no fue de tristeza, sino de fastidio <<ugh!>>. Sí, yo estuve de acuerdo con ella. Quise darle otra bebida fría. Ella mostró una cara como de “si me tomo otro más de esos, voy a morir”, pero se lo tomó con abnegación, me miró con una sonrisa en los labios y luego se lo tomó.

Luego me dijo que quería dormir. Me dio el vaso y luego se echó en el sofá; yo iba a llevarla a la cama, en su cuarto; pero ella se tiró en el sofá e instantáneamente quedó dormida en el lecho.

Cuando ____ (TN) se fue a dormir ya eran como las 5 de la tarde. Veinte minutos después de que _____ (TN) se fuera a dormir, me senté en la terraza de la casa de ____ (TN). Ahí estaba su padre acostado en una hamaca en el patio. La terraza tenía una puerta que daba al patio, por eso yo lo podía ver desde la mecedora en donde yo estaba sentada; por eso digo que él estaba ahí, en la terraza. Desde mi mecedora, giré mi cabeza unos 90 grados y observé el atardecer. El crepúsculo es una de las cosas más hermosas de la vida, lo que me recuerda que también es algo muy romántico, eso me recuerda a Riker, creo que es el único “novio” que de verdad he amado.

En el colegio, las chicas tenemos novios de mentira, pero a Riker no le gustan las relaciones de mentira, o tal vez relaciones verdaderas, pero con sentimientos mínimos, si uno termina, no pasa nada, porque uno nunca está realmente enamorado de la pareja; pero Riker es tan diferente, y no quiero lastimarlo o perderlo. Pero tampoco encuentro manera de explicarle lo que realmente pasa, y ahí vuelvo atrás, ¡no quiero perderlo! Sin embargo, mi principal preocupación en ese momento era la salud de mi mejor amiga.

De Riker pasé a Rocky. De repente su recuerdo me vino a la mente, continué pensando en él y lo que debería estar sintiendo en ese momento, debería de sentirse aislado, sin ninguna posibilidad de comunicarse con su chica. Entonces, la barrera se rompió; Rocky me llamó al teléfono celular.

-          Hola, María—me llamó.
-          Hooo-la. ¿Qué pasó, Rocky?—respondí con pereza.
-          ¿Por qué esa actitud, nena?—hizo una breve pausa—y… ¿Cómo está _____ (TN).

-          Está descansando—dije.
-          ¿Puedo ir a verla?
-          Sí—ya me estaba durmiendo. — ¡No!—entonces me desperté--____ (TN) está descansando, no puede verte y recibirte.
-          Pero no quiero que me vea, necesariamente, solo quiero verla yo a ella. No es necesario que me reciba.

-          Rocky, dije que no.
-          ¡Oh, por favor!—suplicó Rocky.
-          ¡No!—repetí.

-          Oyee—dijo en tono coqueto—Ryland quiere verte, o hablarte…
-          ¿Qué quiere?—exclamé exasperadamente.
-          Eeeeeeeeeeeeeee
-          Rocky, no tengo tiempo para estupideces—le colgué.

Me puse a llorar. Fue una sensación que jamás había sentido en toda mi vida. Sentí mi corazón oprimido; Riker, ____ (TN), Rocky ¡y ahora Ryland! Fue mucho para mí y no pude sostenerlo más, entonces estallé en llamas.

El padre de ___ (TN) y se acercó  a mí y me dijo: “Ya sé que la extrañas, pero no hagas que yo también me ponga a llorar”. Levanté la cabeza y le miré la calva, entonces volví a bajarla. “Ella volverá, no te preocupes”. Con esta frase vendría muy bien una palmada en la espalda, pero el padre de ____ (TN) no me dio una palmada en la espalda; solo se retiró. Nunca nadie supo que yo sufría por todas las razones que acabé de mencionar. Es probable que el padre de ___ (TN) y sus otros familiares ya supieran que yo sufría por ____ (TN), pero nadie supo el resto de las razones: Riker, Rocky y Ryland. La única persona que lo supo fue ______ (TN), años después, cuando la gran tragedia sucedió, antes de que todo acabase para siempre. Hasta entonces, nadie lo supo.


La medicina que los doctores le recetaron a ____ (TN) decía que se debe consumir cada 8 horas. Si tienes a un paciente como _____ (TN), que se despierta cada… 5.9 años, es prácticamente imposible hacer que se tome el medicamento cada ocho horas. Como ya casi estábamos sobre la temperatura correcta, me propuse seguir las reglas. A la una de la madrugada fui a despertarla. ____ (TN) roncaba como una elefanta, pero era admisible, estaba súper cansada. Intenté empezar con algo sutil: le toqué el hombro, no se despertó, lo cual podría ser hasta predecible. Luego le hice cosquillas en el cuello, y nada paso, comencé a extrañarme un poco más. Puse la canción de Loud en mi teléfono, con el volumen a lo más alto y se lo puse pegado al oído. No pasó nada. Se me ocurrió que debería ser algo más repentino. Entonces le puse pausa, volví a acercar el teléfono a su oído, pero esta vez no estaba sonando la canción; como tenía el dedo cerca del botón de reproducir, le cliqué, cuando el teléfono ya estaba en su oído. A mí me asustaría eso, pero no fue el caso con _____ (TN).

Entonces decidí hacerle cosquillas en la cintura, es su punto débil; pero nada. Si ella no se despierta con cosquillas en la cintura, sea la hora que sea, es imposible hacer que se despierte. Entonces me di por vencida y me fui a la habitación de huéspedes, en donde yo estaba durmiendo.


Esta historia continúa a las 10 de la mañana de ese mismo día. Todos en casa de _____ (TN) ya se habían ido, solo quedábamos ella y yo. ______ (TN) ya estaba despierta a esa hora y se veía muy bien. Ya casi podía hablar bien, incluso hasta cantar y la fiebre estaba casi, casi, pero muy casi en 37ºC. ______ (TN) se mostraba con tantas energías que estuve a punto de llamar a Rocky, no sé por qué quise llamarlo, solo pensé que tal vez, solo tal vez, él sepa cómo contralar la excesiva energía de _____ (TN), sí sabes de qué estoy hablando.

En fin, _____ (TN) se encontraba bien, muy bien. Como no teníamos nada que hacer, surgió esta conversación justo después de desayunar:

-          ¿Y ahora qué hacemos?—Preguntó _____ (TN).
-          No tengo idea—pequeña pausa—. ¿Tareas?
-          No tengo ganas—respondió ella desperezándose y estirando sus brazos.

-          Hay tiempo…
-          No lo sé.
-          No era una pregunta.

-          Oh, ¿en serio?—parecía más bruta conforme el tiempo iba progresando.
-          ¿Vemos Disney?—propuse con no muy verdaderas ganas.

-          Nah, Disney, a esta hora da puros programas para niñitos pequeñitos—dijo con indiferencia.
-          ¿Algún otro canal de TV?—ella era la “special guest”, entonces yo no podía decir nada que no la complaciera.

-          ¡ESOTY ABURRIDA!
-          ¡Pues desabúrrete!—le grité.

Creo que estallé demasiado rápido, pero, lo que pasaba era que la explosión del día anterior no había sido suficiente para sacar todo lo que me molestaba, y eso salió por completo, al día siguiente.

_____ (TN) y yo estuvimos cerca de una hora separadas una de la otra. En ese tiempo, estuve a punto de comenzar a estudiar otro idioma como pasatiempo para matarlo, otra opción hubiera sido continuar con la composición de la tarea de música, pero me fue más placentero quedarme sedentariamente sentada (o más bien, acostada) en la cama, bocabajo. Primero me dije que me quedaría ahí haciendo nada; entonces, hacer nada se convirtió en reflexionar sobre la lluvia, la lluvia de problemas, ¡por supuesto!

Después de que hubiera pasado la hora de aislamiento una de la otra, yo me encaminé al encuentro de ____ (TN), pero ella estaba en la puerta justo cuando yo iba a atravesarla. Entonces nos pudimos poner de acuerdo.

-          Veamos a Rocky.

Esa propuesta de cómo gastar nuestro tiempo fue aceptable, si no quieres aburrirte, ve a visitar a Rocky Lynch, con él nunca te aburrirás; me parece una buena idea. Sin embargo, me sorprendió la propuesta: estuve evitando a Rocky por casi una semana (ya era miércoles), y entonces me pedía que fuéramos a verle; es como decirle a un oficial de policía que no dispare a nadie, a absolutamente nadie, y luego le dicen que dispare a diestra y siniestra.

De cualquier modo, mi misión era complacer a ____ (TN), entonces…

-          Okay, ya le llamo—asentí.

Marqué el número de Rocky y enseguida él me contestó. Lo primero que dijo fue: “¿______ (TN) está bien?, ¿ya puedo verla?

-          Sí, Rocky—hice una pausa para permitirle que argumentara algo; como no lo hizo, continué—sí  a todo.

-          Voy para allá—estuvo apuntó de colgar; lo detuve.
-          ¡NO! Espera, nosotras vamos para allá.
-          Ok.

Rocky cerró la llamada y nosotras prefirimos irnos lo más rápido posible, solo para que cuando llegáramos Rocky estuviese ahí, esperándonos pacientemente. _____ (TN) se tardó como 20 minutos vistiéndose. Me parece a mí, pero cuando una se tarda 20 minutos y más vistiéndose es porque va a ir a una cita con el chico que le ha gustado toda la vida, pero cuando es con el novio, no; porque ya se conocen bastante y verse demasiado arreglada, a veces, puede asustarlos, tal vez piense que eres una psicópata y te mueres si él te ve sin maquillaje o con una blusa que no combina con los pantalones.

Cuando _____ (TN) por fin salió, lo que vi me sonó indignante…

-          _____ (TN)—me jalé un mechón de cabello—esperé veinte minutos por… eso—finalicé con la boca abierta y apuntando a su atuendo en forma despectiva, con mi dedo índice.

-          ¿Qué pasa? ¿No te gusta?—preguntó tan inocentemente como una niña de 2 años.

-          ____ (TN), jamás he cuestionado tu forma de vestirte, pero… ¿pretendes que Rocky vuelva a Estados Unidos y rompa su contrato como actor de telenovelas acá?

-          No. ¿Por qué lo dices?—siguió hablando como niñita ignorante.
-          De veras: vas a hacer que Rocky vuelva a Estados Unidos.

El atuendo de _____ (TN) era como “What The Fuck. Laughing my fucking ass off”.  Es en serio. Llevaba un jilbab. En ese momento en que la vi no tenía ni idea de qué era eso. Entonces, ella me lo dijo: “Es un jilbab, una vestidura musulmana”.

Cuestioné el color negro terrible, la forma, el largo—en nuestro país hace demasiado calor como para vestirse como musulmana—y simplemente el atuendo, por qué ____ (TN) se tenía que vestir como musulmana. <<Por lo menos se le ve la cara>>, pensé. Pensé demasiado pronto; cuando íbamos cruzando el marco de la puerta de la calle, y ______ (TN) se puso el velo, entonces me sentí súper rara caminando alado de ella, en verdad se sentía como caminando alado de una musulmana.

Narras tú:
¿Mi atuendo?, súper sencillo: me vestí con ropa normal; sí CON ROPA NORMAL. Por encima de mi blusa, cuyo diseño no es menester, me puse mi tradicional abrigo blando polar de la buena suerte y una bufanda mal amarrada. En el siguiente nivel de mi atuendo, el externo, me puse un “jilbab”, una vestimenta musulmana, una túnica larga que cubre todo el cuerpo, la cabeza y el rostro con un velo a modo de pantalla para los ojos (http://www.ehowenespanol.com/vestimenta-paises-musulmanes-hechos_47202/). El objetivo de esta vestimenta era sencillo: Rocky, no me debe ver las glándulas inflamadas. El cubrirme con un velo ayuda a filtrar mi voz y, como en ese momento ya no estaba tan ronca mi voz, no sonaría mal, sino bastante normal para el que me escucha del otro lado del velo.

Al llegar a casa de Rocky, María tocó el timbre y Rocky abrió inmediatamente. Jamás había visto su casa, ni esa ni la de L.A., pero se notaba que tienen muy buen gusto. No reparé mucho en observar el diseño de la casa de Rocky y me concentré más en cumplir mi misión y retirarme a la clausura.

Rocky abrazó a María, amistosamente, y luego preguntó: “Who’s she?”, señalándome a mí. Suerte que ninguno de los dos pudo observar mi respuesta facial, a nadie le hubiera gustado. María buscó las mejores palabras en el idioma inglés para decirle que “esa” era yo, muy apropiadas: “She’s ____ (TN). Now, bring her inside your beautiful house, do whatever you want with and to her, and call me when you have finish”. *What The Fuck*. Creo  que el concepto de mejores amigas 4ever&ever ha quedado muy deforme. María simplemente se fue y me dejó, ¡se suponía que yo iba a huir de esa manera!

Rocky, como es su naturaleza escandinava (recordemos que su madre es de ascendencia danesa), intentó cumplir lo que María le pidió, hacer conmigo lo que quisiera; de la manera que estás pensando. Rocky intentó levantarme el velo, de manera que lo haría un novio cuando él y la novia están en el altar. Su sueño de matrimonio se arruinó cuando le dije:

-          ¡No me levantes el velo!—entonces se detuvo y trató de observar la expresión de mis ojos por debajo de la pantalla—. Sólo mi marido puede verme la cara.

-          What? ____ (TN), tú no tienes marido; pero yo soy tu novio. ¿No va eso por el mismo camino?
-          No me consta tal apelación.

-          ¿Tal apelación?... ¿_____ (TN) qué te sucede y por qué estás vestida como musulmana, o eres ehhh…? ¿cuál es tu religión?
-          Soy musulmana, ¿no viste el jilbab?—le pregunté esperando que se lo creyera.

-          Sí, vi el jil-- lo que sea; pero tú no eres musulmana—intenté protestar pero Rocky prosiguió sin hacer pausa alguna—. Si fueras musulmana yo jamás te hubiera conocido… Además, según tengo entendido, en los países árabes se prohíbe que dos personas de sexos opuestos se relacionen a no ser que estén casados; o sea que no existe el noviazgo. Y tú tienes un noviazgo conmigo, ¿o es que pretendes terminar conmigo?—hizo una pausa—. ¡Respóndeme!

-          Oh, claro que no, Rocky, como crees que terminaría contigo—me abracé de su hombro.

Rocky suspiró exaltado. Se notaba cansado fastidiado, y con muy pocas ganas de discutir, pero  menos de  no poder ver mi rostro.

-          ¿Ahora puedo verte el rostro; al menos me merezco eso?
-          ¿Podemos entrar?

-          Respóndeme.
-          Sí, entremos.

No le dejé tocarme hasta que entramos en su casa. No había nadie en casa, lo cual era perfecto para “nosotros” en general, pero malo para mí en particular. Yo, que siempre vengo preparada, traía un “niqab” en mi bolso. Me quité el velo del jilbab y me puse el niqab. Entonces la expresión de Rocky fue como de: “oh, no manches, niña”. Pasé de una larga túnica, con un velo fuera de moda, a una larga túnica con un niqab. El niqab es un tocado, pero la característica principal de esta prenda es que me puedo quitar la parte inferior y mostrar parte de la cara, estando dentro de mi círculo familiar.

Me quité la parte inferior de mi niqab y le mostré mi rostro a Rocky. “¿Feliz?” Sin tan siquiera esperar a que respondiera, me volvió a tapar el rostro, no quería que me viese… como ya expliqué.


Rocky tomó el velo mientras decía “no, no-no”. Al principio estábamos sentados en distintos sofás, pero, luego—cuando le hice la pregunta “¿feliz?”—se sentó en el mismo sofá en que estaba yo y me tomó las manos y el  velo. Mi corazón comenzó a latir como a mil por segundo, literalmente las arterias de mis manos estuvieron a punto de explotar y creo plenamente que no estuve alucinando porque hasta Rocky se dio cuenta, comenzó a acariciarme las manos mientras se explicaba por qué él no quería que yo me ocultara detrás de un velo. Sus caricias, como medicina para mí, me aliviaron hasta en lo más profundo de mi alma: mi extremada presión alta, mi fiebre y dizque resfriado y todas las inseguridades que tenía en ese momento.

Me dejé el velo suelto un rato y conversamos un momento. Rocky básicamente hacía preguntas como las del WorkBook de 7 grado; Where are you from?, did you grow up there? When did you move here? Do you like to read?  ‘’  ‘’ to go to the cinema? What kind of music/movies do you like?, etc. Claro él no era tan obvio, pero sus preguntas daban la total obviedad de decir: ¡mujer, no te conozco, déjame conocerte!, pero en tono fastidiado como respondiendo y reprochando, no de la forma mal pensada en la que María y yo te hemos enseñado a pensar las cosas.

Me dejé llevar por él, es un chico bastante interesante y divertido y, no me conduce a nada malo; no es esa clase de “diversión”. Pero, sin embargo, él me desconcentra. Jamás fui tan abierta con él y definitivamente esa vez no fue la vez en la que fui más como un libro abierto; comparándola con otras veces, anteriores, en las que hablamos, creo que sí fue la vez, hasta ese momento en la que más me abrí. Comparándolo todo lo que le tuve que decir a Rocky, no es nada, por eso no tiene mérito escribirlas aquí.

De tanto hablar—tanto hablar para lo poco que había hablado últimamente—se me fue yendo la voz. Hasta sentí que me salían algunos gallitos, por suerte, Rocky no los pudo escuchar, o eso me pareció a mí. No reaccionó, se quedó ahí, inmóvil. Pero yo sí reacciono frente a una situación así. Con mi astucia para guiar a las personas a donde quiero, logré matar la conversación, pero no interrumpiéndolo. Fui dejando de hablar tanto, disminuyéndole la importancia a las cosas y haciendo parecer que me siento mal, incómoda y que prefiero estar en mi casa. Al final hice el drama del reloj, pero real: miré mi muñeca como haciendo creer que tengo un reloj que en realidad no existe, entonces dije: “oh, no tengo reloj. ¿Qué hora es?” Rocky me dijo la hora y yo afirmé que era tarde y que tenía cosas que hacer en mi casa y listo. Es la perfecta excusa para poder irse y zafarse de todo por lo que no quiera pasar.

Rocky aceptó que yo me fuera para mi casa, sin embargo, no lo sentí seguro de lo que me decía, parecía como si sólo quisiera complacerme pero no se siente complacido él mismo.

Me levante del asiento, y me encaminé hacia la puerta. Rocky me miró y reaccionó. Me alcanzó en la puerta e intentó darme un beso en los labios, pero yo no quería darle el beso, ya sabes, por el temor a contagiarlo de una enfermedad que yo ni siquiera sabía qué era. Intenté excusarme averbalmente: dándole un beso en la mejilla a distancia, y así favorecía a mi excusa de tener prisa. Rocky, al parecer no, entendió mi mensaje y quiso, de todas maneras, que le diera el beso; yo quise irme de una vez, antes de que algo muy malo sucediera; sabía que estaba jugando con fuego.

A penas ya estuve a varios metros de él, me volteé y caminé decidida y hacia el frente, con el pensamiento de que Rocky no me estuviera siguiendo. Entonces la incertidumbre creció y sentí que él me estaba siguiendo. Escuché sus pasos, y mi corazón comenzó a latir las fuerte, como advirtiendo su presencia.

Ya iba por la sexta calle, estaba casi en casa y entonces escuché su voz: “_______ (TN), espera”. Dediqué 5 segundos a pensarlo: ¿voltear o no voltear?, he ahí el dilema. Seguía yo con mi dilema cuando sentí la profunda y verdadera sensación de que no era una alucinación mía, era real. Rocky entró en mi rango de visión periférica. Volteé a ver—porque para ese instante ya había quedado detrás de mí por lo rápido que yo caminaba—y me encontré con él llamándome desesperadamente. En ningún momento dejé de caminar, siempre mantuve la marcha y no me dejé ganar por él.


El momento decisivo llegó cuando él intentó tomarme, pero no pudo porque no dejaba de avanzar y no dejaba de moverme. Rocky tomó mi niqab y lo jaló, éste se cayó y mi cabeza quedó descubierta. Me dio un susto, porque creí… muchas cosas, no solo que me vería la melena despeinada, sino que también me darían los rayos del sol y me quemaría el cuello; pero eso no era la peor: el niqab me protegía todo lo que se llama sistema nervioso central. Me protegía la cabeza, en donde están el cerebro, el cerebelo y el bulbo raquídeo, tres órganos que estaban siendo afectadas por la enfermedad. Además me protegía las fosas nasales, ya que ellas estaban muy delicadas, un poquito de calor excesivo y se terminan de cerrar y me muero, por eso me tenían en una habitación ventilada; el niqab daba calor, pero producía sudor, lo cual me refrescaba la cara. Pero, sobre todo, lo que más me preocupó, fueron mis glándulas: el calor me afectaba en ella y además, necesitaba llevarlas cubiertas para protegerlas.

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Este es el capítulo más tonto que he escrito, hasta más tonto que el segundo capítulo.
sin embargo hay cosas datos importantes aquí, como la locura de TN de hacerse pasar por musulmana, tal vez porque no quería volver a ver a Rocky, no quería o él la tocara o simplemente porque la fiebre ya estaba comenzando a afectarle el cerebro. Hablo en serio, para este momento en la historia TN ya está sufriendo problemas cerebrales.

Ya vamos por el capítulo 4!!! Es increíble que ya vayamos por aquí. Recuerden que todavía está la pregunta vigente: ¿quién es el personaje nuevo que no está en la lista de los personajes tanto nuevos como viejos. aquí está la lista
La respuesta a esta pregunta se encuentra mencionada en el capítulo 12, y como "premio" a quien me envíe la respuesta correcta (a través de un comentario en el blog o a través de un e-mail) será un avance exclusivo del final de esta tercera temporada que ya se está cocinando en mi computadora.

Espero que les haya gustado esta entrada. Síganme, comenten y compartan esta entrada en todas las redes sociales. Espero que alguien encuentre la respuesta, porque el tiempo se agota.
Para terminar esta entrada, quiero compartir este vídeo de los mejores vocals de Rydel.



PD: El siguiente capítulo (titulado "el cadáver") vendrá el 22 de agosto.
<3

1 comentario:

  1. Aun voy por el capitulo 11.... pero tranquila porque para el siguiente cap que subas ya iré al día. Estos dias me leere muchos caps juntos y bien para enterarme y poder ir al dia que si no.......
    Tu anónima amiga de España.

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