sábado, 14 de febrero de 2015

Capítulo 35: "El beso".

Aclaro, el capítulo se llama "el beso" porque TN habla del beso o los besos que le dio a Riker, y a al vez, del beso entre Rocky y la porteña. Hay un beso, pero no es el principal.
¡Prosigamos!


Capítulo 35: El beso

Después de eso, Rocky se alejó lentamente de mí, se levantó de mi cama y salió muy lentamente de mi habitación. Cuando ya se encontraba a una distancia bastante prudente de mí volteé la mirada y lo observé mientras caminaba decidido hacia la salida. Él también es como yo: es muy fuerte; a pesar de que se esté rompiendo por dentro, a pesar de tener una herida hecha por mil espadazos, siempre se mostraba fuerte. El arte de hablar en acertijos no es lo único que tenemos en común.

Rocky sintió mi mirada quemándole el cabello, porque no encuentro otra razón para que mirara hacia atrás justo en el momento en que yo me estaba preguntando por qué me enamoré de él. Me miró con una mirada que da lástima. Me conmovió.

Por fin salió de la habitación y cerró con puerta lo más silencioso posible.
A penas se fue me volví a tumbar en la cama y deseé estar muerta.
Recapacité cinco segundos y decidí leer la carta. Obviamente estaba en inglés. Habían algunas expresiones que no entendí muy bien—recordemos que Rocky es un gran poeta y le gustan las expresiones idiomáticas—.

La carta, traducida al castellano, decía algo así:

Buenos Aires, 1ro de septiembre de 2014
______ (TN):

Si estás leyendo esta carta es porque me amas, no hay más razón para eso. Te amo, ya te lo he dicho. Y también sé que te prometí jamás hacerte daño. Soy un ser humano, hay veces en que me ciego y lastimo a las personas que más amo. Es lamentable que tú hayas sufrido por mi falta de prudencia y de todo.
Como soy capaz de equivocarme, también soy capaz de pedir perdón.

Soy un cobarde. Te hago saber todo esto mediante una carta porque no soy capaz de mirarte a esos hermosos ojos que tienes después de lo que te hice sufrir. Si no fuera por mi cobardía, ahora mismo estaría postrado ante ti suplicándote que me perdones.

Espero volver a ser digno de mirar tus ojos algún día.

Espero volver a ser digno de besar tus labios, aunque sea sólo una vez más.

Espero ser algún día digno de que me invites a tu cama.
Con aflicción
Rocky <3
Después de leer la carta que me escribió Rocky, con aflicción, yo también quedé afligida. Rocky me estaba pidiendo perdón por un solo beso que le dio a otra chica, mientras que yo besé a otro chico cinco veces; para colmo eso otro chico es su hermano.

Yo soy quien no merece que me mire a los ojos, yo no merezco que sus labios besen los míos solo una vez más  para recordarme lo que perdí en el momento preciso en que acepté los labios de otro. Yo no merezco siquiera que me pidan perdón, soy yo la que debe estar pidiendo perdón postrada de rodillas ante él; y por supuesto tampoco merezco una invitación a su cama.

No aguanté un segundo más. Fui corriendo a su habitación y toqué una vez la puerta. Oí que la puerta se abría y pude ver el cabello castaño de Rocky. En seguida me vio, intentó abrazarme; pero yo lo rechacé. Sin embargo sí entré a su habitación. Estaba llorando. Rocky cerró la puerta y me preguntó qué me sucedía. Él se sentó en el borde de su cama y yo me postré a sus pies llorando desmedidamente.

“Tell me: what’s going on? What it means?” me preguntó. Lo dije sin rodeos, porque sabía que su reacción no cambiaría sin importar lo que yo hiciera o dijera aparte. “I kissed Riker… in the lips… five times” fue un golpe duro. Estoy totalmente segura de que Rocky jamás se esperó que la chica a la que él estaba suplicando perdón estuviera cinco minutos después diciéndole semejante cosa << ¿Besaste a mi hermano? >> Say what!

Rocky me miró durante un segundo, luego yo bajé la mirada. Él intentaba buscar mi mirada pero yo le rehuía. Luego él tomó mi mentón y me obligó a mantener la vista hacia arriba, mirándolo a él.

-          Y dime: ¿te gustaron los besos de Riker? –me preguntó.
-          No, para nada; no se comparan a los tuyos—mentí.

Al menos en la primera parte. Rocky me miró fijamente a los ojos y yo no supe qué hacer.

-          ¿entonces por qué lo besaste cinco veces?—volvió a preguntar.

Sabía que él sabía que yo mentía. No hizo falta que dijera una sola palabra, sus ojos lo decían todo. Luego me acarició la mejilla. Hasta ahí, ya no pude más. Le dije lo que en verdad me parecieron los besos de Riker.

-          Riker es un buen besador—dije.

Rocky rio.

-          ¿Por qué ríes? –le pregunté.

-          Te conozco tan bien que sé que me mentiste la primera vez. Conozco a mi hermano tan bien que sabía que si sucedía algo como lo de hoy, aprovecharía la oportunidad. Y también conozco a muchas chicas que dicen que es casi imposible resistirse a un beso de mi hermano. Ahora dime seriamente: ¿Te gustó el beso de Riker?

-          Al principio, no. Después, sí; y luego, no—dije mirando fijamente sus ojos, y sin apartar la mirada ni un solo segundo.
-          ¿Por qué lo hiciste?—preguntó Rocky muy angustiado por conocer las razones.

-          Estaba devastada por lo que acababa de ver. No fue nada personal, pero vi a Ryland caminar solo y quise entablar una conversación con él. Al final terminé ayudándole a “conquistar” a María—bajé la mirada--. Luego me encontré con Riker mientras yo los “espiaba”. Él se “enfadó porque yo estaba espiando a su hermano y pretendió ir e interrumpir todo el plan que yo había elaborado con Ryland. Entonces, mientras yo le intentaba retener, sucedió el primero; fue un accidente.

Estaba esperando que Rocky dijera algo, que me apoyara y que no se quedara ahí, mudo.

-          Sabes,--subí la mirada—una de las razones por la cual nunca antes había tenido novio es porque siempre se me daba más la tarea de unir a las personas que coquetearles a los chicos.

-          ¿Entonces jamás habías tenido novio y eres experta en el amor?—intervino Rocky.

-          Naturalmente, ¿no conoces el caso del Dr. Cupido?—dije. Rocky no respondió. Continué.

-          La segunda vez fue cerca de media hora después. Fue un resultado de sentimientos encontrados y reprimidos hasta un cierto punto. El tercero se lo di yo misma a Riker para calmarlo y para obligarlo a que se fuera. El cuarto también se lo di yo para demostrarle a Riker que no me gusta.

-          ¿le besaste para demostrarle que no te gusta?—dijo Rocky.
-          Si lo analizaras en el contexto en el que sucedió tendría mucho más sentido del que crees. —le contesté.

-          El quinto beso me lo dio Riker para demostrarme que sí gusto de él. Pero después de eso juramos que eso era una tontería, una estupidez; yo le dije que tú me gustas y nada más y entonces prometimos jamás volver a besarnos.

-          Me sorprende su madurez. —dijo Rocky.
-          No debe sorprenderte. Pero sí sé una cosa:--agregué—jamás debí canjear tus labios por los de Riker. No es que tú beses mejor que él o viceversa, es solo que yo escogí los tuyos.

-          Bueno, en ese caso creo que yo debo mantenerme tranquilo; ¿no?—preguntó Rocky.
-          Todo está claramente perfecto ahora; no hay nada de qué debas preocuparte.

Rocky me besó. Nos quedamos durante un rato ahí sentados en el suelo, besándonos.

Yo estaba muy concentrada en besar a Rocky. Lo había extrañado por largo rato. A pesar de que fueron en realidad menos de 24 horas de disputa. Igual, fue una eternidad. Ahora sí estaba totalmente segura de que jamás debía cambiar esos labios que estaban entonces acariciando. No debo pedir más de lo que tengo. Tengo a Rocky porque él me escogió y yo lo acepté. Sus brazos acariciaban mi espalda porque yo le había dado licencia.

Entonces apareció Rydel y entró en la habitación. >>Uh, momento incómodo. Mejor me retiro<<

>>Demasiado tarde, ya me vieron y dejaron de besuquearse. Mejor les digo algo. <<

-          No, continúen besándose. Yo solo venía a decirles que la cena ya está lista, pero ustedes ya se adelantaron.
Entendí perfectamente el lenguaje de Rydel.

-          Sí, ya; gracias Rydel—le dije.
-          A propósito, ¿por qué se besan acurrucados en el suelo como ratas? Tienen la cama. Para eso existe.

-          Porque nos gusta estar aquí acurrucados. –respondí--¿Algún problema?
-          Cálmate, no quería ofenderte. –dijo Rydel y salió de la habitación.

-          Oye, ¿puedo preguntarte algo?: ¿Cuál es la fobia para con mi cama?

Lo miré seriamente durante 3 segundos y luego levanté una ceja en señal de “no me fastidies”. Luego cambié la cara radicalmente y le dije:

-          ¿Vamos a la cama?—dije con voz de niñita inocente que no sabe que tres segundos después la van a violar. >>A ver, niña; ¿por qué eres tan estúpida? ¿cómo se te ocurre decir algo así?<<

-          No, la verdad es que tengo hambre de comida de mamá. –respondió Rocky--. ¿Vienes?
-          No, la verdad es que se me quitó el apetito.

-          ¿Quieres una copa para abrir el apetito?—me preguntó.
-          No, el alcohol no me apetece. De veras no quiero comer nada. Me voy a mi habitación. –dije y pretendí irme; pero Rocky me impidió ir. Me dijo:

-          Oye, todo está bien. No hay razón para que estés sin apetito.
-          Ya lo sé, Rocky. Es solo que pues… no tengo hambre.

Vi la expresión en el rostro de Rocky aquella noche cuando le dije que simplemente no tenía hambre. Es algo que todavía me continúa perturbando; me acompañará hasta la muerte.

Rocky se sentía muy preocupado porque sabía que era mentira: no todo estaba bien. Todavía había un sencillo problema que nos perturbaría durante casi dos años.

Me tumbé en mi cama y me dormí. Estaba yo en el momento de la noche en la que millones de pensamientos me llegan a la cabeza y siento que voy a enloquecer. Pero poco a poco todo se va disipando y caigo en un profundo y delicioso sueño.

Calculo que treinta minutos después fue cuando me desperté sobresaltada en mi lecho. No fue por un mal sueño; todavía estaba soñando con los besos de Rocky, en realidad fue porque alguien me perturbó el sueño. Justamente Rocky me estaba besando como nunca antes cuando María me despertó.

-          Lamento despertarte—se disculpó.
-          ¿En serio? No te creo—le dije con cansancio y con sarcasmo.

-          No seas tú justo ahora. Venía a hablarte de eso—hizo una pequeña pausa y luego agregó--: ¡¿no quieres comer?!

<<UHG! Justa la razón por la cual necesitaba que me despertaran>>
Realmente no me agrada como comienza esta conversación.

-          ¡No comiences de nuevo con lo mismo! —le reprimí mientras me enderezaba y me sentaba bien en una posición cómoda.

-          UHG, pero es que debo ayudarte. No quiero que te enfermes y sea mi culpa. No has desayunado durante más de un mes.

-          ¡No es cierto! —la falseé—Sí comí durante la semana de exámenes y también he comido bien durante nuestra estadía en Buenos Aires.

-          Desayuno, mujer. De eso estoy hablando. No te generalices.
-          Sí, desayuno en la cafetería del colegio—conté.

-          ¿A las nueve de la mañana?—me cuestionó.
-          (Lancé un suspiro) Mira, si crees que soy anoréxica, guárdate la tarjeta del doctor; porque no lo soy. ¿Acaso no tengo derecho a estar deprimida y a perder el apetito por eso?—dije firmemente.

-          ¿No se supone que con Rocky aclararon las cosas?—preguntó una interesada amiga mía.
-          Sí, nos confesamos el uno al otro y yo le expliqué gran parte de mi historia y él me escribió una carta diciéndome que si yo tenía valor para leerla, es porque en verdad le amo—conté.

-          ¿Y… la leíste?—Preguntó María.
-          Sí, pues; eso es lo que decía en la carta. Al final nos perdonamos y nos besamos. Pero… es que no lo sé. Se supone que todo está bien, ¿verdad?

-          Lo es—respondió.
-          Pero yo no me siento como si hubiera vuelto a tener la confianza de Rocky.

-          Estas cosas se toman su tiempo. No te preocupes; en unos días todo será claro. Solo debes ser paciente… y cuidar mucho tu salud.

-          Tranquila, amiga. El hecho de que tú ya seas una chica y que yo siga siendo una niña no significa que ahora debas actuar como mi madre.

-          ¿Perdón?—se indignó María.
-          Oye, hablando de mi madre. ¿Crees que estoy gorda?—dije ensumiendo la barriga.

-          ¿Gorda? Ni de broma. ¿Quién dice que gorda?—esperé unos segundos para responder; luego ella dijo--: no me digas que tu madre.

-          No, es mi abuela.
-          Seguramente no le operaron bien la catarata que tenía.

Esta conversación se hizo mucho más larga. Al final caí rendida de sueño. María se fue y me dejó dormir sola en la habitación. Cuando ella salió. Creí ver unos mechones castaños sobresaliendo del marco de la puerta.


Aquella noche no lo supe, no le tomé importancia; simplemente me quedé sobre mi lecho, en mi cama y me dormí profundamente. No hice nada. Fui mansa.

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¡les dije que estaría de vuelta antes de mi cumpleaños!
Voy directo a lo mío. Este espacio es para explicar lo que no es entendible allá arriba. 
1-Hay muchos besos, pero el más importante es el que TN le dio a Riker, fueron 5; pero los cinco hacen uno solo en realidad.

2-Rocky oculta sus celos solo por esta vez, porque no quiere perder a TN cuando todavía ni son novios, pero más adelante será el más celoso de todos.

3-Aquí se da la primera muestra de la anorexia de TN. La verdad es que ella sufre de anorexia pero en leve nivel. Lo que sí tiene en muy alto grado es una enfermedad psicológica y mental cuyo nombre no recuerdo ahora mismo pero consiste en que la persona se preocupa demasiado por cuántos nutrientes se está llevando a la boca, cuenta las porciones de agua, de proteína, vitaminas, minerales, carbohidratos, ect. TN sufre de eso.

Creo que es todo lo que tengo que aclarar; así que ahora paso a la siguiente parte:


Este es el episodio 19 de la tercera temporada de A & A. De este episodio me llama la atención el hecho de que ellos quisieron hacer un llamado muy especial al gran problema que azota a nuestra sociedad últimamente.

El bullin no es algo de ahora. eso siempre ha existido y siempre existirá. El problema ocurre cuando los acosadores cruzan la raya y comienzan a hacer bromas de muy mal gusto y a agredir físicamente a esa persona, hasta el punto de que esa persona no quiera volver a ese lugar, como sucede en el ejemplo que nos presentan los productores de A & A. 
Eso era lo que quería decir en cuanto al bullin.

Desprendiéndome de ese tema principal, lo siguiente que me llama la atención es el mensaje que le envió un hatter a Ross Lynch: "Ross Lynch es feo, estúpido, es un anormal sin talento y me pone nervioso".
Dijo tres cosas demasiado infantiles. A mi no me ofendería que me dijeran esas tres cosas, y como ven; a Ross tampoco le ofende eso. Pero sobre lo que recae toda mi atención, dentro de este vídeo, es que el hatter dijo que Ross le pone nervioso (o nerviosa).

Creo que el problema de ese hatter es demasiado obvio: tiene el mismo problema que el nuevo personaje de la tercera temporada de esta novela, Ana, la otra amiga de TN. No lo voy a revelar porque entonces no tendía sentido mi tercera temporada; pero igual creo que ya es posible que comprendan.

Definitivamente esto es todo.
Ahora me voy a comer y espero que tú también te vayas a comer.
chao
besos.
chao.

2 comentarios:

  1. Esperó que hayas pasado un lindo cumpleaños!! Sigue así. .

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  2. Gracias. ahorita regreso a clases; así que, tengo un hermoso regalo de cumpleaños y de final de cava.....
    no he dejado de llorar mentalmente.
    De qué país ere?
    te mando un beso enorme hasta donde quiera que vivas 3:

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