domingo, 11 de junio de 2017

Capítulo 98 (conteo general): “¡De compras!”


Narras tú:
La mañana era espléndida. Había tenido un muy placentero sueño, los pajaritos cantaban y la temperatura era cómoda. Hacía un friíto, pero no me estaba congelando. Era un frío agradable.
Las sábanas y edredones me daban suficiente calor y amortiguaban el peso de mi cuerpo sobre la cama. Además, se sentían tan tersas, suaves, abrazables… La sensación era simplemente cómoda.
Me levanté y miré la hora. 9:40 a.m. Había dormido cas diez horas y me sentía totalmente renovada. La regla se había ido y ahora yo abría las cortinas a un nuevo día.
El aire del exterior era seco, pero cargado de un fresco agradable. Sonreí para mí misma y me volví a tumbar sobre la cama mientras pensaba en el cantar de las aves y en Rocky.
Mi novio. Justo el que me había rechazado el día anterior. ¡Me había rechazado en la cama, maldita sea!... Y todavía se roba mis suspiros…
La luz del día inundó la habitación y el canto de las aves se hizo más elocuente. Cerré los ojos y me mentalicé que sería un día perfecto.
— ¡________ (TN)!—gritó María, irrumpiendo en mi habitación—. ¿Estás despierta?
—Sí—respondí.
— ¿Vamos de compras con Rydel?
Me levanté de la cama apenas oí el nombre.
— ¿Con Rydel?
— ¡Sí!—asintió María, eufórica.
— ¿De compras?—seguí preguntando.
— ¡¡Sí!!—respondió ella en un chillido— ¡Vamos, vamos!—.
Los ojos de María irradiaban euforia. Era como destellos. Literalmente se podría decir que tenía dos estrellas por ojos.
—Okay, está bien—acepté—. Solo deja que me arregle—asentí, pensando en que podría preguntarle a Rydel sobre lo que pasó con Rocky.
—Vale, te espero—asintió María, con una sonrisita tonta, mientras salía de mi habitación.
Apenas salió, aproveché para estirarme un poco antes de entrar a la ducha.
La idea de salir de comprar con Rydel me parecía estupenda. Aunque no se lo haya demostrado a María yo también estaba entusiasmada. El gusto de Rydel es muy bueno, aunque no tanto como el de Stormie, según muchas entrevistas hechas a R5. Sin embargo, aun así es como un sueño ir de comprar con Rydel, visitar sus tiendas favoritas, comparar gustos… ¡Ah! Muchas chicas quisieran estar en mi lugar.
Me metí a la ducha y abrí la llave.
A parte, Rydel, a lo mejor podrá responderme qué era eso TAN importante que Rocky tenía que hacer ayer. ¡Y me hablará de las nuevas canciones! ¡Qué emoción!


Salí del baño, me sequé, vestí, peiné y me maquillé y poco. Sí, solo un poco. No me puse ni rímel.
Luego salí del cuarto.
— ________ (TN)—canturreó María, que venía por el pasillo.
Yo iba saliendo hacia el pasillo, pero recordé la charla con los padres de Rocky y me  devolví para buscar mi cartera con mis documentos. Casi los olvidaba.
—  ________ (TN), no seas tortuga. Rydel ya está aquí y no queremos llegar tarde al centro comercial.
— ¡Ya voy! Solamente estaba arreglando mi cartera—respondí, saliendo del cuarto.
— ¡Vamos pues!—exclamó.
En la puerta recibimos a Rydel que venía en el auto de Ellington. Él también estaba ahí. Saludamos a todos y nos despedimos de Stormie.
El trayecto en auto fue silencioso de nuestra parte; la radio estaba encendida y Rydel y Ratliff se comentaban cosas en un acento tan extraño que a veces yo no les entendía.
Ratliff tenía la radio más cool de todo L. A. a todo volumen, y todos cantando a pleno pulmón las canciones del momento. Sin embargo, María y yo no quisimos hacer muchos comentarios ni preguntar nada. Yo lo único que quería era lograr estar un rato  sola con Rydel, sin Ratliff ni María para así poder preguntarle por Rocky.
La traición de María todavía sigue latente, por eso no confío realmente en ella. Sin embargo, como no volvió a actuar como la última vez, decidí dejarlo todo en silencio. Ni siquiera Rocky me preguntó sobre la sobre la “broma” en el teléfono. Y la misma María tampoco ha tocado el tema. Sin embargo ahora siento que no debí dejar todo como estaba.
Realmente no sé qué era lo que quería María. ¡No sé lo que quiere! Pero de seguro que a Rocky no me lo va a quitar, ni tampoco lo voy a perder por ella. Es por eso que Rydel es mi salvación. ¡Necesito llegar rápido al centro comercial para poder hablar con ella!
—Bien, señoritas—anunció Ratliff, presumiendo con su terrible acento en español—. ¿A dónde vamos primero?
—Al centro comercial—respondió Rydel.
—Lo sé, pero ¿cuál de todos?
—Ese—contestó ella, señalando a su derecha.
—Oh.
Ratliff soltó un pequeño refunfuño mientras maniobraba el coche para girar en esa dirección. Parece que aquí hay un centro comercial a cada kilómetro.
Rydel, María y yo nos bajamos del auto, mientras Ratliff miraba dónde estacionaba el auto. Así que nos dimos de avanzadilla y comenzamos a explorar las tiendas con la guía de Rydel.
Rydel iba señalándonos cuáles eran sus tiendas favoritas y dónde había tenido malas experiencias. Yo simplemente la seguí y escuchaba atentamente sus anécdotas.
—Bueno, chicas, ¿qué vemos primero?—preguntó Rydel cuando llegamos al centro de la plaza comercial, después de haber recorrido solo uno de los pasillos.
Las tres hablamos a la vez y no se entendió nada. Nos miramos las tres y nos reímos.
—Bueno—pedí la palabra—, yo digo que zapatos.
— ¿Y tú, María?
—Pantalones y faldas—respondió ella.
—Bueno yo busco maquillaje—aunó Rydel—. Creo que mi cara cambió de tono. Necesito nuevo maquillaje. Oh, y un helado, ¿qué dicen ustedes, chicas?
— ¡Helado!—dijimos María y yo a la vez. María, dando saltitos y aplaudiendo como una niña pequeña. Y eso que ella es mayor que yo.
Sin replicar, Rydel se volteó y caminó en dirección a la heladería.
La plaza central del mall tenía una forma de hexágono, y en sus lados había diferentes tiendas, algunas de comida, aunque no estábamos en el Food Court. En los demás lados del polígono había: una tienda de ejercicios, una librería, una tienda Mac, un café, un arcade y una joyería.
Rydel pidió helados para las tres y nos preguntó que de qué sabores queríamos. Yo pedí chocolate; María, GrapeNut y Rydel, cherry.
Nos sentamos en una banca que era parte de un masetero enorme donde estaba plantada una palma. Me gusta esto de Los Ángeles. Se parece mucho a __________ (Tu Ciudad). Es casi como estar en casa aún.
Había un tragaluz justo arriba de nosotras, por lo que era un excelente lugar para tener una planta. Además el efecto de las luces era precioso a todas horas del día.
Estábamos las tres tranquilas, disfrutando de nuestros helados y riéndonos de una que otra locura que Rydel nos contaba sobre los chicos en tour y sus salidas de compras con Ellington.
El teléfono de Rydel silbó, indicando, seguramente un mensaje. Rydel lo tomó, miró, leyó, escribió algo y después miró a todos lados.
Where is he?—preguntó—. ¿Dónde está él?
— ¿Quién?—pregunté.
Rydel me miró sin responder.
— ¿Ratliff?—me secundó María.
De pronto Rydel se puso de pie y luego la vimos hablando con Ratliff a unos 5 metros de nosotras. Estaba cerca, pero María y yo no podíamos escuchar lo que decían.
Con todo esto, a Rydel se la veía muy divertida y a Ratliff, como no, con su típica sonrisa infantil.
— ¿No crees que pasa algo entre ellos dos?—especuló María.
— ¿Algo como qué?
—Es que—susurró María—… están hablando entre ellos. Están riendo y no lo comparten con nosotras. Están ocultándonos algo. Porque, si no, hablarían delante de nosotras.
Vaya, eso es un razonamientos bastante complejo. Me tomó unos segundos recapitular todo lo que había pasado desde que nos vinieron a buscar hasta ahora. María tenía razón: Rydel había estado muy rara. Además se había reprimido el hablar de Ratliff directamente. Ella quería hablarnos de Ratliff, pero para poder hacerlo puso la excusa de contarnos lo que hacen los chicos cuando están de tour. Sabía que eso nos iba a interesar y que no notaríamos que hablaba más de lo que ella y Ratliff hacen cuando R5 está de Tour. ¡OMG, es verdad!
— ¿______ (TN)?
— ¿Eh?—la miré, saliendo de mis pensamientos.
—Creo que hay algo entre ellos.
Apenas María hubo acabado de decir eso, Rydel se volteó hacia nosotras. María y yo nos asustamos muchísimo. Yo hasta me enderecé, pues me había jorobado un poco mientras pensaba en Rydel y Ratliff como pareja y todo esto que María me estaba diciendo.
— ¿Y bien chicas, a dónde vamos?—volvió a preguntar Ellington.
—Ammm
— ¡Maquillaje!—exclamó María repentinamente.
—Ellington vamos a por maquillaje—ordenó Rydel.
Y Ratliff obedeció.
Ratliff pareció fanfarronear un poco, pero siguió a Rydel cual pollito sigue a la gallina.
Compramos maquillaje para todas, siguiendo las recomendaciones de la experta, Rydel y hasta acordamos hacer una cita de maquillaje. De vez en cuando me ponía mirar a Ratliff. Ni nos prestaba atención. Solo miraba a un punto en el infinito hasta que Rydel lo llamara… para pasar la tarjeta de crédito y cargar los paquetes. ¡Oh, pobre Rat!
En cada tienda hacía lo mismo. No decía nada a menos que Rydel le preguntara su opinión. Entonces sí volvía a ser el Ratliff que todas vemos en los vídeos de Rydel en Instagram. Pero mientras Rydel no le hablara, no era Ratliff.
Incluso sentía como que no estaba aquí con nosotros. Que era de una raza diferente. Que no debía hablarle. Ni siquiera mirarle…
Una mano tocó mi hombro—. ¿   _____ (TN)?—dijo Rydel.

— ¿Huh?

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Hey guys!! Lamento muchísimo la tardanza. 🙈 Pero Oh, por Dios!! Ni siquiera he terminada de subir los capítulo que faltaban de las semanas que me tomé un break OMG!
Bueno, pues tengo una mala noticia: 😡 Me tomaré otro break por algunas semanas. Es que empieza el segundo trimestre y no hay descanso para nada. Además las olimpiadas de física continúan. Estaré avisando por twitter cualquier cosa. No olviden seguirme--->> https://twitter.com/r5lover_guadalu
Espero que disfruten este capítulo, de cualquier manera. pronto tendrán el siguiente.Después del capítulo 100 me tomaré mi descanso.
Dame +1 si te ha gustado. Compártelo con all the world y en todas tus redes sociales. Por aquí estaré pronto con un nuevo capítulo y con mi reseña de New Addicctions.
Les dejo con Alexander Rybak, un artista que acabo de descucbrir hace tan solo unos días:

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