Parte 1: “Grave enfermedad”
Capítulo 1:
Capítulo 47 (conteo general):
“Segundo primer beso”.
El resto de los días desde que logré comportarme de forma
normal, como solía hacer antes de irme a Buenos Aires, fueron iguales: me
levantaba a la misma hora, hacia las tareas que no pude hacer el día anterior
porque estaba muy cansada por causa de la práctica de fútbol, entregaba mis
tareas y me esforzaba en todas las materias, tratando de no enojar a ningún
profesor ni de crearme enemigos, lidiaba con Rafael, cuchicheaba con las chicas
y mantenía la confianza que el equipo de fútbol tenía en mí, yendo a las
prácticas.
Pero un día muy especial, 10 de octubre de 2014—lo sé porque
Tomás estuvo lanzándome papelitos durante la clase de historia, la última del
día, pidiéndome que seamos algo y que tengamos algo y que no sea tan dura y
fría con él. En todas las cartas que me envió en forma de bola de papel (15)
había escrito el nombre de nuestra ciudad (*en este caso, TC, tu ciudad*) y la
fecha, 10 de octubre de 2014—Sucedió algo que cambió mi trimestre escolar, mi
vida, mi pensamiento, mi año y mi relación con mis padres y con María.
A María la llamaron por el alto parlante del aula de clases.
María se retiró diciendo que se tenía que ir.Cosa rara. Siendo ella mi mejor
amiga debió haberme dicho que me tenía que irse antes de la salida. PD: Faltaban
35 minutos para la salida, eran las 12:10.
A pesar de estar sorprendida, porque de nuevo las cosas
suceden y se están preparando con anticipación, mas yo no me doy cuenta sino
hasta que se dan las situaciones, le pregunté a María, con gestos, que qué
pasaba. Ella me respondió con una frase que pude leer en sus labios; “Cosas de mis padres”.
PD: Cuando Tomás me lanzó la décima quinta carta, el profesor
de historia logró interceptarla, para colmo la abrió y la leyó en voz alta para
toda la clase. La vergüenza no era para mí, sino para el chico que escribió la
carta, ya que esta expresaba todos sus más íntimos sentimientos hacia mí; pero
sin embargo yo fui la que pasó vergüenza en ese momento. Tal parece que toda la
clase ya sabía de antemano que Tomás estaba enamorado de mí y toda esa
telenovela. Lo que no logré comprender es porqué me sentí avergonzada. Yo me
sentí avergonzada y no sé el porqué. Seguramente es algo psicológico,
seguramente sentir las risas de todos sobre mí fue lo que me hizo sentir
avergonzada. En tal caso, la pregunta es por qué todos se reían de mí y no del
que estaba expresando sus sentimientos íntimos en una carta.
Al final el profesor llamó a Marco Sagel y le pidió que
trajera la libreta de boletas. Adivinen a quién el profesor le pondrá la
boleta, a) el destinatario, b) el firmante. Adivinen… ¿Ya escogiste tu
respuesta? ¿Respuesta definitiva?...bueno, verás; al principio creí que le
pondría la boleta al remitente, pero cuando llegó Marco con la boletera, el
profesor me preguntó por el nombre de mi acudiente.
“¡¿Qué?! ¡¿Mi acudiente?!” Le respondí
al profesor. Como supongo que imaginarán, con eso me gané otra boleta; sí… eso
pasó.
Saben, en mi colegio el reglamento interno dice que cuando
tienes 2 boletas en un mismo año, a la tercera vez recibes una suspensión.
Cuando suspendes dos veces, a la tercera vez es una expulsión del plantel.
Cuando te expulsan una vez, tienes otra oportunidad para matricularte para el
año siguiente. Pero si en esa nueva oportunidad recibes una suspensión, ¡estás
fuera para siempre! Tal parece que ni los mismo directivos del plantel no saben
respetar su reglamento, porque con esas dos boletas ya llevaría entonces 5
boletas… No sé quién es el responsable de esta falta, pero por lo menos me
beneficia.
Después de que se tranquilizara la tormenta que se había
vuelto la clase por causa de mis dos boletas, retornamos a la clase de
historia. Saben, la historia puede ser muy aburrida, difícil y complicada, en
especial si tienes un profesor como el mío. Pero de todas formas la historia no
es tan aburrida. Creo que no me costó mucho prestar atención a esa clase sobre
la segunda guerra mundial. Claro, cualquier clase de historia que hable de
Hitler y el tercer “Reich”, es una
clase interesante. Por otro lado siempre tuve el deseo de saber qué estaría
tramando mi “mejor amiga”, o sus padres, o quién sea. Solo necesitaba saber
algo más aparte de que Hitler pretendía exterminar a toda la raza judía porque
quería cultivar una nación más pura y libre de la porquería. Pero de todas
formas traté de concentrarme más en Hitler y su plan de purificación que de
María y su posible acción “cupidezca”.
Cuando sonó el timbre de salida y se acabó la clase de
historia, salí de mi salón de clases como si fuera de única forma de salir del
infernal mundo en el que vivimos, pero después de cruzar el marco de la puerta
me di cuenta de que no logré nada, lo único que hice fue salir a un espacio un
poco más amplio que en el que yo estaba anteriormente.
Intenté sacarme de la cabeza a todas las personas que no
estaban conmigo en ese preciso instante. Mi cabeza y mi mente debían estar
reservados para aquellos que tienen el valor, el sacrificio y delicadeza de
mantenerse a mi lado, a pesar de que algunos lo único que hacen es hacerme la
vida de cuadritos; sobre todo lo más importante que hacen es mantenerme ocupada
para que no caiga en los vicios de este mundo carnal, en cosas mundanas.
A veces las personas que nos fastidian la vida son los
responsables de que nos hagamos cada vez más fuertes y podamos afrontar de
manera más enérgica y eficiente los retos más difíciles y dolorosos de esta
vida. A pesar de ser tan joven, sé lo que es la vida; porque me he enfrentado a
ella en innumerables ocasiones y en muchas de ellas las he hecho sola.
Principalmente lo que más hace fuerte a una persona es el acoso.
El acoso es, en casi todos los puntos de vista, algo malo que
afecta a nuestra sociedad y nos enferma socialmente. Pero también es, para el
que logra hacerle frente, soportarla, dominarla y desterrarla de su faz; una
forma de fortalecerse y ganar experiencia. Por eso desde mi experiencia digo
que aprecio mucho que alguien me moleste; aunque en el momento realmente quiero
mandarlo al quinto infierno, decirle mil y un improperios o simplemente pienso
en mi interior “Por el amor de Dios, ¿no se da
cuenta de que vengo con apuro?”, o cualquier otra cosa parecida.
Pero al final—y cuando al final me refiero a
<<ahora>>, cuando ya han pasado los años y me pongo a recordar esos
tiempos cuando todavía iba a la escuela—me doy cuenta de que si Rafael o
cualquier otro no me hubiera fastidiado, o “entretenido”, en ese justo momento,
muchas cosas habían pasado; por ejemplo encontrarme con Tomás y un anillo de
compromiso—muy bonito, por cierto—pidiéndome que sea su novia. A esas cosas me
refiero. Si ese cuadro hubiera sucedido con los dos dentro de él, hubiese sido
la causa de un suicidio y yo no hubiera podido cargar con una muerte por el
resto de mi vida. Porque conozco a Tomás y un <<no>> sería
devastador; a parte me conozco a mí misma y sé que en ningún universo paralelo
hubiera dicho que sí.
Después de discutir y enfrentarme a Rafael; y aferrarme a mi
creencia moral de la fidelidad y de la sinceridad, logré salir del colegio con
todos los trapos justo en donde estaban.
Aquel día estaba lloviendo torrencialmente. Varios chicos de
preparatoria—sin novia—se ofrecieron a ayudarme a llegar a mi casa, les dije
que no. Tomé un autobús que me dejó justo en la entrada de mi urbanización.
Caminé las siete calles que me separaban de mi hogar justo como el rayo McQueen
corrió las 200 vueltas de la copa Pistón.
Llegué a mi casa, entré a mi habitación, me quité la ropa
mojada, almorcé junto a mi hermano y le pregunté si podía firmar, en nombre de
mi madre, la doble tanta de boletas que me entregaron ese día.
-
¿Quieres que falsifique la firma de
mamá?—preguntó él alterado.
-
No dije eso—respondí manteniendo la
calma—. Lo que quiero es firmes en nombre de mamá.
-
_____ (TN), eso es falsificar una
firma—respondió él tan seriamente como te enseña a realizar una ecuación
incompleta de la forma ax2+bx=0—además igual alguien tendría que ir
a la citación; si mamá no firma, no sabe; si no sabe, no va, y si no va, la
llamarán del colegio y entonces será peor.
La forma de mi hermano de expresar la gravedad del asunto es
realmente espeluznante. ¿Entonces? No entiendo, ¿me vas a firmar o no?
-
No, no te voy a firmar, nada, dáselo a
mamá.
-
¡Pero me va a mandar a la pera*!
-
Debiste pensarlo mejor antes de ponerte
a mensajear con tu platónico.
- ¡No tengo platónico, tengo novio! —le
dije—. Además Tomás fue quien comenzó con la mensajeadera, mientras que yo ni
siquiera le respondí una sola de sus quince cartas.
Al final
de esta conversación tuve que darle las dos boletas a mi madre para que las
firmara, no es necesario decir que se puso furiosísima; pero lo bueno es que
por lo menos ella si me comprendió y se puso de mi lado. Al lunes siguiente fue
a reclamarle al profesor por haberme puesto esa boleta (era viernes). El
profesor le dijo que me puso la boleta a mí porque yo, como mujer debí haberle
dado un puñetazo a Tomás en la cara por estar molestándome.
A ver,
profesor, si yo le hubiera dado un puñetazo a Tomás en la cara en lugar de no
hacer nada, qué hubiera pasado…
1.
Le
hubiera roto la nariz a Tomás.
2.
Me
hubieran expulsado del colegio por eso.
3.
Mis
padres hubieran tenido que pagarle la operación a Tomás.
4.
Me
hubiera aburrido hasta el punto de sacarme los pelos por causa de que Tomás no
se hubiera decidido cuál nariz pedir que le hicieran.
Creo que
ya me salí un poco del tema. El día en que sucedió todo esto de la doble tanda
de boletas y las quince cartas de Tomás y la clase de historia, sobre la
segunda guerra mundial… el día en que ocurrió eso estaba lloviendo a cántaros.
Era octubre, así que eso sería lo más normal que pudiera haber pasado en un día
de octubre.
Como
estuvo lloviendo desde las 5 de la mañana, yo llevé mi abrigo y mi jacket. No
son lo mismo, a pesar de que literalmente sí son lo mismo solo que uno es en
español y el otro es en inglés; pero en el idioma de la calle, abrigo es de
tela y jacket es de material impermeable.
Para
colmar mi situación, yo estaba resfriada. Cualquiera de ustedes pensarán: “¿Y
por qué no te quedaste en casa ese día?” Mis queridos amigos, en ____ (TP) el
clima es tropical muy húmedo; lo que significa que el virus del resfriado está
en el aire, de modo que es casi improbable que no te resfríes por lo menos una
vez al año, esa es mi rutina. Aunque yo conozco chicos de mi escuela que viven
en las montañas del norte y son gringos—para variar—. Ellos se enferman mínimo
cinco veces en octubre y en los otros meses, una o dos veces.
Como yo
soy originaria de _____ (TP), estoy acostumbrada a la humedad, los mosquitos y
además tengo inmunidad a casi todos los virus del resfriado que existen en
_____ (TP), lo cual me permite pasar más tiempo en contacto con diferentes
virus del resfriado y no enfermarme. Pero hay unas ciertas veces en que
casualmente me topo con un virus del cual jamás me había enfermado antes y
entonces caigo enferma. Pero no es una excusa válida para faltar a la escuela,
ya que un resfriado puede durar hasta meses y un alumno regular de una escuela
no puede faltar por meses porque está resfriado.
El punto
de esto es que yo estuve enferma, pero aun así asistí a todas mis clases. De
todas maneras debía cuidarme de la lluvia porque eso podría empeorar mi
situación mientras que simplemente quería mejorarme porque eso de estar enferma
y tener que ir a clase es aburrido, estresante y para nada agradable. La
escuela no es lo más maravilloso del mundo, pero si le agregamos un terrible
resfriado, no va a mejorar.
Ya eran la
una de la tarde y no dejaba de llover, algo normal en el mes de octubre.
Entonces salí al encuentro de Rafael. En aquel momento preferí haberme ido por
detrás de las hileras de salones, pero luego agradecí mentalmente a Rafael por
evitar mi encuentro con Tomás.
Tomé el
autobús que ya mencioné anteriormente y llegué hasta mi casa—caminando desde
donde me dejó el autobús—. Cuando iba por la tercera calle, antes de llegar a
mi casa, sentí que caía granizo. Miré hacia el cielo y en seguida tuve que
bajar la mirada, porque comenzaron a caer trozos de hielo aún más grandes.
Entonces corrí como el rayo McQueen directo a mi casita. Por suerte llegué sin
un solo trozo de hielo sobre mí, pero eso estuvo cerca.
Como ya
comenté anteriormente, mi hermano ya estaba ahí. Después de comer y tener la
conversación con mi hermano sobre la falsificación de firmas, especialmente si
se trata de una citación del colegio, subí a mi habitación, y… bueno, qué puedo
decir.
Había
olvidado subir la maleta a mi habitación, de modo que me tocó subirla después
de haber comido. Estar enferma y venir de una clase de historia de 9º grado, es
realmente agotador. No soporté más mi espalda; así que tiré la maleta en el
suelo. Hizo un estruendo. Es extraño, la maleta pesa menos que yo, la maleta
pesa 45 libras, sin duda yo peso más que eso.
Como sea,
después de tirar la maleta en el suelo, la siguiente cosa en ser tirada fue mi
cuerpo. Me hundí en mi lecho justo como Scrooge en hundió en su tumba cuando el
fantasma de las navidades futuras le dijo que esa tumba era la suya, sin querer
hacerlo pero igualmente haciéndolo.
Me enojé
conmigo misma por estar en una actividad perezosa. Aquella tarde tenía muchas
cosas que hacer aparte de hacer que mi madre firmara las boletas, y sin embargo
me encontraba perdiendo el tiempo tirada sobre la cama. Entonces mi cuerpo—y en
especial mis extremidades—le dijo a esa vocecita en mi cabeza, que siempre me
obliga a levantarme a pesar que no quiero, que se callara, porque en verdad el
cuerpo estaba muy cansado.
Mientras
mi cuerpo se relajaba sobre el lecho, intenté ordenar todos los portafolios y
carpetas dentro de mi cabeza. Siempre que llego del colegio debo hacer eso
porque si no, me duermo y se me olvida todo lo que tengo que hacer.
Mientras
ordenaba los recuerdos y pensamientos recientes, dentro de la cinta que grabó
mi cerebro basándose en la información recolectada por los ojos cuando entré a
la habitación y me tumbé en la cama, aparecía una figura humana la cual fue
captada por mi vista periférica del ojo derecho cuando entré.
Me estaba
enfocando en la cama, por eso no presté atención a esa figura en el momento en
que sucedió; y como la vista periférica es tan mala para captar las cosas
aparte de lo que uno está enfocando, no pude saber en el momento quién era esa
figura.
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OH DIOS MÍO. Pensemos un momento quién podrá ser esa persona. Analicemos las opciones:
*Juan, haciendo una broma
*Rafael, intentanto conquistar a TN
*Tomás, en la misma situación.
*Algún otro chico de la escuela.
*Un ladrón
*Riker
*Rocky
*Ratliff
*Ana
*María
*Rydel
*Etcétera.
--Creo que ya es obvio que no es un ladrón.
OK, ahora sí puedes saber quién es esa figura.
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Lo primero
que pensé después de tener presente en mi conciencia que no estaba sola en la
habitación fue: << ¡Dios mío! ¡Se han metido a la casa! Seguro es un
ladrón. ¿Y si me mata? ¿Y ahora cómo le hago para escaparme? >> Mientras
me mantuve en debate sobre qué hacer y qué no hacer para mantener con vida, la
figura se acercó a la cama. Yo seguí tumbada y bocabajo. Tenía miedo, el
corazón me latía a mil por minuto. Mi respiración, sin embargo, estaba más
calmada. He aprendido a no mostrarles a los demás cuán asustada estoy, mediante
la respiración acelerada; pero a mi corazón no lo puedo controlar.
Seguí ahí,
esperando alguna chance de escapar, o si no, esperando el golpe final… Nada
sucedió. Continué esperando... Nada sucedía. De repente vi que la figura se movía
más. Lentamente se sentó en el borde de mi cama, bastante cercano de mí.
La espera
y la agonía se prolongaron. Tenía la cabeza hundida en el lecho, pero por causa
de una incomodísima posición en la que me había colocado, podía verle por el
rabillo del ojo. Pude ver que levantaba una mano. En ese momento dejé de
pensar, no medí las consecuencias de mis actos, si estaba armado o no; si podía
matarme o si sería más fuerte y más inteligente que yo, ¿y si hubiera fallado
mi reflejo?
La acción
fue sin pensar, fue reflejo. Cuando la mano de la figura humana que invadía mi
habitación estuvo lo suficientemente cerca de la mía, moví ésta y traté de
tomar la suya. Lo logré. Entonces levanté la cabeza y el pecho del lecho. El
cabello me cubría el rostro, de modo que pude ver su rostro; aunque sí podía
apreciar mejor a la figura, otras partes de su cuerpo, sus movimientos, y
además pude notar que no llevaba la cabeza cubierta; aunque no la identifiqué.
A través
de mis cabellos pude observar que la figura humana invasora levantaba la otra
mano. En un movimiento rápido levanté el otro brazo mío y traté de eliminar su
otro brazo; no lo tomé, lo torcí. Lo supe por dos señales: 1-oí el hueso
traquear. 2-Oí que el ser humano frente a mí lanzó un corto gemido de dolor en
el momento en que le torcí el brazo, luego siguió normal.
Sin
embargo yo no le dejé avanzar. Después de haber torcido su brazo derecho,
intenté lo mismo con el brazo izquierdo. Fallé. Pero en realidad era un
movimiento de sacrificio…sacrificio por un bien mayor. Al momento en que moví
mi brazo para torcer el suyo, liberé mis piernas, las cuales estaban debajo de
mi cuerpo, entonces empujé al individuo fuera de mi cama con mis piernas. Él luchó
por volver a subirse a la cama. Lo logró. Entonces aproveché la oportunidad,
tomé su brazo no torcido y lo torcí sobre su espalda; justo como dice Jessie: mantener su pulgar entre los omoplatos. El ser humano al cual estaba torturando
gimió de dolor. Luego, alcanzó a decir unas palabras:
-
______ (TN), soy yo; tu novio.
En ese momento logré poner bien el chip llamado <<Rocky
Lynch, mi novio. >> No reconocí la voz de Rocky dentro de los gemidos de
dolor que lanzó anteriormente porque en ese momento estaba muy concentrada en
lograr la misión de mi chip anterior: ir al colegio, sacar buenas notas y
olvidarme del que no está conmigo.
Después de haber cambiado el chip, solté el brazo de Rocky y
me disculpé por hacerle hecho daño.
-
Descuida, ya estoy acostumbrado a que me
tuerzan el brazo—respondió.
No creí una solo palabra de esa frase. Y para respaldar mi
sospecha, logré comprobar con mis propios ojos que Rocky se estaba masajeando
los brazos. De nuevo actué por instinto. Tomé uno de sus brazos torcidos y lo
enderecé con un solo movimiento. Rocky gimió por un segundo. Después de recibir
mi mirada amistosa de “¿te dolió mucho?”—A la décima de segundo después—, dejó
de quejarse. Entonces procedí con el otro brazo, con extrema precaución. Se
repitieron las mismas acciones.
-
¿En dónde aprendiste esos movimientos de
defensa personal?—me interrogó.
-
Estudié Karate por tres años.
-
Esos movimientos no fueron de Karate.
-
No, pero cuando practicas eso y llegas a
un cierto nivel, ya tienes la noción de poder crear un movimiento o una rutina
de movimientos para defensa personal—dije—Recuerda que estuve soltera toda mi
vida, y con una belleza así –me señalé el rostro—debo saber defenderme yo sola.
-
Ya no estarás sola—dijo acercándose a mí
de manera muy atrevida. Eso me excita tanto...
Estuvimos a punto de besarnos pero mi madre interrumpió. No
es necesario que diga lo que dijo mi madre. Eso digo en esta redacción y eso
también le dije a Rocky cuando me preguntó qué dijo mi madre.
Hasta ese momento se me había olvidado, seguía enferma.
Llevaba puesto, en ese momento, mi abrigo de piel de oso y una bufanda que
seguramente ya se me había caído, porque no estaba amarrada. Después de que
nuestro primer momento romántico fuera arruinado y que mi madre diera su
opinión sobre mi nuevo novio, me dieron ganas de estornudar. Oh, y no estornudé
encima de Rocky; no soy tan torpe… pero igualmente no pude evitar estornudar.
Eso me recordó que Rocky aún no tiene la capacidad de curarme con tan solo su
mirada.
Por supuesto Rocky trató de hacer algo para hacerme sentir
mejor. Nada de lo que hiciera hubiera podio ayudar. Le dije que estaba bien y
que eran solo alergias. Aproveché el momento de silencio para preguntarle qué
hacía en _____ (TP). Él respondió:
-
Bueno… tengo contactos aquí en _______
(TP), y logré contactar con una productora de telenovelas y… —me miró y yo le
devolví la mirada—en resumen, ahora soy actor de telenovelas… Rydel y yo.
Seremos los antagonistas…
Estuve apunto de preguntarle si el antagonista habla español o
qué idioma; pero Rocky se me adelantó y me dijo:
-
Los antagonistas son dos hermanos, como
Rydel y yo, y son gringos. De modo que muchas de sus líneas son en inglés, y
cuando hablan español—hizo una cortísima pausa—lo hacen con
este acento con el que te hablo.
Me reí del acento con el que Rocky habló en español. De
verdad será un muy buen antagonista. Entonces hice una de las preguntas del
millón:
-
¿Conseguiste ese trabajo acá más cerca
porque querías estar cerca de mí o simplemente porque te llegó la oportunidad?
-
No quiero estar cerca de ti—se me borró
la sonrisa; mas él agregó—quiero estar contigo—volví a sonreír.
En esta ocasión sí conseguimos nuestro momento romántico.
Ross dice que dentro de los cinco, los que más coquetean son él y Rocky; le
creo. Después de que Rocky me deleitara con su sentido poético, logró besarme
como supongo estuvo deseando hacerlo durante un mes y medio. Sus besos, a
partir de ese día, estuvieron cada vez más llenos de ternura más que de pasión.
La pasión no tiene nada de malo, igual que la ternura, pero…
me extrañó mucho tratándose de ‘Rocky Lynch’; pero igual no me preocupó
seriamente eso. Además, si sus besos están más llenos de ternura que de pasión,
significa que me quiero mucho más de lo que me desea, ¿Eso es malo? En todo
caso, cuando un chico siente más deseo hacia una chica que afecto, es porque le
importa más el físico que los sentimientos que siente por la persona. Viéndolo
de ese modo, es bueno lo que siente Rocky.
Después de besar a Rocky, me entró otro acceso de tos, todo
volvió a suceder de la misma manera, excepto por la parte del beso.
En ese justo momento le pedí a Rocky que me contara la
historia extendida de cómo llegó él y sus hermanos a mi país. Aunque parezca
que no le hubiera estado prestado atención, sí lo hice. Lo que pasa es que cuando
estoy escuchando música o cualquier cosa en general, se me hacer mucho más
sencillo resolver las ecuaciones de álgebra sin estresarme porque los
resultados no me cuadren; así que me puse a resolver algunos problemas de
matemática mientras Rocky me hablaba.
-
_____ (TN), ¿me estás escuchando?
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WOAH! Esta es un muy buena forma de iniciar una nueva temporada. Se los aseguro: Esta nueva temporada está buenísima. Y a pesar de que mañana regreso a clases, todavía sigo escribiendo lo que será la segunda parte de esta temporada. Ya no sé ni qué más decir sobre esto porque supongo que ya muchas de ustedes deben de estar esperando que diga alguna fecha para solo esperar a que sea esa fecha. Pero yo tengo algo que decir a todo el que esté esperando una fecha y es lo siguiente: comienza un segundo trimestres y por lógica éste siempre va a ser peor que el primero. Y basándome en mi experiencia de este primer trimestre, no me espera nada bueno este segundo trimestre.
Sé que suena agobiante que yo me excuse con el colegio. Pero es que eso es lo único que me limita a escribir continuamente.
Con lo mucho que me esforcé este trimestre, es probable que yo sea la primera en el cuadro de honor y eso es algo grande. Por eso quiero seguir esforzándome al máximo en el colegio. Porque sobre todo no quiero perder los beneficios del cuadro de honor. Y si se tiene que perjudicar el blog, lo lamento, pero mis estudios son primero. hagan ustedes lo mismo. Nada, ni siquiera Rocky Lynch, o Riker o Ross, es más importante que nuestros estudios. Pero eso sí, si tienes la oportunidad de ir a un concierto de R5, ve; pero sin faltar al colegio.
Ahora, para finalizar esta entrada, quisiera compartir este vídeo de un canal de un chico español llamado Sebastián García Mouret. Por favor, si no sabes cómo se pronuncia su apellido, no lo pronuncies. Eso le enoja mucho a Sebas.
Yo digo que Sebas es único, no hay nadie más en este planeta que tenga el mismo gentilicio que tiene el. Yo lo defino como Gallego-Asturiano, Español-Francés, Europeo-madrileño.
Nadie como él.
Qué tal si vemos este primer vídeo que su viaje por el Valle Del Loira.
Así como se despide Sebas, me despido yo.
Gracias a todas mis lectoras.
Y... mañana comienzan las clases..............................
Tengo que prepararme.
les envío un enorme beso a todo aquel que esté leyendo este blog 3:
Sé que suena agobiante que yo me excuse con el colegio. Pero es que eso es lo único que me limita a escribir continuamente.
Con lo mucho que me esforcé este trimestre, es probable que yo sea la primera en el cuadro de honor y eso es algo grande. Por eso quiero seguir esforzándome al máximo en el colegio. Porque sobre todo no quiero perder los beneficios del cuadro de honor. Y si se tiene que perjudicar el blog, lo lamento, pero mis estudios son primero. hagan ustedes lo mismo. Nada, ni siquiera Rocky Lynch, o Riker o Ross, es más importante que nuestros estudios. Pero eso sí, si tienes la oportunidad de ir a un concierto de R5, ve; pero sin faltar al colegio.
Ahora, para finalizar esta entrada, quisiera compartir este vídeo de un canal de un chico español llamado Sebastián García Mouret. Por favor, si no sabes cómo se pronuncia su apellido, no lo pronuncies. Eso le enoja mucho a Sebas.
Yo digo que Sebas es único, no hay nadie más en este planeta que tenga el mismo gentilicio que tiene el. Yo lo defino como Gallego-Asturiano, Español-Francés, Europeo-madrileño.
Nadie como él.
Qué tal si vemos este primer vídeo que su viaje por el Valle Del Loira.
Así como se despide Sebas, me despido yo.
Gracias a todas mis lectoras.
Y... mañana comienzan las clases..............................
Tengo que prepararme.
les envío un enorme beso a todo aquel que esté leyendo este blog 3: