Prólogo:
Temporada 3
Capítulo 46
(conteo general):
“regreso a ____ (TP) y chicos”.
Parte II.
Necesité cerca de un mes para poder hacer de
las fanáticas de Rafael sus amigas para que tengan ese sentimiento de querer
ayudarlo.
Es irónico, porque yo nunca fui su amiga y
sin embargo yo sí quería ayudarlo, mucho más que las que se hacían llamar “sus
amigas”.
Luego de mi fortísima odisea, comenzó la
verdadera odisea. El primer paso era convencer a las chicas de que Rafael
necesitaba ayuda para poder progresar en su vida personal, luego necesitamos
convencer a Rafael de que debe dejarse ayudar porque sino no podría progresar.
Una verdadera odisea.
Lo logramos convencer (a la fuerza) de que necesitaba
ayuda. Lo forzamos a contarnos cuál era su problema, luego a contarnos los
detalles y entonces a tomar terapia… con un profesional, o sea yo. Las chicas
piensan que soy una profesional en todo sobre lo que sé; aunque sea una mínima
cosa.
Entonces yo le ayudé a Rafael a superar su
problema. Aunque la verdad es que él estaba llevando una vida bastante normal
para ser un chico de su edad y su rango. Sin embargo no hay que descartar que
muchos profesores dicen que su maldad (porque era una chiquillo malvado) era una
maldad tan sofisticada que parece que a él le enseñaron a ser malo desde la
infancia. Parecía trastornado por un suceso demasiado caótico. Por eso
necesitaba nuestra ayuda. No solo para beneficio de él mismo, sino también para
beneficio de toda la comunidad educativa. Se ha rumorado que el chico ha
intentado violar a chicas de la misma escuela. Según muchas psicólogas que
conozco (tal vez sí sé bastante de psicología), los niños—o personas en
general—que violan a otras es porque en la infancia le sucedió lo mismo; es
como una forma de vengangrse contra el resto de la comunidad por permitir que
cosas así le sucedan a los niños.
Durante la sesiones de tratamiento que tuve
con Rafael se forjó una grandísima amistad. Pero me parece que Rafael no
encuentra la diferencia entre amabilidad y coqueteo; muchos expertos (as) dicen
que ése es el gran problema de los hombres. Pero Rafael tiene otro aún mayor; y
es que jamás se dio cuenta que yo le estaba ayudando con un problema
psicológico que él tenía, no era que yo estaba sobre su pasado para saber sobre el porque querría salir con él. ¡Solo un trastornado pensaría eso! En todo caso
creo que sería mejor que Rafael tuviera un psicólogo varón; aunque es bien
sabido que las mujeres somos más abiertas en este tipo de temas y en casi todos
en general, en comparación con los hombres. Creo que debí medir las
consecuencias de todo lo que estaba haciendo.
La verdad es que disfruté mucho pasando las
tardes con él y haciendo juntos la tarea. Pero jamás se me cruzó por la mente
que él quisiera salir conmigo o que él estuviera recibiendo un mensaje
totalmente erróneo, que yo no pretendía enviarle. De todas formas logré
controlarlo un tiempo.
Después de que terminaran las sesiones de
tratamiento, Rafael y yo éramos casi mejores amigos y él ya no era el
mismo—empezando porque ya no tenía su preciada popularidad—, pero a él no le
importaba; me tenía a mí.
Un precioso día lluvioso de septiembre de
2013 gritó a los cuatro vientos que nosotros estamos saliendo. Por milagro de
los cielos mis padres no se enteraron de esa desventura y yo pude solucionarlo
todo antes de que llegara el chisme a todos los confines de la tierra y a quién
le interesara. Le dije a Rafael un poco de insultos y demás. No pude creer que
mi supuesto mejor amigo tuviera esos pensamientos. Además, en todo caso si
fuéramos novios, él habría tenido que pedírmelo directamente y yo le
respondería como fuera mi deseo; entonces sería decisión y deseo de ambos,
entonces yo estaría totalmente de acuerdo en gritarlo a los cuatro vientos si
así nos placiera... Me sentí traicionada, pero de todas formas debí verlo venir
porque es él, unas simples sesiones de terapia no hará nada para cambiar lo que
hay dentro de sí.
Por eso es que nuestra amistad se rompió.
Rafael sigue creyendo que yo estoy enamorada de él, que me muero por él y que
somos novios. Me da igual lo que piense él. Pero de todas formas me fastidia
que pretenda hacer “público” nuestra “relación” cada vez que se acuerde. Ya
estoy aburrida de sus declaraciones ante la corte real de la secundaria.
Después de recibir extrañas felicitaciones de
cientos de chicas—y miradas celosas de muchas otras chicas que no se han dado
cuenta que la razón por la que no tienen ni novio ni admiradores es porque el
peinado de bruja no está de moda en el siglo XXI—, durante el recreo, asistí a
mis clases del segundo periodo. En el segundo periodo me fue algo más sencillos
controlar la situación, también me fue más sencillo concentrarme en las clases
y enfocarme en la explicación de la profe de matemáticas sobre porqué mis
problemas del ejercicio 273 sobre ecuaciones con radicales que se reducen a 2º
grado. Soluciones extrañas; estaban erradas.
En la salida del colegio me persiguió todo un
equipo de chismosas que querían saber sobre mi relación con Rafael y sobre
quién era ese supuesto novio al que había mencionado en diversas oportunidades
ese día. Es una pregunta muy compleja y muy bien elaborada. Lo único que dije
fue: “No estoy saliendo con Rafa”. Y me
marché a mi casa.
Son 15 minutos de camino desde el colegio
hasta mi casa o viceversa. Lo curioso es que si me fuera en auto las chicas me
irían persiguiendo hasta que se le cansen las piernas y ya hayan perdido al
auto de vista; pero como me voy caminando a mi casa entonces ellas estarían en
todas sus disposiciones de caminar igual que yo y perseguirme hasta mi casa.
Se mantuvieron conmigo y las tuve que ignorar
cuando esperaba en la orilla de la carretera al momento oportuno para cruzar la
vía rápida. Se llamaba vía rápida porque los autos pasaban sin piedad del podre
peatón. ¡Qué bueno que yo no soy relativamente pobre!
Cuando yo crucé también cruzaron las chicas,
de modo que todas estuvimos del otro lado de la vía en la misma oportunidad.
Creí que no me las quitaría de encima hasta que sus padres las fueran a recoger
a mi casa a las mil y quinientas (o sea a las tres de la tarde). Para mi
suerte, a unos pocos metros del cruce con la vía rápida, una de las chicas
dijo: “este sol abrasador el demasiado para mi delicadísima piel y para mi
recién aclarado cabello. Tenéis suerte por ahora, ______ (TN), pero pronto
volveréis a saber de mí”; se marchó y todas las demás se fueron con ella. Algunas chicas gustan de hablar como españolas medievales, pero el acento no les sale muy bien.
Creo que estoy más acostumbrada al sol;
aunque para ser sincera mi secreto es abundante protector solar antes de salir
de la escuela y dirigirme a mi casa. Para mi cabello la solución es casi
parecida, pero está dividida en dos partes: 1-jamás aclararme el tono del
cabello y tampoco teñírmelo de ningún color. 2-Seguir usando la misma crema de
peinar que contiene una sustancia cuyo nombre no recuerdo pero actúa como un
protector solar para cabello.
A final de cuentas llegué a casa a la una de
la tarde, almorcé como es debido y… entonces vino el momento decisivo, en
momento en que probablemente me den un cuerazo. Les adelanto, sí me lo dieron.
Como comenté anteriormente, la ira de mi
madre después de saber que al segundo día de clases no eran una, sino dos
boletas fue mucho mayor que la del día anterior; de hecho hay una separación
mucho más grande que 24 horas, creo que la diferencia es de unas 72 millas
árabes.
Después del regaño de mi madre hice mis
tareas lo más rápido que pude. Terminé justo a tiempo para ver Austin &
Ally en Disney Channel y cualquier otro programa que estuvieran dando.
Después de ver algo de televisión fui y
revisé de nuevo que no se me quedara ni un solo libro, cuaderno, libreta o útil
escolar en general. Preparé mi mochila y la dejé lista para ir al colegio al
día siguiente (miércoles). Fui a cenar y luego de reposar me fui a la cama.
Claro, antes tuve que hacer todo el poco de actividades propias de la hora
antes de dormir: dar de comer a las mascotas, encerrar a las gallinas, asearme
(lo cual incluye tomar una extenuante ducha, lavarme los dientes, lavar mi cara
con bajón especial anti imperfecciones y sin azufre, por último cepillarme el
cabello y hacerme una trenza para permitir que el cabello pueda crecer durante
la noche gracias al poder de la luna llena—eso lo dicen los campesinos, y yo lo
he comprobado—), y rezar para entonces ir a la cama. Me acosté como a las nueve
y media.
Al día siguiente me desperté a la misma hora
que acostumbraba, a las 4:55 a.m. Me levanté, me duché, vestí y fui a preparar
mi desayuno. Desayuné y salí de mi casa a las 5: 55 a.m. Cuando iba saliendo
por la puerta de la calle, se me cruzó por la cabeza que era extraño que yo era
la única ya despierta. Entonces fui a despertar a mi hermano, pero no fue
necesario; por suerte él ya estaba despierto, duchado y vistiéndose. Entonces
salí de casa a las 6 a.m. muy tranquila.
Llegué prácticamente a la misma hora que el
día anterior. Crucé los pasillos y subí la escaleras lo más rápido que pude,
quería evitarme todos los problemas que me pudieran haber salido a la vista;
por problemas me refiero a Rafael Antonio Berrocal Bartolí, sí; a ése problema
me refiero.
Llegué a mi salón de clases intacta—por
suerte—. Pregunté muy discretamente por Rafael y al parecer no había llegado
todavía. Respiré aliviada—también discretamente—.
Recordé que para ése día teníamos una pequeña
prueba de música sobre unos compositores que hemos estado estudiando desde
cuarto grado de primaria y todavía no los diferencio. Siempre confundo sus
apellidos, sus fechas de nacimiento y de fallecimiento, sus lugares de
nacimiento y de fallecimiento. Por alguna razón sí logro diferenciar sus obras
más importantes. Pero lo que nunca he podido lograr es memorizar toda esa
información hasta el siguiente año. Total lo vuelvo a repasar y siempre saco 10
en la prueba.
Lo cierto es que saqué 10 en la prueba de
música y en todas las pruebas sorpresas que nos pusieron. Fue un día bastante
cargado, pero lo conseguí.
El recreo también estuvo bastante cargado. Lo
pasé con Ana y sus amigas y “amigos”, entre comillas. Las amigas y los amigos de
Ana son muy buena gente y me caen bien. El problema es que son muy ruidosos y
vulgares y eso no es muy buena compañía cuando estudias en un colegio en donde
hay cámaras de seguridad en los baños para asegurarse de que no entren dos
estudiantes de diferente sexo a un mismo baño a la vez y suceda lo que ya
sucedió una vez y fue una vergüenza para más de una familia musulmana. En
concreto las cámaras de seguridad están en todas partes, pero no son invisibles
y a pesar de que no hayan dicho la ubicación de las cámaras porque se supone
que no debemos saberlo, nosotros ya las vimos, son nueve en total y la mayoría
están en secundaria porque los chicos (y la chicas) de secundaria son más
traviesos que los de primaria. Es difícil creerlo.
El gran error que hubo con las cámaras es que
éstas solo captan imágenes y no las conversaciones porque se supone que lo que
nosotros comentamos debe ser secreto, además es un derecho humano tener
privacidad. Al principio todos creíamos que las cámaras eran para evitar que
entraran y anduvieran por los pasillos personas no deseadas, lo cual una vez
ocurrió y fue un gran cataclismo para algunos (¡le robaron una centavo!); o
para evitar que se dieran cosas como lo del chico y la chica encontrados en el
baño de chicos. Nosotros no somos tontos, sabemos que si ya los atraparon una
vez sin cámaras, sería una total idiotez volver a intentarlo ahora que hay
cámaras. Y sobre el señor que vino a pedir limosna sin permiso de la dirección,
objetando que tenía una hija muriendo de cáncer y que necesitaba 15 dólares
para la operación (no puedo creer que lo creímos aquella vez), es obvio que no
va a volver a suceder. Reforzaron los portones, las cercas y las entradas.
De modo de que la única función de las
cámaras es investigar cuándo están los alumnos fuera de los salones, en qué
momento utilizan los celulares y demás cosas prohibidas. Yo pienso que la
directora y todo su comité están ciegos. ¿Cómo es posible que con un escuadrón
de 160 profesores y nueve cámaras de seguridad no puedan controlar a 1000
alumnos de primaria (y preescolar), 950 de pre media y 700 de preparatoria?
Díganme si es algo lógico.
En fin, no son una buena compañía, pero hasta
una persona como yo sabe que hay días en que las reglas deben romperse. La vida
no puede funcionar sin las reglas, de igual manera no puede funcionar sin
diversión y sin reglas quiere decir: “¡viva la fiesta!”
Bueno, yo soy la que dice que de vez en
cuando hay que romper reglas y ataduras, sin embargo mi compañía es del
pensamiento de que podemos hacer lo que queramos cuando queramos y como queramos.
El pensamiento no es el mismo, pero el objetivo sí lo compartimos, que es lo
importante.
La pasé muy bien jugando con los teléfonos,
comiendo como periquito y chismeando de lo más pegado. Eso es vida. Después del
recreo fui a mis clases del segundo periodo. Eran cuatro—si no me equivoco—.
Fui a ellas y la pasé normal, en término medio.
A la salida se me ocurrió pasar por enfrente
del gimnasio escolar y leí en la puerta de éste el horario de juegos para el
jueves próximo. Fue a partir de ese momento que en me di cuenta de que debía
hacerle caso a Ana; nadie me puede dominar, debo continuar con mi vida.
En parte de mi vida, siempre fui parte de los
equipos de fútbol y voleibol. Apenas había regresado de Buenos Aires y me
sentía como una turista en mi propia escuela; así que no perdí más tiempo y
comencé a rehacer mi vida de regreso.
Me quedaba muy poco tiempo para practicar con
el resto del equipo, pero igual ya habíamos practicado bastado como para
necesitar urgentemente una práctica exhaustiva. De todas formas era necesario
ponerme de acuerdo con el resto del equipo.
Le escribí por WhatsApp a la capitana del
equipo para ponernos de acuerdo. Creo que el puñetazo que me envió me lo
merecía. Aquella semana estuve demasiado despistada.
Ése mismo día me puse a entrenar en el
pequeño parque de juegos que hay en mi urbanización. Casi se me olvida, pero me
acordé a tiempo. Tenía una muy importante tarea de geografía y la misma tanda
de tareas de matemática: 3-5 ejercicios de álgebra. Y lo peor de trabajar como
cinco temas en un solo día es que cuando acuerdas, en el ejercicio vienen como
20 temas en un solo ejercicio. Eso es el infierno matemático.
Sobre el partido al día siguiente, lo
ganamos… por suerte. ¡Casi perdemos por un error fatal mío! Como dije, aquella semana estuve demasiado despistada. Tan despistada que no me di cuenta cuando me
cortaron el pelo. Bueno, sí me di cuenta, pero reaccioné demasiado lento. Les
contaré la historia.
Después de la semana de la turista, el
sábado, mi mamá me envió con María y Ana a ir al centro comercial—claro que nos
dio dinero y todo eso—. Cuando llegamos al centro comercial todo fue súper
norma, después de todo no hay nada de otro planeta en ir de compras.
Luego, pasamos cerca de una sala de belleza y
a las chicas se les ocurrió ir a hacernos algo en el cabello. Tampoco hay nada
alienígena en hacerse algo en el pelo; pero ahí es donde está mi despiste. No
me decidí qué hacerme en la melena, pero igualmente estaba sentada en la silla
de la estilista. Mientras yo estaba viendo qué modelos tenía la señora y lo que
me podría hacer, ella me hizo una trenza con todo mi cabello—y yo no me di
cuenta—, luego la midió con una regla y cortó 12 pulgadas de mi melena. Claro,
las doce pulgadas. ¿Cómo pude haber sido tan despistada?
Les explicaré lo de las doce pulgadas. En
América Central y en casi toda Latino América existe una fundación llamada
FANLYC (Fundación Amigos del Niño con Leucemia Y Cáncer). Como supongo que debe
ser conocimiento de cualquier persona no-ignorante, cuando a las personas con
cáncer o con leucemia le realizan la quimioterapia, ésta normalmente les deja
sin cabello. De modo que quedar sin cabello a tan corta edad es algo causante
de bulín por parte de los otros niños normales y sanos que sí tienen su melena
con movimiento. Así que esta fundación que se encarga de apoyar a estos niños
les fabrica pelucas con cabellos donados de personas muy sanas, como yo. Tan
solo debes ir una peluquería que colabore con FANLYC, entonces te miden la
trenza de doce pulgadas, la cortan y tus cabellos serán donado para algún niño con
el cráneo blanco (o moreno).
Lo que no me gustó es que me lo cortaron en
luna llena, y cuando eso sucede se me recen los pelos y quedo como una bruja,
la única de quedar con el cabello bonito y que crezca es cortarlo en luna
creciente. Pero bueno, ya no se puede hacer nada. El caso es que mis amigas me
planearon una emboscada para cortarme la melena, para complacer a mi madre. Eso
fue lo peor.
Lo cierto es que mi cabello estaba tan largo
que después de haberle restado doce pulgadas no me quedó tan corto. Para mí, un
cabello “tan corto” es cuando me llega al cuello; pienso que un corte así de
cabello no va bien con la figura que tengo yo. En esta ocasión me terminó
llegando hasta los omoplatos, no está mal.
Necesité tan solo una semana para
re-adaptarme a mi colegio y a mis compañeros. Después de esa semana ya todo fue
perfecto—por perfecto me refiero a lo normal en la vida de una graduando de
noveno grado—.
El año 2014 fue un año muy importante para
mí, ya que en ese año me graduaría de noveno grado e ingresaría a la
preparatoria. Pero lo más importante en el preciso momento sobre el que les
estoy narrando es que en ese momento yo estaría en el tercer trimestre lo cual
significaba que saldríamos de la escuela el 14 de noviembre y no en diciembre y
eso era motivo de gran alegría porque nos quedarían cerca de dos meses de
clases.
De modo de que me esforcé mucho durante todo
el mes de septiembre principalmente, ya que era el mes más ajetreado. Me
esforcé por no defraudar a la profesora de matemáticas con el cumplimiento de
mis tareas y haciéndoles creer a las profesoras de geometría, informática y
contabilidad que me interesa su materia. Además me esforcé por no volver a
hablar en francés en la clase de inglés, pero igualmente se me escaparon
algunas palabritas. Hablando de francés en la clase de inglés, también me pasó
algo similar en la clase de alemán: hablé polaco en lugar de alemán. No sé la
verdad de dónde provienen esos idiomas porque en mi vida había estudiado esos idiomas.
Con mi muy activa y productiva participación
en los equipos de fútbol y voleibol me gané varios puntos para la clase de
educación física, lo cual me ayudó mucho porque yo no tengo tanta resistencia
como la que el profe nos pedía. Para las otras clases (arte, música, geografía,
historia y cívica), me preocupé más por no enfadar a sus respectivos profesores
ya que eso traería resultados catastróficos que podrían resultar en NO
graduarme.
Con todo y mi arduo trabajo para mantenerme
al margen en lo académico, no pude evitar pensar por lo menos un minuto en
Rocky, supuestamente, mi novio; al cual no sé cuándo volveré a ver. Creo que
así la doña de matemática diga que hay examen de todo el libro de álgebra, le
voy a dedicar tiempo de mi pensamiento a Rocky.
Como hay tiempo para pensar en Rocky, también
hay tiempo para Rafael, y no hablo de pensar en él. Rafael siempre busca una
forma de estar en mis pensamientos, pero de todas formas nunca va a estar en mi
corazón, eso ya lo sé. Además puede que esté en mis pensamientos pero no de la
forma en la que él quedara complacido. Me hice una promesa que va ligada a la
promesa de jamás dejarme dominar por un chico; esta promesa dice que jamás
complaceré a un chico a menos que eso me complazca a mí también.
Las promesas se rompen, ¿sabes? Sin importar
qué tan fuerte sea tu voluntad, si no es una promesa con límite (o sea, que
realizaste una acción y ahí terminó todo. No como mis promesas que son para
toda la vida), se va a tener que romper en algún momento de tu vida. Porque la
forma en que la viste el futuro, en el pasado no es la misma forma como llega el
futuro a convertirse en presente.
Hablando de chicos, hay otro chico que se
involucra demasiado en mi vida. Si tan solo hubiera sido unos meses antes
cuando comenzase a involucrarse en mi vida yo estaría feliz de la vida siendo
su novia, pero él tardó demasiado en acercarse a mí; tanto que otro,
¡extranjero!, se adelantó y me ganó (ganó parte de mi confianza, cosa que Tomás
no tiene).
Ya lo dije en el párrafo anterior, se trata
de Tomás, el rubio, alto y bastante parecido a Riker. Tomás se acercó a mí un
día de mediados de septiembre. El clima estaba bastante regular: no muy
caliente y no muy húmedo. Tomás se acercó a mí mientras yo estaba sola porque
las compañeras con las que estaba conversando se fueron a botar la basura,
entonces él aprovechó para intentar ligarme. Más bien, vino a darme un
ultimátum.
-
Tengo novio—respondí indiferente a su
seriedad en el tono de su voz.
- Sabes, ______ (TN), creí que unos días de soledad te enseñarían a no decir mentiras…
- Oh, no—le interrumpí al tiempo que levantaba la mirada—no es una mentira. Hay muchas personas dentro de este plantel educativo que pueden confirmarlo.
- ¿Ah, sí? ¿Como las dos putas que tienes por…?--se interrumpió—no; sabes qué, no voy a discutir contigo. Mira te doy hasta el timbre de las 12:25 para que me digas que sí. Si no vienes, será un no.
- No esperes parado—le avisé.
- Sabes, ______ (TN), creí que unos días de soledad te enseñarían a no decir mentiras…
- Oh, no—le interrumpí al tiempo que levantaba la mirada—no es una mentira. Hay muchas personas dentro de este plantel educativo que pueden confirmarlo.
- ¿Ah, sí? ¿Como las dos putas que tienes por…?--se interrumpió—no; sabes qué, no voy a discutir contigo. Mira te doy hasta el timbre de las 12:25 para que me digas que sí. Si no vienes, será un no.
- No esperes parado—le avisé.
Después de aquella vez nunca nos volvimos a ver de la misma
forma. Es verdad que nunca pasamos a una buena amistad propiamente dicha, pero
igualmente me duele que estemos los dos resentidos. No es que me siga gustando.
El problema es que si voy a convivir en ese lugar y con esa gente debo procurar
evitar todos los conflictos personales porque eso entorpece la convivencia;
además estar peleada con algún compañero—sea quien sea—me estresa, y cuando me
estreso no puedo hacer bien mi tarea de matemática—o de lo que sea—y cuando no
puedo hacer bien la tarea, me estreso más. Y cuando me estreso más quiere decir
que no voy a poder entender ni pinga lo que dice la profe. Y en el peor de los
casos eso resulta en reprobar la materia y reprobar la materia resulta en
tristeza lo cual me puede provocar repruebo en suficientes materias como para
perder el año y eso no puede ser. Por eso las buenas relaciones con los
compañeros son tan importantes.
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Presten atención al último párrafo, eso es una lección de vida.
No puedo creer de lo que fui capaz de hacer con ambas partes del prólogo. cuando lo escribí, quise que fuera una sola parte, pero cuando lo terminé me pareció que era demasiado material y entonces lo dividí en dos partes. Pero cuando lo escribí al principio era un solo capítulo. Todavía recuerdo las largas horas que pasé frente al computador pensando qué escribir para el prólogo. Fueron 20 días en esa odisea. Recuerdo que cada día escribía un poco, pero justo cuando me llegaba la lluvia de inspiración, era cuando se me agotaba el tiempo :(
Fue a finales de febrero que escribí este prólogo.
Creo que el personaje de Rafael será, junto con Ana y María, uno de los personajes más relevantes de toda la tercera temporada.
Hay datos muy relevantes escondidos en todo esto capítulo. Yo trataré de mencionar algunos a ver si concordamos todos:
Mañana vendrá el primer Gran Capítulo de esta Tercera Temporada. ¡No puedo creer que esto por fin esté sucediendo!
Me despido con este vídeo de Youtube de un bloguero y escritor español que me cae muy bien: Javier Ruescas.
Gracias a las Mexicanas.
Gracias a las españolas.
Gracias a la argentinas.
Y gracias a todas mis lectoras
oh, y gracias a Sarah, a mi Amiga Anónima de España y a Natu Benicelli.
Las quiero mucho 3:
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Presten atención al último párrafo, eso es una lección de vida.
No puedo creer de lo que fui capaz de hacer con ambas partes del prólogo. cuando lo escribí, quise que fuera una sola parte, pero cuando lo terminé me pareció que era demasiado material y entonces lo dividí en dos partes. Pero cuando lo escribí al principio era un solo capítulo. Todavía recuerdo las largas horas que pasé frente al computador pensando qué escribir para el prólogo. Fueron 20 días en esa odisea. Recuerdo que cada día escribía un poco, pero justo cuando me llegaba la lluvia de inspiración, era cuando se me agotaba el tiempo :(
Fue a finales de febrero que escribí este prólogo.
Creo que el personaje de Rafael será, junto con Ana y María, uno de los personajes más relevantes de toda la tercera temporada.
Hay datos muy relevantes escondidos en todo esto capítulo. Yo trataré de mencionar algunos a ver si concordamos todos:
- En la escuela de TN la evalúan con tabla de 10. En mi país nos evalúan con tabla de 5, pero yo preferí decir que a TN la evalúan con 10 para que no haya problemas de conversión. Además todos sabemos que 10 es buena nota... y así sucesivamente.
- TN está en los equipos de Fútbol y Voleibol, es una deportista como Madie, en la encuesta que hice la mayoría votó que Madie antes que Liv.
- TN da mucha importancia al álgebra y a su salud mental.
- Además TN también se preocupa por estudiar y sacar buenas notas.
- TN trata deseperadamente de olvidarse de Rocky de de cualquier otra chico que la desvíe de su objetivo.
Mañana vendrá el primer Gran Capítulo de esta Tercera Temporada. ¡No puedo creer que esto por fin esté sucediendo!
Me despido con este vídeo de Youtube de un bloguero y escritor español que me cae muy bien: Javier Ruescas.
Gracias a las Mexicanas.
Gracias a las españolas.
Gracias a la argentinas.
Y gracias a todas mis lectoras
oh, y gracias a Sarah, a mi Amiga Anónima de España y a Natu Benicelli.
Las quiero mucho 3:
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