¡Oh
no! ¡Rocky podría encontrar a otra chica; una chica capitalina más guapa que
yo!
-
¡ROCKY!
-
Sí—me respondió girando su silla para
mirarme.
-
¿Te vas a ir en autobús o en tren?
-
No sé. Me habías dicho que sería mejor
en…
-
La ruta del tren es por la costa—me puse
de pie y comencé a declarar—. Lógicamente es el camino más corto hasta la
capital. Es una ruta muy transitada, por eso es muy peligrosa. Pero el tren no
hace ninguna parada. Por lo cual es muy seguro. Y la estructura del ferrocarril
es muy segura—hice una micro pausa y lo miré más fijamente, de modo que
pareciera más seria la situación—, fue construida por una compañía
estadounidense, y certificada por ellos…
-
Oh, interesante—
-
Además, Rocky, la carretera, pasa por
las montañas, ya que la ruta de la costa siempre ha sido muy peligrosa. Dicen
que cuando los norteamericanos estaban construyendo las vías del ferrocarril
tuvieron que construir cercas eléctricas para crear una zona segura en la cual
podrían trabajar; porque era imposible desmantelar las bandas que operan en ese
sector.
-
Woah.
-
Como los autos—volví a interrumpir a
Rocky— y los autobuses pasan por las montañas es mucho más larga esa ruta.
Además las montañas tienen pendientes muy empinadas por lo que los motores de
los autos deben ser muy resistentes porque si no se quedarían. Ir en avión
haría que te perdieras toda la diversión del viaje por tierra. Además el pasaje
de avión desde acá hasta la capital son más caros que los pasajes de allá para
acá.
-
¿Qué tan caros?—preguntó Rocky con una
expresión en su rostro, como diciendo “yo puedo costearlo todo”.
-
Entre 900 y 2000 dólares,
estadounidenses—a Rocky se le salieron los ojos y casi se cae de su silla.
-
¡QUÉ!—gritó Rocky.
-
Sí, por eso te conviene más viajar por
tierra; viajar en tren.
-
¿Y cuánto cuestan los boletos del tren?
-
De día son 25 dólares, de noche son 30
dólares. Pero el expreso de la medianoche cuesta 20 dólares.
-
Eso suena bien—comentó Rocky.
-
Lo bueno del expreso es que puedes
comprar el boleto mañana en la tarde, vuelves a casa, haces tus maletas, le
preparas y a medianoche vas a la estación.
-
Eso suena bien—comentó Rocky. Hizo una
prolongada pausa en la cual yo no me atreví a agregar algo. Entonces él dijo—:
¿Pero sabes qué suena mejor que eso?—no respondí—Quédate a dormir conmigo.
Rocky no quiso esperar a otra respuesta. Impaciente—como es
él—dio el paso al frente y comenzó a acariciarme. No pensé que habría algo de
malo en eso; así que le dejé que continuara. Rocky me comenzó a besar en los
labios y luego me llevó a la cama. Yo sabía en qué desembocaría todo eso; o al
menos lo pensaba…
Rocky me acomodó en su cama y me besó intensamente. Justo
cuando creí que él iba a bajar a
donde todos sabemos, simplemente dejó de besarme y se fue, dejándome encerrada
en su habitación; ¡de nuevo encerrada!
Ya eran casi las nueve de las noche y estaba comenzando a
sentir sueño; entonces me puse cómoda e intenté dormir mientras esperaba a Rocky.
Pero a pesar del cansancio que tenía, no logró dormir; solo cerrar los ojos y
descansar la vista.
Rocky entró a la habitación y me alegré de que por fin
estuviera conmigo. Fue raro el tiempo que estuve en su habitación, pero sin él.
Me levanté de la cama y me apresuré a acercarme a él. Pero Rocky
me rogó que me quedara acostada en su
cama. Hice lo que me pidió y me volví a acostar en la cama. Rocky traía
algo en una taza, y la agarraba con guantes de cocina. Entonces me lo dio para
tomar. Pero primero me preguntó: “¿Sabes cómo se
toma esto?” Asentí y me tomé la bebida.
Pensé que era una bebida caliente normal, pero a media que
fui tragando me di cuenta de que era una limonada hervida hirviendo. Es una
bebida medicinal tradicional de mi tierra, y si no fuera porque—como debe
ser—estaba extremadamente caliente y me quemó la garganta,; hubiera pensado en
ese momento en las posibles personas que pudieron darle a Rocky la receta de
esa medicina.
Le di la taza vacía a Rocky boté el vapor por la boca, al
tiempo que tomaba el aire frío de la noche lluviosa que se colaba en la
habitación. Rocky estaba mirándome extrañado. No quise ponerlo nervioso con mi
mirada; así que no lo miré hasta que me reveló su inquietud.
-
¿Cómo hiciste para tomarte esa limonada
hervida, si estaba recién sacada del fuego?—preguntó con una mirada estúpida.
-
Es de familia tener garganta de acero,
además se debe tomar hirviendo; así es como funciona—entonces comencé a sentir
sueño. Rocky preguntó:
-
¿Tienes sueño?
-
No—respondí mintiendo. Rocky se levantó
de la cama, donde estaba sentado y comenzó a sacar cosas de su armario.
-
Mañana, a la medianoche, me voy para la
capital—comentó.
-
Ya me lo habían contado—dije algo triste
por su ida, mientras recogía mis piernas, las abrazaba con mis brazos y miraba
curiosa a Rocky.
-
Tengo que ir haciendo la maleta desde ya,
mañana será un día muy agitado y no tendré tiempo.
-
¡Déjame ayudarte!—exclamé saliendo de la
cama a toda velocidad y enredándome con las sábanas que me abrigaban.
-
¡NO! Tú te vas a quedar ahí donde
estás—. Rocky volvió hasta mí, me volvió a acomodar en la cama y me abrigó con
dos sábanas y una frazada; porque hacía mucho frío—Además ya son las ocho y
media. Aquí ya anocheció hace tres horas. Ya es hora de que las niñas buenas
duerman.
-
(Lancé un bufido) Rocky, qué cosas
dices. Yo no soy una niña buena—Rocky se acercó hacia mí y comenzó a hablarme.
-
Eres cuadro de honor, estudias todo el
tiempo—comenzó a enumerar esa clase de cosas—, eres una virgen aun teniéndome a
mí como tu novio… —No dije nada como respuesta. Rocky continuó a la vez que se
sentaba de nuevo en la cama—Ya es hora de que te duermas…
Rocky se sentó sobre mí. En un momento de descuido de mí
misma me quedé observando lo que había debajo de su bragueta. Volví la mirada
hacia su rostro, avergonzada. Sentí una lágrima recorrer mi mejilla sin
siquiera estar llorando; era una lágrima solitaria. Rocky continuó hablándome.
-
Ana dijo que el efecto aparecería entre
los cinco y diez minutos después de haber bebido—. Hasta ese momento aún no
entendía a qué se refería Rocky—.Cierra tus ojitos, yo te protegeré… Estas en
mi casa; es como si fuera tuya también… Descansa, estarás conmigo; yo te
protegeré…
Rocky continuó diciéndome cosas así por un rato menor a un
minuto. Se sentían muy estimulantes sus palabras; en verdad me estaba
induciendo el sueño.
Rocky estaba sentado de esa forma por una específica razón y
él sabía que yo me había dado cuenta. Rocky sonrió cuando me vio avergonzada
por estar viéndole ahí donde él sabe. Para él es muy placentero ponerme en esa
situación. En estos momentos es cuando se me olvida el juramento que me hice:
no complacer a un chico a menos que eso me complazca a mí también.
Poco a poco sentí caerme en un dulce sueño impregnado por el
dulce perfume de su voz y por sus manos de guitarrista que acariciaban mi
cintura; y, finalmente, por sus labios que besaron los míos de una forma tan dulce
que me sentí complacida.
Entonces caí en el profundo sueño que tanto había estado
ansiando Rocky.
Rocky dijo
que soy una virgen…
* * *
Desperté exactamente ocho horas después de cuando Rocky me
hizo dormir. Eran las cuatro y media de la madrugada y Rocky a penas se iba a
acostar. Lo escuché quejarse consigo mismo por el dolor de su espalda, el
cansancio y por haber bebido hasta las dos mientras se follaba a
yo-no-sé-quién. Seguramente su cerebro le
estaba reclamando por haber bebido tanto y por eso le hacía decir estupideces.
Me giré para quedar mirando a Rocky que estaba acostado al
otro lado de la cama. Lo observé durante un corto rato. Quise aprovechar ese
pequeño instante que teníamos a solas que estudiar cada pequeño detalle de su
cuerpo. Su respiración era como la de mi gato Samuel cuando el perro de la
vecina pasa cerca de la terraza donde él descansa, muy alterada. Pero a pesar
de estar alterado, se veía sexy.
Su cabello le caía descontroladamente sobre la cara. Quise
quitarle el cabello de la cara para observarla mejor, pero supuse que con eso
se despertaría; y aún quería seguir observándolo otro rato más. Observé sus
manos con las venas salidas y la parte del dorso huesudo. Me sentí rara al ver
que sus manos no son tan huesudas como las mías. Él toca la guitarra, así que
eso es un muy buen ejercicio para sus manos; pero yo toco la guitarra, el
teclado—un poco, no como profesión—y juego basquetbol, fútbol y voleibol, y
tengo las manos más huesudas que las suyas…
Rocky comenzó a roncar y se volteó hacia el centro de la
cama. Sus manos tomaron mi brazo derecho como si fuera la punta de una
cobijita, lo llevó hasta su mejilla y se acarició a sí mismo con mi antebrazo.
Obviamente no me pude mantener sentada porque estaba apoyada en mi brazo
derecho y Rocky me había quitado el soporte, arrastrándome hacia él. Creí que
era posible que Rocky estuviera soñando con su infancia y una posible cobijita,
pero luego sentí que de una u otra manera estaba cobrándome algo.
Creo que grité un poco, aunque por lo bajo. Rocky estaba
murmurando deliciosamente algo entre dientes y entre labios. Intenté acercarme
más a Rocky para tomarle de la cabeza y sacudírsela bien duro porque me estaba
apretando mucho el brazo. Rocky continuó murmurando deliciosamente. Entonces se
volteó boca arriba y se arropó conmigo. Me tiré hacia un lado de la cama y lo
hice darse la vuelta otra vez. Entonces sí volvimos a quedar en la posición del
comienzo.
Rocky me soltó y volví a sentarme apoyándome en mi brazo
derecho. Pero en realidad Rocky me sentó, con tanta fuerza que casi me caigo
sobre él. Me detuve rápidamente antes de que mi cara se estrellara contra su
abdomen, lentamente me erguí sobre mi centro de masa y me eché hacia atrás con
el objetivo de que, si Rocky volviera a darse la vuelta, no me arrastrara
consigo.
Entonces hice lo que quise hacer desde hacía varios minutos y
varias volteretas atrás: levanté sus mechones de cabello y los eché hacia
atrás. Observé detenidamente su rostro y me di cuenta de que en esa posición en
la que estaba no podía observarlo bien.
Yo estaba sentada en la almohada—el pedazo de almohada—; así
que me bajé de ahí me senté al lado de la cabeza de Rocky. Ahora sí respiraba
más relajadamente. Me bajé aún más y me acerqué a su rostro. Lo acaricié y
exageré demasiado con mis manos. Literalmente jugué con su cara haciendo muecas
con ella y riéndome en silencio, por lo bajo.
Me bajé todavía más, tomé su rostro a la altura de su oreja
derecha y le besé dulcemente la mejilla. Le susurré cariñosamente al oído “Mi amor. Wake”. Rocky
se despertó tranquilamente y se levantó tomándome en brazos. Yo le sonreí
mientras él me sentaba en sus piernas. Rocky me miraba con unos ojos de
película; como tratando de decirme: “dame otro beso de esos”. Le complací y le
di un cálido beso en los labios. En ese momento quise que jamás amaneciera,
porque estaba con mi amado. Sin embargo yo ya sabía que faltaba menos de una
hora para que amaneciera.
Me quedé oculta entre los brazos de Rocky. Ambos sabíamos que
pasaría mucho tiempo hasta que nos volviéramos a ver—bueno la verdad no nos
veíamos porque la habitación estaba totalmente oscura—y ambos queríamos
llevarnos un buen recuerdo de nuestra relación, con la esperanza de resistir
tentaciones…
-
Cariño, sabes que hoy me voy… —comentó
Rocky.
-
A media noche, ¿verdad? Todavía tenemos
todo un día…
-
Pero yo no quiero que sea de día
todavía—dijo Rocky en mi oído.
-
¿No quieres que sea de día porque aún
quieres pasar otro rato conmigo o porque quieres dormir otro rato?—le pregunté
para cerciorarme de su sinceridad.
-
Por ti, obvio—me respondió. Lo miré con
ojos fuertes. Sus labios hicieron la forma de una o, pero no la pronunciaron.
Él bajó la mirada y, haciéndome a mí creer que iba a retirar algo ya dicho, me
besó en la sien, cariñosamente. Me abrazó con su brazo derecho posando su mano
sobre mi hombro izquierdo; recostó la cabeza junto a la mía y nos arropó con
las frazadas que yo había sacado antes porque sentía mucho frío. Así nos
sentíamos calientitos.
No faltó mucho para que saliera el sol y los gallos
comenzaran a cantar. Para ese entonces sí logramos dormir algo, bueno, Rocky
durmió algo. Yo, por mi parte, viendo que no tenía más nada que hacer, intente
dormir; pero como yo ya había descansado lo suficiente, me fue complicado
dormirme. Y como no tenía más nada que hacer, al final me dormí del
aburrimiento.
Igual me desperté antes del alba, y Rocky seguía durmiendo
como un niño pequeño, mientras yo fingía ser su oso de felpa. Por respetar las
reglas del honorable oficio de oso de felpa de niños ricos, no me quise mover
de donde estaba. Además, el niño rico me tenía abrazada con fuerza, él no
quería dejarme ir, pues me sujetaba con los brazos, las piernas y hasta con los
dientes me sujetaba el cabello. Por otro lado, ahí me sentía cómoda y era
agradable sentir su aroma con cada respiración.
Rocky se había dormido en una posición protectora hacia mí, y
su pecho estaba colocado sobre mi cabeza. Yo estaba ubicada en una posición en
la que a cada segundo escuchaba los latidos de su corazón. Ellos sonaban muy
pasivos y me daban tranquilidad por dejarme saber que Rocky estaba tranquilo y
que me protegía.
Al rato Rocky despertó y me besó con dulzura por toda la
cara, los hombros y parte del pecho. Se trepó encima de mí e intentó abrirme la
blusa. No era imponente su actitud, por el contrario, se sentía amorosa. Pero
ya era de día… Me senté y me puse a la altura de Rocky y lo besé en los labios.
Rocky me tomó de la cintura y me apegó a sí. Nos caímos hacia el lado contrario
de la cama y nos quedamos ahí. Rocky comenzó a acariciarme el cabello.
-
Lamento lo de hace un rato—se disculpó
Rocky.
-
Sé que somos muy distintos en esos
aspectos—le adelanté.
-
Creo que hasta ahora no lo había
notado—rió mientras acariciaba mi cabello—, pero sí me había dado cuenta de que
tenías el cabello rubio. Pero no creo que esté de moda tener medio cabello
rubio y otro cabello castaño.
-
¿A qué te refieres?—me levanté de la
cama y busqué un espejo en algún lado. Rocky se levantó asustado y me siguió,
mas no me alcanzó. Encontré un espejo en el baño y me miré el cabello. Parecía
pintado de color rubio con tintes artificiales, sin embargo no recuerdo jamás
haberme hecho un tinte, y menos de color rubio.
-
Se te veía muy bonito cuando estaba del
todo rubio—comentó Rocky mientras me miraba a mí y a mi reflejo. Yo, con cara
atónita. Salí de ahí y me dispuse a iniciar las labores del día. Era viernes 24
y era mi último día de semana que no iré al colegio. El lunes comenzaría todo de
nuevo.
Salí del baño y de la habitación de Rocky. Oí que me dijo una
última frase que probablemente estuvo esperando mucho para decirme: “Me gusta que no tuve que cantarte ‘Stay With Me’, anoche
para que te quedaras conmigo”. Reí, pues era cierto.
-
Pero tengo que volver a mi casa, mis padres
deben estar preocupados.
-
Está bien. Pero vuelve pronto, algo me
huele a que Riker está preparando algo muy interesante esta noche—reí.
Me fui caminando a mi casa sin pavonearme en el camino, sabía
lo que me esperaba en casa; al menos creí que sabía lo que me esperaba en casa.
Cuando llegué, la casa estaba totalmente desierta, ni siquiera Ana o María
estaban ahí. Por suerte la llave de la puerta de atrás estaba en el mismo lugar
en el que casi siempre la ponemos. La tomé y entré a casa. Me di una ducha
rápida, me peiné y revisé muy detenidamente mi cabello; obviamente todo se
debía a que en esos días que estuve enferma no tomé la cantidad de luz solar
que debería tomar como ración diaria. Las chicas como María, que se preocupan
por el color de su cabello y por el ángulo exacto de con el que caen los rayos
del sol sobre su cabello dependiendo de la latitud y de la hora—que por ciento
debe ser indicativo de que van bien en geometría y en geografía—, son expertas
en explicar porqué el cabello cambia de color por la falta de sol; estas cosas
son lo de María.
Después de vestirme como si fuera un día normal de
vacaciones, decidí tomar algo de sol para volver a mi color castaño natural de
cabello. Me puse un poco de bloqueador solar, porque también tenía la piel
demasiado blanca. Salí de casa con un balón de baloncesto y caminé hasta la
cancha de basquétbol que hay en medio de la villa.
El cielo parecía de verano, a pesar de estar en pleno
octubre; aunque sí se observaban unas nubes al fondo, hacia el río. Los árboles
se movían por la brisa norte… era un día perfecto para jugar basket.
Vi unos cabello rubios colgados de la canasta de encestar,
para mí no fue necesario ver más, ni adivinar; ya sabía de quién se trataba…
-
No sabía que te gustaba el baloncesto,
______ (TN) —dijo Ross.
-
Yo no sabía que tú gustabas de venir a
esta cancha—le quité el balón a Ross y lo piqué hasta la canasta.
-
Siempre que hay en donde hacer
deportes—me quitó el balón y encestó en la cesta contraria—, voy—me volteó a
mirar para disfrutar su anotación. Yo negué con la cabeza ante la ostentación
de Ross.
-
Deberías ser un poco más humilde—le
critiqué.
-
¿En serio? —preguntó—Yo creo que tú
deberías estar más concentrada—me volvió a quitar el balón y anotó.
-
Es porque me concentro en la
conversación… —me excusé
-
He escuchado que juegas para tu
escuela—comentó Ross, antes de que yo le quitara el balón y me dirigiera a la
cesta.
-
Sí, pero no en baloncesto—anoté—. Juego
fútbol y voleibol.
-
¿Nada más?—preguntó Ross mientras me
quitaba el balón otra vez; pero yo peleé por ella y la gané, corrí picando el
balón y anoté otro punto a mí favor.
-
¿Te parece poco?—le regalé el
balón—Estar en un equipo necesita mucha dedicación, ahora imagínate estar en
dos equipos. Es mucho tiempo el que dedico a practicar.
-
Yo estaría en hasta cinco equipos a la
vez—presumió Ross mientras intentaba anotar otro punto, pero yo le quité el
balón.
-
¡Oh, sí! ¿Y cuánto dedicarías a la banda
y a tu carrera como actor?—pregunté con ganas de agarrarlo descuidado.
-
Lo que sea necesario –respondió,
anotando otro punto a su favor.
-
¿Y si necesitas más de 24 horas para
eso?—pregunté mientras encestaba de nuevo.
-
Pues entonces habrá que agregar unas
horas más al día, hacer que la Tierra gire más despacio—reí, mientras yo encestaba
de nuevo. Desde siempre hombres poderosos han intentado detener el tiempo, pero
nadie ha podido—. ¿De qué te ríes?
-
No eres un hombre tan poderoso como para
hacer que la Tierra se detenga para que tú tengas más tiempo para estar en
cinco equipos, asistir a los ensayos de la banda y mantener tu carrera como
actor; además tú no eres cuadro de Honor como yo—presumí de mí misma.
-
¡Oh, por favor, _______ (TN)! Ese era el
objetivo de toda esta conversación—tiró dramáticamente el balón contra la
cancha; obviamente éste rebotó muy alto, y hasta le pegó en la cabeza y arruinó
el momento.
-
Debes ser más cuidadoso—le aconsejé.
Ross me miró con ojos enojados y, de repente, cambió totalmente de tema y de
parecer:
-
Esta noche habrá fiesta en nuestra casa,
por la partida de Rocky y Rydel hacia la capital…
-
Creo que ya me lo habían comentado… ¿Y
qué han pensado hacerles a ellos?
-
Lo que venga en gana—respondió Ross,
despreocupado. Solo queremos que sea algo lindo.
-
Aún no son las nueve, todavía hay tiempo
para que se diviertan antes de irse—comenté pasivamente.
-
Creo que Rocky tuvo mucha diversión
anoche—añadió Ross tratando de levantarme el ánimo.
-
¿Anoche? Solo estuvimos juntos en la
madrugada, y Rocky estaba muy cansado, así que tuvimos nada—le respondí
esperando ansiosa lo que tuviera que decirme al respecto.
-
¿En serio? Porque él no estuvo en casa
anoche, y como su habitación estaba cerrada con llave desde dentro, la luz
estaba apagada y Rydel nos dijo que tú estabas ahí, todos creímos que ustedes
estaban—Ross se detuvo para intentar encontrar las palabras adecuadas; intentó
con gestos, pero viendo que yo no entendía la idea todavía, lo dijo—que ustedes
estaban haciendo química y pasando a la física, biología y pasión.
-
La pasión no es una ciencia—Ross levantó
una ceja—, pero sí hicimos algo de química, pasamos a la física y a biología,
pero no llegamos hasta la pasión. Además, para mí, eso solo fue un pequeño
juego, nada serio.
-
Con un pequeño juego se empieza—dijo
mirándome como un viejo que se las sabe todas. Me sonrojé de tan solo pensar lo
que surcaba la mente de Ross; todos querían que Rocky y yo lo hiciéramos algún
día, mientras yo solo espero que las cosas sigan su curso y sucedan cuando
deban suceder.
Me despedí de Ross y me fui a casa. No sabía qué hacer:
estaba aburrida, no quería tocar un solo libro de matemáticas ni de otra
materia y evidentemente no estarían dando nada que sirva en Disney Channel ni
en ninguno de esos canales y lo peor, estaba totalmente SOLA, en mi casa.
De toda esta experiencia, lo que más detesté y sigo
detestando es estar aburrida.. UGHR!!! Es tan exasperante.
Me tumbé en el sofá y me sentí como una estrellita de mar.
Entonces escuché que alguien tocaba la puerta.
-
¿Oh, es en serio?—exclamé harta de tanto
trabajo y del aburrimiento.
Quién sabe si el abrir la puerta me traería más
aburrimientos.
La abrí con pereza. Busqué la llave de la reja con tan pésima
voluntad que después me dio pena después por la persona de quién se trataba.
-
_____ (TN), soy yo—dijo cuando estaba
girando la llave. Miré hacia el frente y hacia arriba y miré quién era.
Inmediatamente baje la mirada junto con mi cabeza, y me di cuenta de que sí
sentía vergüenza. Él estaba muerto de la risa cuando entró a mi casa—. ¿Puedo
hacerte compañía, si no es mucha molestia?
-
Quédate todo lo que quieras—le respondí.
-
Gracias, amor—Me besó en los labios.
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uh.... toda la noche y la madrugada y ahora viene a su casa. ¿qué será lo que quiere hacer Rocky con TN?
sé que ya se está volviendo muy monótona esta novela con lo mismo. empiezan jugando un poquito y no llegan a nada. pero con este capítulo es cuando comienza la parte divertida.
hoy es el cumpleaños de Riker. lo sé. lamento estar no festiva hoy cuando debería estar loquísima. creo que el final del año escolar me tiene muy cansada. Esta semana la tuve toda libre por motivo de fiestas patrias. Desfilé el 3 y 4 junto los cuadro de honor de mi colegio. Y aunque pasé algunas experiencias malas, descansé algo y terminé de escribir un capítulo que ya llevaba tiempo aguantándolo.
Dije que en una semana subiría este capítulo y esa fecha se cumplió el jueves pero por lo de fiestas patrias, los desfiles, el feriado y los problemas municipales... no he podido hasta ahora.
El viernes llovió mucho en la cordillera central, lo que ocasionó que muchos ríos de la vertiente pacífica se desbordaran. El río David es el que más problemas nos ha ocasionada pues es el que abastece a la ciudad de David. El río creció tanto que daño la toma de agua en Los Algarrobos y por eso estamos sin agua desde ayer por la mañana. Se dice que mañana no va a haber clases en el Distrito. De todas formas en la radio han dicho que se confirma hoy a las seis, ya es esa hora y no han dicho nada. Yo no voy a ir a clases mañana, y como el martes es feriado esta semana prácticamente no va a ser laborables en el Distrito. O sea que tendremos prácticamente otra semana de vacaciones porque el miércoles es posible que tampoco haya clases. Tendré tiempo para continuar con el capítulo 14
Ya he hecho un horario de publicación de los últimos capítulos del año. 2015 se nos va igual que se nos fue el 2014.
El 14 de noviembre publicaré el capítulo 10; el 22 publicaré el 11; 1º de diciembre subiré el 12; 9 de diciembre, el 13; 17, el 14 y el 24 de diciembre será la última entrada del año, el capítulo 15. Ya estoy terminando el 14, así que pronto podré tomarme unas vacaciones. Serán en enero.
Espero que les haya gustado este capítulo. Tn, la inocente está cayendo en los juegos de su hombre. ¿Crees que Rocky está siendo muy delicado con Tn, o es porque oculta algo?
En el siguiente capítulo "Secretos del día" conoceremos un secreto que volcará está historia desde el principio. Les prometo que todas ustedes quedarán con la boca abierta. No podrán reconocer esta novela nunca más.
Esto es tan XD. Por fa veánlo.
Lo siento enserio, tengo tres capitulos sin leer, pero esque casi no tengo tiempo y encima estoy super cansada :"(. Y encima me he esguinzado la muñeca... :"/ Prometo que el sabado o así leere los caps y comentaré ;").
ResponderBorrarTu anónima amiga de España
yo también lo siento :( hasta ahora no había leído tu comentario :"( Y también estoy súper cansada. más ahora que ya estoy en exámenes finales. Pero ya pronto acabaré. espero que coincidamos en las vacaciones
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