sábado, 6 de junio de 2015

Capítulo 46 (conteo general): “regreso a ____ (TP) y chicos”. Parte II.

Prólogo:

Temporada 3

Capítulo 46 (conteo general): 

“regreso a ____ (TP) y chicos”. 

Parte II.

Necesité cerca de un mes para poder hacer de las fanáticas de Rafael sus amigas para que tengan ese sentimiento de querer ayudarlo.

Es irónico, porque yo nunca fui su amiga y sin embargo yo sí quería ayudarlo, mucho más que las que se hacían llamar “sus amigas”.

Luego de mi fortísima odisea, comenzó la verdadera odisea. El primer paso era convencer a las chicas de que Rafael necesitaba ayuda para poder progresar en su vida personal, luego necesitamos convencer a Rafael de que debe dejarse ayudar porque sino no podría progresar. Una verdadera odisea.

Lo logramos convencer (a la fuerza) de que necesitaba ayuda. Lo forzamos a contarnos cuál era su problema, luego a contarnos los detalles y entonces a tomar terapia… con un profesional, o sea yo. Las chicas piensan que soy una profesional en todo sobre lo que sé; aunque sea una mínima cosa.

Entonces yo le ayudé a Rafael a superar su problema. Aunque la verdad es que él estaba llevando una vida bastante normal para ser un chico de su edad y su rango. Sin embargo no hay que descartar que muchos profesores dicen que su maldad (porque era una chiquillo malvado) era una maldad tan sofisticada que parece que a él le enseñaron a ser malo desde la infancia. Parecía trastornado por un suceso demasiado caótico. Por eso necesitaba nuestra ayuda. No solo para beneficio de él mismo, sino también para beneficio de toda la comunidad educativa. Se ha rumorado que el chico ha intentado violar a chicas de la misma escuela. Según muchas psicólogas que conozco (tal vez sí sé bastante de psicología), los niños—o personas en general—que violan a otras es porque en la infancia le sucedió lo mismo; es como una forma de vengangrse contra el resto de la comunidad por permitir que cosas así le sucedan a los niños.

Durante la sesiones de tratamiento que tuve con Rafael se forjó una grandísima amistad. Pero me parece que Rafael no encuentra la diferencia entre amabilidad y coqueteo; muchos expertos (as) dicen que ése es el gran problema de los hombres. Pero Rafael tiene otro aún mayor; y es que jamás se dio cuenta que yo le estaba ayudando con un problema psicológico que él tenía, no era que yo estaba sobre su pasado para saber sobre el porque querría salir con él. ¡Solo un trastornado pensaría eso! En todo caso creo que sería mejor que Rafael tuviera un psicólogo varón; aunque es bien sabido que las mujeres somos más abiertas en este tipo de temas y en casi todos en general, en comparación con los hombres. Creo que debí medir las consecuencias de todo lo que estaba haciendo.

La verdad es que disfruté mucho pasando las tardes con él y haciendo juntos la tarea. Pero jamás se me cruzó por la mente que él quisiera salir conmigo o que él estuviera recibiendo un mensaje totalmente erróneo, que yo no pretendía enviarle. De todas formas logré controlarlo un tiempo.

Después de que terminaran las sesiones de tratamiento, Rafael y yo éramos casi mejores amigos y él ya no era el mismo—empezando porque ya no tenía su preciada popularidad—, pero a él no le importaba; me tenía a mí.

Un precioso día lluvioso de septiembre de 2013 gritó a los cuatro vientos que nosotros estamos saliendo. Por milagro de los cielos mis padres no se enteraron de esa desventura y yo pude solucionarlo todo antes de que llegara el chisme a todos los confines de la tierra y a quién le interesara. Le dije a Rafael un poco de insultos y demás. No pude creer que mi supuesto mejor amigo tuviera esos pensamientos. Además, en todo caso si fuéramos novios, él habría tenido que pedírmelo directamente y yo le respondería como fuera mi deseo; entonces sería decisión y deseo de ambos, entonces yo estaría totalmente de acuerdo en gritarlo a los cuatro vientos si así nos placiera... Me sentí traicionada, pero de todas formas debí verlo venir porque es él, unas simples sesiones de terapia no hará nada para cambiar lo que hay dentro de sí.

Por eso es que nuestra amistad se rompió. Rafael sigue creyendo que yo estoy enamorada de él, que me muero por él y que somos novios. Me da igual lo que piense él. Pero de todas formas me fastidia que pretenda hacer “público” nuestra “relación” cada vez que se acuerde. Ya estoy aburrida de sus declaraciones ante la corte real de la secundaria.

Después de recibir extrañas felicitaciones de cientos de chicas—y miradas celosas de muchas otras chicas que no se han dado cuenta que la razón por la que no tienen ni novio ni admiradores es porque el peinado de bruja no está de moda en el siglo XXI—, durante el recreo, asistí a mis clases del segundo periodo. En el segundo periodo me fue algo más sencillos controlar la situación, también me fue más sencillo concentrarme en las clases y enfocarme en la explicación de la profe de matemáticas sobre porqué mis problemas del ejercicio 273 sobre ecuaciones con radicales que se reducen a 2º grado. Soluciones extrañas; estaban erradas.

En la salida del colegio me persiguió todo un equipo de chismosas que querían saber sobre mi relación con Rafael y sobre quién era ese supuesto novio al que había mencionado en diversas oportunidades ese día. Es una pregunta muy compleja y muy bien elaborada. Lo único que dije fue: “No estoy saliendo con Rafa”. Y me marché a mi casa.

Son 15 minutos de camino desde el colegio hasta mi casa o viceversa. Lo curioso es que si me fuera en auto las chicas me irían persiguiendo hasta que se le cansen las piernas y ya hayan perdido al auto de vista; pero como me voy caminando a mi casa entonces ellas estarían en todas sus disposiciones de caminar igual que yo y perseguirme hasta mi casa.

Se mantuvieron conmigo y las tuve que ignorar cuando esperaba en la orilla de la carretera al momento oportuno para cruzar la vía rápida. Se llamaba vía rápida porque los autos pasaban sin piedad del podre peatón. ¡Qué bueno que yo no soy relativamente pobre!

Cuando yo crucé también cruzaron las chicas, de modo que todas estuvimos del otro lado de la vía en la misma oportunidad. Creí que no me las quitaría de encima hasta que sus padres las fueran a recoger a mi casa a las mil y quinientas (o sea a las tres de la tarde). Para mi suerte, a unos pocos metros del cruce con la vía rápida, una de las chicas dijo: “este sol abrasador el demasiado para mi delicadísima piel y para mi recién aclarado cabello. Tenéis suerte por ahora, ______ (TN), pero pronto volveréis a saber de mí”; se marchó y todas las demás se fueron con ella. Algunas chicas gustan de hablar como españolas medievales, pero el acento no les sale muy bien.

Creo que estoy más acostumbrada al sol; aunque para ser sincera mi secreto es abundante protector solar antes de salir de la escuela y dirigirme a mi casa. Para mi cabello la solución es casi parecida, pero está dividida en dos partes: 1-jamás aclararme el tono del cabello y tampoco teñírmelo de ningún color. 2-Seguir usando la misma crema de peinar que contiene una sustancia cuyo nombre no recuerdo pero actúa como un protector solar para cabello.

A final de cuentas llegué a casa a la una de la tarde, almorcé como es debido y… entonces vino el momento decisivo, en momento en que probablemente me den un cuerazo. Les adelanto, sí me lo dieron.

Como comenté anteriormente, la ira de mi madre después de saber que al segundo día de clases no eran una, sino dos boletas fue mucho mayor que la del día anterior; de hecho hay una separación mucho más grande que 24 horas, creo que la diferencia es de unas 72 millas árabes.

Después del regaño de mi madre hice mis tareas lo más rápido que pude. Terminé justo a tiempo para ver Austin & Ally en Disney Channel y cualquier otro programa que estuvieran dando.

Después de ver algo de televisión fui y revisé de nuevo que no se me quedara ni un solo libro, cuaderno, libreta o útil escolar en general. Preparé mi mochila y la dejé lista para ir al colegio al día siguiente (miércoles). Fui a cenar y luego de reposar me fui a la cama. Claro, antes tuve que hacer todo el poco de actividades propias de la hora antes de dormir: dar de comer a las mascotas, encerrar a las gallinas, asearme (lo cual incluye tomar una extenuante ducha, lavarme los dientes, lavar mi cara con bajón especial anti imperfecciones y sin azufre, por último cepillarme el cabello y hacerme una trenza para permitir que el cabello pueda crecer durante la noche gracias al poder de la luna llena—eso lo dicen los campesinos, y yo lo he comprobado—), y rezar para entonces ir a la cama. Me acosté como a las nueve y media.

Al día siguiente me desperté a la misma hora que acostumbraba, a las 4:55 a.m. Me levanté, me duché, vestí y fui a preparar mi desayuno. Desayuné y salí de mi casa a las 5: 55 a.m. Cuando iba saliendo por la puerta de la calle, se me cruzó por la cabeza que era extraño que yo era la única ya despierta. Entonces fui a despertar a mi hermano, pero no fue necesario; por suerte él ya estaba despierto, duchado y vistiéndose. Entonces salí de casa a las 6 a.m. muy tranquila.

Llegué prácticamente a la misma hora que el día anterior. Crucé los pasillos y subí la escaleras lo más rápido que pude, quería evitarme todos los problemas que me pudieran haber salido a la vista; por problemas me refiero a Rafael Antonio Berrocal Bartolí, sí; a ése problema me refiero.

Llegué a mi salón de clases intacta—por suerte—. Pregunté muy discretamente por Rafael y al parecer no había llegado todavía. Respiré aliviada—también discretamente—.

Recordé que para ése día teníamos una pequeña prueba de música sobre unos compositores que hemos estado estudiando desde cuarto grado de primaria y todavía no los diferencio. Siempre confundo sus apellidos, sus fechas de nacimiento y de fallecimiento, sus lugares de nacimiento y de fallecimiento. Por alguna razón sí logro diferenciar sus obras más importantes. Pero lo que nunca he podido lograr es memorizar toda esa información hasta el siguiente año. Total lo vuelvo a repasar y siempre saco 10 en la prueba.

Lo cierto es que saqué 10 en la prueba de música y en todas las pruebas sorpresas que nos pusieron. Fue un día bastante cargado, pero lo conseguí.

El recreo también estuvo bastante cargado. Lo pasé con Ana y sus amigas y “amigos”, entre comillas. Las amigas y los amigos de Ana son muy buena gente y me caen bien. El problema es que son muy ruidosos y vulgares y eso no es muy buena compañía cuando estudias en un colegio en donde hay cámaras de seguridad en los baños para asegurarse de que no entren dos estudiantes de diferente sexo a un mismo baño a la vez y suceda lo que ya sucedió una vez y fue una vergüenza para más de una familia musulmana. En concreto las cámaras de seguridad están en todas partes, pero no son invisibles y a pesar de que no hayan dicho la ubicación de las cámaras porque se supone que no debemos saberlo, nosotros ya las vimos, son nueve en total y la mayoría están en secundaria porque los chicos (y la chicas) de secundaria son más traviesos que los de primaria. Es difícil creerlo.

El gran error que hubo con las cámaras es que éstas solo captan imágenes y no las conversaciones porque se supone que lo que nosotros comentamos debe ser secreto, además es un derecho humano tener privacidad. Al principio todos creíamos que las cámaras eran para evitar que entraran y anduvieran por los pasillos personas no deseadas, lo cual una vez ocurrió y fue un gran cataclismo para algunos (¡le robaron una centavo!); o para evitar que se dieran cosas como lo del chico y la chica encontrados en el baño de chicos. Nosotros no somos tontos, sabemos que si ya los atraparon una vez sin cámaras, sería una total idiotez volver a intentarlo ahora que hay cámaras. Y sobre el señor que vino a pedir limosna sin permiso de la dirección, objetando que tenía una hija muriendo de cáncer y que necesitaba 15 dólares para la operación (no puedo creer que lo creímos aquella vez), es obvio que no va a volver a suceder. Reforzaron los portones, las cercas y las entradas.

De modo de que la única función de las cámaras es investigar cuándo están los alumnos fuera de los salones, en qué momento utilizan los celulares y demás cosas prohibidas. Yo pienso que la directora y todo su comité están ciegos. ¿Cómo es posible que con un escuadrón de 160 profesores y nueve cámaras de seguridad no puedan controlar a 1000 alumnos de primaria (y preescolar), 950 de pre media y 700 de preparatoria? Díganme si es algo lógico.

En fin, no son una buena compañía, pero hasta una persona como yo sabe que hay días en que las reglas deben romperse. La vida no puede funcionar sin las reglas, de igual manera no puede funcionar sin diversión y sin reglas quiere decir: “¡viva la fiesta!”

Bueno, yo soy la que dice que de vez en cuando hay que romper reglas y ataduras, sin embargo mi compañía es del pensamiento de que podemos hacer lo que queramos cuando queramos y como queramos. El pensamiento no es el mismo, pero el objetivo sí lo compartimos, que es lo importante.

La pasé muy bien jugando con los teléfonos, comiendo como periquito y chismeando de lo más pegado. Eso es vida. Después del recreo fui a mis clases del segundo periodo. Eran cuatro—si no me equivoco—. Fui a ellas y la pasé normal, en término medio.

A la salida se me ocurrió pasar por enfrente del gimnasio escolar y leí en la puerta de éste el horario de juegos para el jueves próximo. Fue a partir de ese momento que en me di cuenta de que debía hacerle caso a Ana; nadie me puede dominar, debo continuar con mi vida.

En parte de mi vida, siempre fui parte de los equipos de fútbol y voleibol. Apenas había regresado de Buenos Aires y me sentía como una turista en mi propia escuela; así que no perdí más tiempo y comencé a rehacer mi vida de regreso.

Me quedaba muy poco tiempo para practicar con el resto del equipo, pero igual ya habíamos practicado bastado como para necesitar urgentemente una práctica exhaustiva. De todas formas era necesario ponerme de acuerdo con el resto del equipo.

Le escribí por WhatsApp a la capitana del equipo para ponernos de acuerdo. Creo que el puñetazo que me envió me lo merecía. Aquella semana estuve demasiado despistada.

Ése mismo día me puse a entrenar en el pequeño parque de juegos que hay en mi urbanización. Casi se me olvida, pero me acordé a tiempo. Tenía una muy importante tarea de geografía y la misma tanda de tareas de matemática: 3-5 ejercicios de álgebra. Y lo peor de trabajar como cinco temas en un solo día es que cuando acuerdas, en el ejercicio vienen como 20 temas en un solo ejercicio. Eso es el infierno matemático.

Sobre el partido al día siguiente, lo ganamos… por suerte. ¡Casi perdemos por un error fatal mío! Como dije, aquella semana estuve demasiado despistada. Tan despistada que no me di cuenta cuando me cortaron el pelo. Bueno, sí me di cuenta, pero reaccioné demasiado lento. Les contaré la historia.

Después de la semana de la turista, el sábado, mi mamá me envió con María y Ana a ir al centro comercial—claro que nos dio dinero y todo eso—. Cuando llegamos al centro comercial todo fue súper norma, después de todo no hay nada de otro planeta en ir de compras.

Luego, pasamos cerca de una sala de belleza y a las chicas se les ocurrió ir a hacernos algo en el cabello. Tampoco hay nada alienígena en hacerse algo en el pelo; pero ahí es donde está mi despiste. No me decidí qué hacerme en la melena, pero igualmente estaba sentada en la silla de la estilista. Mientras yo estaba viendo qué modelos tenía la señora y lo que me podría hacer, ella me hizo una trenza con todo mi cabello—y yo no me di cuenta—, luego la midió con una regla y cortó 12 pulgadas de mi melena. Claro, las doce pulgadas. ¿Cómo pude haber sido tan despistada?

Les explicaré lo de las doce pulgadas. En América Central y en casi toda Latino América existe una fundación llamada FANLYC (Fundación Amigos del Niño con Leucemia Y Cáncer). Como supongo que debe ser conocimiento de cualquier persona no-ignorante, cuando a las personas con cáncer o con leucemia le realizan la quimioterapia, ésta normalmente les deja sin cabello. De modo que quedar sin cabello a tan corta edad es algo causante de bulín por parte de los otros niños normales y sanos que sí tienen su melena con movimiento. Así que esta fundación que se encarga de apoyar a estos niños les fabrica pelucas con cabellos donados de personas muy sanas, como yo. Tan solo debes ir una peluquería que colabore con FANLYC, entonces te miden la trenza de doce pulgadas, la cortan y tus cabellos serán donado para algún niño con el cráneo blanco (o moreno).

Lo que no me gustó es que me lo cortaron en luna llena, y cuando eso sucede se me recen los pelos y quedo como una bruja, la única de quedar con el cabello bonito y que crezca es cortarlo en luna creciente. Pero bueno, ya no se puede hacer nada. El caso es que mis amigas me planearon una emboscada para cortarme la melena, para complacer a mi madre. Eso fue lo peor.

Lo cierto es que mi cabello estaba tan largo que después de haberle restado doce pulgadas no me quedó tan corto. Para mí, un cabello “tan corto” es cuando me llega al cuello; pienso que un corte así de cabello no va bien con la figura que tengo yo. En esta ocasión me terminó llegando hasta los omoplatos, no está mal.

Necesité tan solo una semana para re-adaptarme a mi colegio y a mis compañeros. Después de esa semana ya todo fue perfecto—por perfecto me refiero a lo normal en la vida de una graduando de noveno grado—.
El año 2014 fue un año muy importante para mí, ya que en ese año me graduaría de noveno grado e ingresaría a la preparatoria. Pero lo más importante en el preciso momento sobre el que les estoy narrando es que en ese momento yo estaría en el tercer trimestre lo cual significaba que saldríamos de la escuela el 14 de noviembre y no en diciembre y eso era motivo de gran alegría porque nos quedarían cerca de dos meses de clases.

De modo de que me esforcé mucho durante todo el mes de septiembre principalmente, ya que era el mes más ajetreado. Me esforcé por no defraudar a la profesora de matemáticas con el cumplimiento de mis tareas y haciéndoles creer a las profesoras de geometría, informática y contabilidad que me interesa su materia. Además me esforcé por no volver a hablar en francés en la clase de inglés, pero igualmente se me escaparon algunas palabritas. Hablando de francés en la clase de inglés, también me pasó algo similar en la clase de alemán: hablé polaco en lugar de alemán. No sé la verdad de dónde provienen esos idiomas porque en mi vida había estudiado esos idiomas.

Con mi muy activa y productiva participación en los equipos de fútbol y voleibol me gané varios puntos para la clase de educación física, lo cual me ayudó mucho porque yo no tengo tanta resistencia como la que el profe nos pedía. Para las otras clases (arte, música, geografía, historia y cívica), me preocupé más por no enfadar a sus respectivos profesores ya que eso traería resultados catastróficos que podrían resultar en NO graduarme.

Con todo y mi arduo trabajo para mantenerme al margen en lo académico, no pude evitar pensar por lo menos un minuto en Rocky, supuestamente, mi novio; al cual no sé cuándo volveré a ver. Creo que así la doña de matemática diga que hay examen de todo el libro de álgebra, le voy a dedicar tiempo de mi pensamiento a Rocky.

Como hay tiempo para pensar en Rocky, también hay tiempo para Rafael, y no hablo de pensar en él. Rafael siempre busca una forma de estar en mis pensamientos, pero de todas formas nunca va a estar en mi corazón, eso ya lo sé. Además puede que esté en mis pensamientos pero no de la forma en la que él quedara complacido. Me hice una promesa que va ligada a la promesa de jamás dejarme dominar por un chico; esta promesa dice que jamás complaceré a un chico a menos que eso me complazca a mí también.

Las promesas se rompen, ¿sabes? Sin importar qué tan fuerte sea tu voluntad, si no es una promesa con límite (o sea, que realizaste una acción y ahí terminó todo. No como mis promesas que son para toda la vida), se va a tener que romper en algún momento de tu vida. Porque la forma en que la viste el futuro, en el pasado no es la misma forma como llega el futuro a convertirse en presente.

Hablando de chicos, hay otro chico que se involucra demasiado en mi vida. Si tan solo hubiera sido unos meses antes cuando comenzase a involucrarse en mi vida yo estaría feliz de la vida siendo su novia, pero él tardó demasiado en acercarse a mí; tanto que otro, ¡extranjero!, se adelantó y me ganó (ganó parte de mi confianza, cosa que Tomás no tiene).

Ya lo dije en el párrafo anterior, se trata de Tomás, el rubio, alto y bastante parecido a Riker. Tomás se acercó a mí un día de mediados de septiembre. El clima estaba bastante regular: no muy caliente y no muy húmedo. Tomás se acercó a mí mientras yo estaba sola porque las compañeras con las que estaba conversando se fueron a botar la basura, entonces él aprovechó para intentar ligarme. Más bien, vino a darme un ultimátum.


-          Tengo novio—respondí indiferente a su seriedad en el tono de su voz.
-          Sabes, ______ (TN), creí que unos días de soledad te enseñarían a no decir mentiras…
-          Oh, no—le interrumpí al tiempo que levantaba la mirada—no es una mentira. Hay muchas personas dentro de este plantel educativo que pueden confirmarlo.
-          ¿Ah, sí? ¿Como las dos putas que tienes por…?--se interrumpió—no; sabes qué, no voy a discutir contigo. Mira te doy hasta el timbre de las 12:25 para que me digas que sí. Si no vienes, será un no.
-          No esperes parado—le avisé.


Después de aquella vez nunca nos volvimos a ver de la misma forma. Es verdad que nunca pasamos a una buena amistad propiamente dicha, pero igualmente me duele que estemos los dos resentidos. No es que me siga gustando. El problema es que si voy a convivir en ese lugar y con esa gente debo procurar evitar todos los conflictos personales porque eso entorpece la convivencia; además estar peleada con algún compañero—sea quien sea—me estresa, y cuando me estreso no puedo hacer bien mi tarea de matemática—o de lo que sea—y cuando no puedo hacer bien la tarea, me estreso más. Y cuando me estreso más quiere decir que no voy a poder entender ni pinga lo que dice la profe. Y en el peor de los casos eso resulta en reprobar la materia y reprobar la materia resulta en tristeza lo cual me puede provocar repruebo en suficientes materias como para perder el año y eso no puede ser. Por eso las buenas relaciones con los compañeros son tan importantes.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Presten atención al último párrafo, eso es una lección de vida.

No puedo creer de lo que fui capaz de hacer con ambas partes del prólogo. cuando lo escribí, quise que fuera una sola parte, pero cuando lo terminé me pareció que era demasiado material y entonces lo dividí en dos partes. Pero cuando lo escribí al principio era un solo capítulo. Todavía recuerdo las largas horas que pasé frente al computador pensando qué escribir para el prólogo. Fueron 20 días en esa odisea. Recuerdo que cada día escribía un poco, pero justo cuando me llegaba la lluvia de inspiración, era cuando se me agotaba el tiempo :(
Fue a finales de febrero que escribí este prólogo.

Creo que el personaje de Rafael será, junto con Ana y María, uno de los personajes más relevantes de toda la tercera temporada. 
Hay datos muy relevantes escondidos en todo esto capítulo. Yo trataré de mencionar algunos a ver si concordamos todos:

  • En la escuela de TN la evalúan con tabla de 10. En mi país nos evalúan con tabla de 5, pero yo preferí decir que a TN la evalúan con 10 para que no haya problemas de conversión. Además todos sabemos que 10 es buena nota... y así sucesivamente.
  • TN está en los equipos de Fútbol y Voleibol, es una deportista como Madie, en la encuesta que hice la mayoría votó que Madie antes que Liv.
  • TN da mucha importancia al álgebra y a su salud mental.
  • Además TN también se preocupa por estudiar y sacar buenas notas. 
  • TN trata deseperadamente de olvidarse de Rocky de de cualquier otra chico que la desvíe  de su objetivo.
Eso es todo por ahora. Sé que dije que publicaría la entrada ayer, pero no se pudo. Este lunes vuelvo a clases para un martirizante y más fuerte segundo trimestre. Les deseo suerte a todas en el colegio; aunque sé que se necesita más que suerte para sobrevivir ahí.
Mañana vendrá el primer Gran Capítulo de esta Tercera Temporada. ¡No puedo creer que esto por fin esté sucediendo!
Me despido con este vídeo de Youtube de un bloguero y escritor español que me cae muy bien: Javier Ruescas.
Gracias a las Mexicanas.
Gracias a las españolas.
Gracias a la argentinas.
Y gracias a todas mis lectoras
oh, y gracias a Sarah, a mi Amiga Anónima de España y a Natu Benicelli.
Las quiero mucho 3:



No hay comentarios.:

Publicar un comentario