Mis ojos se abrieron con
pereza y dejaron pasar un velo de luz. Ya estaba despierta. Aunque quisiera
volver a dormirme, ya estaba despierta.
Con cuidado levanté mi
cuerpo hasta quedar sentada. Oía que alguien hurgaba entre mis cosas, daba
suspiros y se secaba el sudor. Me tallé los ojos y esta vez puede estar segura
de que no estaba en peligro. Era solo María que buscaba algo entre mis libros.
Sus mechones de cabello, ahora rubios, porque se los tiñó, brillaban con la luz
del sol que entraba por la ventana.
Entonces caí en cuenta de
la hora y recordé que aquí anochecía cerca de las 8, lo que significaba que ya
era tarde para mi cita con Rocky.
Me levanté de la cama tirando
las sábanas al piso y tropezando con ellas.
— ¡____ (TN)!—exclamó
María al verme ya despierta—. ¿Te desperté?
—Mmm, eso creo, no lo
sé—contesté, recogiendo las sábanas.
—Stormie me dijo que
deberíamos salir los tres y que no estemos aquí encerradas.
— ¿Los tres?—pregunté
alarmada. ¿Rocky, María y yo? ¿Cómo podía ser eso?
—Sí. Tú, Ryland y yo—dijo
ella.
Oh, ya se me estaba
olvidando esa candelilla que es Ryland.
—Bueno, supuestamente
Rocky y yo saldremos esta noche de nuevo—dije, mientras buscaba mi ropa—. Ya
casi es la hora. Será nuestra segunda cita—añadí, sonreída.
— ¡Qué bien!—chilló ella
con una sonrisita que me pareció algo falsa—. ¿Quieres que te ayude a vestirte?
—No, ya lo tengo todo—le
dije, mostrándole mi chán.
— ¿Eso?—preguntó,
asqueada.
—Sí. —Sonreí tratando de
repulsar su asco—. Rocky me dio indicaciones muy estrictas sobre cómo debía
vestirme para nuestra cita de hoy.
—Oh, ¿y tú vas a hacer lo
que él te diga.
Mi sonrisa se desplomó.
— ¿Qué quieres decir?
Rocky sabe a dónde vamos a ir; yo, no. Él sabe por qué me pide que me vista
así—espeté, enverracada.
—Sí… ¡Claro que sabe por
qué!... Porque quiere aprovecharse de ti—dijo María, subiendo el tono—… Por eso
te pidió que te pongas shorts.
Quedé indignada con eso
que dijo María, mucho más que cuando Charllotte me dijo que Rocky lo tenía
pequeño. Y aun peor porque María era mi mejor amiga.
La miré con la boca
abierta. Sin pensarlo mucho, tomé mi chán y me metí al baño a cambiarme. Me
hubiera vestido en frente de ella, pero era tanto el enojo que cargaba que me
pareció mejor pensar más lo que le iba a decir.
Cuando salí del baño,
vestida con el conjunto que había escogido, siguiendo las instrucciones de
Rocky, vi a María con mi teléfono en sus manos, intentando descifrar la
contraseña.
— ¿Qué crees que
haces?—la interrogué, fríamente.
Ella mostró un poco de
sorpresa al verme ya vestida y ahí. Sus ojos verdes como los de una serpiente
se quedaron fijos en mí. Estaba estudiando cómo me quedaba el atuendo. Yo,
decidida, caminé el pequeño trecho entre el baño y el centro de la habitación a
grandes zancas y me le paré en frente, rufiándola con la mirada.
Tomé mi teléfono y
escribí la contraseña, alejada de su vista.
—Llama a Rocky—ordenó.
— ¿Para qué?
—Solo llámalo.
<<Será por mí, no
por ella,>> me dije a mí misma.
Marqué el número de Rocky
y me puse el celular en el oído. Sonó varias veces y luego escuché la voz de
Rocky. El corazón me dio un vuelco, no sé por qué.
—Hola—dijo él.
—Ro… ¡oye!—exclamé,
gritando; con mi mano izquierda todavía en forma cuadrada mi teléfono, pero
ahora esta estaba vacía.
María me había quitado el
teléfono. Muy hipócritamente habló por él.
—Hola… Rocky. —Sentí mi
corazón revolcarse en el lodo cuando oí cómo ella pronunciaba el nombre de mi
Rocky.
—Huh? ¿María? ¿Y ______
(TN)? Este es su número. ¿Dónde está ella?
—Está aquí, a mi
lado—contestó María. Su mirada y su sonrisa me hacían agonizar—. Es solo que
ella tenía pena de preguntarte lo que te quería preguntar, así que me pidió a
mí que te lo preguntara. ¿Para qué quieres que ella vista shorts esta noche?
¡Yo ni siquiera quería
preguntar eso! Además, pena… ¡¿pena?! ¡Rocky es mi novio; a estas alturas de
nuestra relación, yo jamás tendría pena de preguntarle algo. Por otro lado, yo
no tenía esa duda. Yo confiaba simplemente en que Rocky no iba a querer nada
malo conmigo. Tampoco me forzaría a tener relaciones porque él sabe que todavía
no estoy preparada y está dispuesto a esperarme el tiempo que sea necesario.
Le hice señas a María
diciéndole que por favor dejara eso y me permitiese hablar con él. María solo
sonrió ante mi agonía, la muy cínica, y comenzó a coquetear con Rocky. Mi
sangre comenzó a hervir. Sentía cada palpitación en mis oídos. Podía ver cómo
mi amor se me escapaba frente a mis ojos; aunque supiese que Rocky está muy
enamorado de mí que no me dejaría por María. Pero igual me lo imaginaba… en una
situación como este puedo perder a mi Rocky… como aquella vez que besó a una
porteña. Aquella vez me imaginé que lo perdería.
—Ammm, María, ¿puedo
hablar con _____ (TN)?
—Rocky. ¡Rocky!—grité
para que él me escuchara del otro lado del teléfono.
Quise tomar el teléfono
de las manos de María para poder hablar con Rocky como Dios manda. Pero María
me lo impidió a toda costa. Y mientras, Rocky preguntaba por mí en el teléfono.
— ¡____ (TN)! ¡¡_____
(TN)!!—gritaba él, como si me hubieran secuestrado y estuviese hablando con la
secuestradora María—. María, por favor ponme a _____ (TN) al teléfono.
María y yo continuamos en
la lucha por tener en nuestro poder ese teléfono celular, respectivamente. Ella
se lo pasaba de una mano a otra, se lo ponía detrás de la espalda, arriba de la
cabeza… Yo la manoteaba, la abrazaba para tomar el celular de su espalda,
trataba de golpearle los brazos, me subía a su espalda, saltaba…
Finamente logré
arrancárselo de sus manos cuando las tenía detrás de mi espalda. Solo luché un
poco. Fue fácil ganarle. Después de que
lo tuve en mis manos, ella no luchó por quitármelo. De todos modos, el daño ya
estaba hecho y yo de todas maneras iba a tener que hablar con Rocky y
enfrentarme a sus preguntas.
— ¿Hola? ¿Rocky?—dije en
el micrófono del teléfono, después de haber soltado un profundo suspiro,
preparándome para lo que viniera.
— ¡_____ (TN)!... —dijo en
un suspiro—. ¿Ya estás lista? Voy en camino para la casa. Llegaré en breve.
En efecto, no hubo
acabado de decir eso cuando oí el motor de su auto en la calle de en frente. En
ese momento, me asaltó el terror de que Rocky estuviera manejando y hablando
por teléfono a la vez; mientras aquí, María y yo teníamos una trifulca, del
otro lado de la línea seguro que no se entendió nada de lo que pasó, y en eso, Rocky
se pudo desconcentrar y olvidarse de que estaba manejando… ¡pudimos haber
ocasionado un accidente!
Sin embargo, la preocupación
fue reemplazada por otro aún más grande. ¡Rocky venía subiendo las
escaleras y yo parecía que me acababa de
levantar!
Me coloqué frente al
espejo del armario mientras colocaba mis manos en mi cabello, tratando de
imaginarme cómo podía peinarlo
rápidamente.
— ¿Vas ayudar o te
quedarás ahí parada?—le espeté a María.
María, sin embargo no se
inmutó en el momento. Se quedó ahí parada… y después de un minuto dijo:
—Haz como Rydel. Solo
cepíllatelo y ponte una vincha o hazte una cola de caballo.
Yo suspiré agobiada,
empañando el espejo con mi aliento. Era mi única opción.
Tomé mi cepillo y lo pasé
varias veces por mi cabello para deshacer los nudos. Sé que eso daña el pelo,
pero no tenía tiempo. Así que me lo amarré con una liga y verifiqué que no
quedara despeinado por delante.
Entonces venía mi cara.
No podía salir sin maquillaje; aunque lo he hecho, pero no para una cita con
Rocky. Si voy a salir con él, debe parecer que por lo menos me importa estar
bonita, arreglada y aseada, no como si fuera a ver al médico. Si lo hago esperar,
parecería como si no me importase con él, como si no supiera medir el tiempo…
¡como si no estuviera pensando en él durante cada minuto hasta que llegara la
hora, cual toda una adolescente que siente maripositas en el estómago cuando él
llega!...
Pero finalmente Rocky
llegó hasta mi habitación y yo no estaba lista. Él sonrió y me esperó fuera, en
el marco de la puerta.
Me puse algo de polvo,
sombra, rímel y lipstick; aunque sea. Porque, por lo menos, mi piel no necesita
color. Ya tengo suficiente, y si Rocky me hace sonrojar, mejor todavía… XD
Por último, debía
arreglar mi bolso. Eché veinte dólares, mi teléfono, mi pasaporte, mi
identificación de ______ (TP), maquillaje de repuesto, mi espejo y una toalla
sanitaria; porque sí, la regla me visita en los peores momentos y cuando quiero
disfrutar de mi libertad.
— ¿Ahora sí?
— ¿Mmm?
Había olvidado que Rocky
estaba en la puerta. ¿A lo mejor vio todo lo que eché en la cartera?
—Sí—respondí quitándome
algo de pero de la cara.
Rocky me miró de arriba
abajo con un gesto complacido. Yo, nerviosa, me miré a mí misma para verificar
que no tuviera nada extraño. Después, cuando se puso más extraño su miramiento,
tuve el valor de preguntarle.
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Hola a todas mis fieles lectoras. Como puse en el último tweet que envié, los capítulos serán los miércoles, a partir de ahora. Creo que es el día menos de locos que tengo en mi horario, así que así será desde ahora.
Quiero leer sus comentarios abajo sobre cómo está yendo la novela. Estoy pensando en hacer cambios bruscos en la trama de esta historia. Esta temporada será muy interesante, :)
Como vídeo de la semana, les comparto este haul del canal de nuestra Queen Rydel Lynch:
En este vídeo Rydel nos muestra algunas ropas para esta primavera. Creo que las imágenes hablan por sí solas, no necesito traducir lo que dice ella. Aunque lo podría hacer.......
Espero que tengan una hermosa semana, que disfruten este capítulo, lo compartan en todas sus redes sociales u me dejen sus comentarios aquí en el blog y también en mi cuenta de twitter: @guadalu86024513
mua :3